VALÈNCIA. Que las artes escénicas necesitan un proyecto global para asegurar su futuro no es una novedad. Que once asociaciones se unan para poner negro sobre blanco sus necesidades, sí. Esto es lo que ha pasado en València, donde profesionales de distinto ámbito -actores, empresarios o distribuidores- se han dado la mano con el objetivo de formar una voz única que fuerce a los políticos a poner en marcha aquellas acciones y reformas que consideran vitales para su supervivencia, algunas de ellas unas viejas amigas para la administración. La unión de asociaciones tiene un origen muy concreto, la creación de esa Mesa de la Cultura impulsada por la Conselleria, de la que poco se sabe hoy en día, un punto de encuentro que ha derivado en la creación de un espacio de diálogo no oficial que, como casi todo hoy en día, empezó frente a la pantalla del móvil. Un grupo de WhatsApp común fue la semilla que ahora desemboca en un proyecto mayor con el que los profesionales del sector quieren servir de guía para la gestión pública. Así lo revelaron sus representantes ayer en un acto celebrado en el Centre Octubre de Cultura Contemporània, evento que sirvió para presentar el resultado de estos meses de conversaciones (on y offline): el informe ’50 propuestas para el futuro de las artes escénicas valencianas’.
“Este texto nace de la responsabilidad reconocida por los profesionales y empresas de colaborar en la construcción de unas políticas culturales conectadas realmente con el sector”, señaló Carlos Amador, de la Asociación de Actores y Actrices Profesionales Valencianos (AAPV), uno de los encargados de desgranar el contenido de un documento que pone especial atención a una cuestión: las bases reguladoras y orden de ayudas. “Es evidente que hay que mejorarlas”, reflexionó Mª Ángeles Fayos, presente en representación de la Asociación de Empresas de Artes Escénicas (AVETID). Tan relevante es este tema que es el apartado que aglutina la mayor parte de propuestas, con más de una veintena, entre las que destaca la importancia de que los criterios no se basen únicamente en lo económico, como ocurre con otros sectores; la necesidad de acortar los plazos en la resolución de las ayudas o generar convocatorias específicas para la danza o el circo.
De igual forma, Fayos reivindicó la investigación como una línea estratégica básica de las políticas culturales, tanto como lo son la producción y la exhibición. “El modelo de ayudas no puede obligar a la producción anual de espectáculos, sino que ha de implantar y apoyar los proyectos a medio y largo plazo, tanto en salas de exhibición como de compañías o asociaciones profesionales”, explicó. La transición hacia un nuevo modelo de ayudas no es una demanda nueva del sector, sin embargo los resultados no llegan todo lo rápido que querrían. Aunque el documento no está conectado explícitamente a la crisis sanitaria, que ha golpeado con dureza a los espacios de cultura en vivo, tanto teatros como salas de música, lo cierto es que es imposible no pensar en este año como un punto de inflexión. “La pandemia ha hecho visible una precariedad que ya estaba”, reflexionaron durante el acto de este viernes.
Con todo, el contexto a puesto el marco para canalizar aquellas demandas históricas que buscan concreción. Entre ellas, también es clave la relación de los profesionales con el Institut Valencià de Cultura (IVC), al que demandan una ampliación de plantilla y mejora de los perfiles profesionales, una petición que no es nueva y que es, de hecho, el talón de Aquiles del organismo, así como una convocatoria para la dirección de festivales con mayor antelación y con bases “contrastadas con el sector”. Cabe recordar que recientemente se planteó una renovación global en las direcciones de los festivales públicos, entre los que se encontraba Dansa València y Sagunt a Escena. En este sentido, José María Bullón, representante de GC Gestión Cultural (Asociación Valenciana de Profesionales de la Cultura), ha demandado un “diálogo real con el sector a la hora de desarrollar concursos públicos”. Por su parte, tanto Abel Guarinos, director del IVC, como Roberto García, director adjunto de Artes Escénicas, presentes durante la presentación, recogieron el guante y defendieron que este informe “no es punto de partida, sino un punto de continuidad”.
En materia de innovación, circuitos y movilidad, las once asociaciones han pedido "la ayuda de las administraciones para la difusión y la promoción institucional de todas las artes escénicas valencianas, en forma de paraguas y mediante encuentros, festivales, muestras, jornadas y acontecimientos nacionales e internacionales". También ha reclamado la creación de un plan de audiencias "que ponga el acento en la recuperación, motivación, búsqueda, creación y consolidación de públicos, además de fortalecer la presencia de las artes escénicas en el sistema educativo". Entre otras propuestas, las asociaciones también han planteado la realización de un censo del sector con el objetivo de identificar sus características sociolaborales o el estado real de su actividad anual o, en el ámbito nacional, el desarrollo del “urgente” Estatuto del Artista así como una modificación de Ley de Contratos del sector público.
Las entidades participantes en la confección del documento son: Asociación de Actores y Actrices Profesionales Valencianos (AAPV); Asociación de Profesionales del Circo de la Comunidad Valenciana (APCCV); Asociación de Empresas de Artes Escénicas AVETID; Asociación de Profesionales de la Danza de la Comunidad Valenciana (APDCV); Comitè Escèniques (Asociación de Creadoras y Creadores de Artes Escènicas Valencianas); GC Gestión Cultural (Asociación Valenciana de Profesionales de la Cultura); AVED (Asociación Valenciana de Empresas de Danza); FETI (Federación de Espacios Teatrales Independientes); ADVAEM (Asociación de Distribuidores Valencianos de Artes Escénicas y Música); AVEET (Asociación Valenciana de Escritoras y Escritores de Teatro) y PROTEA (Profesionales del Teatro de Alicante).