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rufus t. Firefly ESTE VIERNES EN la sala LA LLOTJA DE ELCHE  

Víctor Cabezuelo: “Creo que apostar por la belleza es bastante revolucionario”

1/02/2019 - 

ALICANTE. Rufus T. Firefly, la banda liderada por Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro, acompañados ahora mismo de Carlos Campos, Rodrigo Cominero y Miguel de Lucas (miembro de Mucho, banda con la que mantienen una estrecha relación) es ya considerada de culto dentro del panorama independiente. Su energía y sonido profundamente sofisticado huye de lo evidente y construye en cada producción y directo un ambiente de magia y rock con deslices hacia una psicodelia pulcra y altamente adictiva.

Su anterior disco Magnolia, es un alegato en defensa del arte, el amor y la naturaleza en forma de 10 canciones minuciosamente producidas por Manuel Cabezalí y el propio Víctor Cabezuelo. Un disco precioso, arriesgado y ambicioso, marcado por esa obsesión de la banda de perfeccionar su sonido y la profundidad de sus texturas, siempre al margen de las modas y con el mismo objetivo en la cabeza: crear una obra única, lo más bella posible. Público y prensa consideraron este álbum uno de los mejores del año 2017 y posicionó a Rufus T. Firefly como uno de los mayores referentes de la neopsicodelia del país.

Ahora acaban de editar Loto, un nuevo disco que completa el anterior. Loto es la continuación de Magnolia y, con perspectiva, ahora se puede ver a Magnolia y a Loto como un disco doble, separados por un año de distancia pero pertenecientes a una misma obra con la que la banda pretende cerrar esta etapa conceptual, antes de volver a encerrarse para seguir experimentando en busca de nuevos caminos musicales. Empezarán febrero ocupando el escenario de la Sala La Llotja de Elche, este mismo viernes, a las 21:30 horas. Antes de que emprendan el viaje a la ciudad de los tres Patrimonios de la Humanidad y dos de los barrios de renta más baja del estado, charlamos por teléfono con Víctor Cabezuelo:

“Poco después del concierto acústico que dimos en Alicante, en abril de 2018, sacamos otro disco, que llamamos Loto, y que continúa el camino que abrió Magnolia, tiene la misma sonoridad, la misma esencia, pero nos hemos dejado llevar más y es todo mucho más libre. Digamos que, de alguna manera, entre los dos discos hemos completado la obra que queríamos, y es lo que vamos a tocar en estos últimos conciertos de la gira”, un poco a la manera de que aquellos discos dobles de Yes de los años 70.

El sonido de Magnolia tiene un parentesco sonoro con el espíritu de folk psicodélico de Odisea y La montaña y el río, los dos discos de la banda ilicitana La familia del árbol, justamente también un dueto de vocalista y guitarra masculino (Nacho Casado en el caso de la Familia, Víctor Cabezuelo en el caso de Rufus) y baterista femenina (Pilar Guillén en el caso de la Familia, Julia Martín-Maestro en el caso de Rufus). La libertad en los desarrollos de Loto mantiene ese espíritu común: “Sí, creo que sí hay una cierta tendencia común en ciertos grupos que hemos tirado por ahí, recuperando el espíritu de la psicodelia de los años 60 y 70, adaptándolo a una forma de ver las cosas más actual. Creo que van por ahí los tiros y es lo que hemos intentado todos estos grupos, de ahí ese sonido familiar”.

Grupos la gran mayoría que no forman parte del núcleo duro de la programación del circuito de festivales. “Bueno, afortunadamente nosotros hemos tocado bastante en festivales, pero lo vemos como una especie de anécdota, creo que nuestra carrera va en realidad por otro lado. Estamos encantados de tocar donde nos llamen para tocar, pero no tenemos como objetivo primordial de la banda tocar en festivales. Nosotros sabemos lo que queremos expresar y cómo queremos hacerlo, y para ellos se deben cumplir ciertas condiciones que en los festivales, por horarios, por tiempo o por logística, no se pueden cumplir. Aunque también depende de tí, si te dejas llevar por ese circuito festivalero y lo tomas como objetivo, al final acabas haciendo solo eso. Al final depende de las inquietudes que tú tengas musicalmente y de lo que te apetezca hacer”.

Aunque también de lo que marca el panorama. Igual que el circuito de festivales se ha consolidado, superando un cierto “momento burbuja”, queda por consolidar el entramado de salas y locales del circuito denso, público y privado. “Ese es el circuito difícil, el complicado y el que más cuesta mantener, para las salas, para los grupos, y también para el público, que se encuentra con que va a un festival y ve a 15 grupos por 20€, y luego tiene que ver a uno en una sala por 10, es muy complicado de llevar. Pero, por otro lado, creo que la realidad de la música está más cerca de las salas que de los festivales, y también el día a día de los grupos. No se puede comparar un concierto en el que tocas 40 minutos, con todos los límites logísticos del mundo, y en una sala, donde todo se ha amoldado a lo que tú has querido para el show, y la gente sabe que va a verte a ti. Creo que si de verdad te gusta un grupo, vas a disfrutar más un concierto de sala que de festival”.

El concepto visual de Magnolia, desarrollado por la propia Julia, a partir de los textos de Víctor, mantiene el tono en Loto. “Queríamos que fuera muy en ese camino, los diseños los ha vuelto a hacer Julia, con la misma técnica, aunque todo es más luminoso, porque todo tiende más a la luz en Loto. Por lo demás, todo es igual, todo lo hemos grabado de la misma manera, en el mismo estudio, y haciendo todo exactamente igual, porque era claramente una continuación del anterior, un complemento.

Un concepto estético que pretende ser contestatario desde la forma. “Creo que apostar por la belleza es bastante revolucionario, bastante alejado de lo que se esperaba de chicos como nosotros. La belleza, el arte, el amor, poner a la naturaleza en el sitio que se merece, son los pilares básicos para que todo esto pueda funcionar, y muchas veces los menospreciamos, o no les damos la atención que merecen. Creo que todas las cosas que no funcionan en este mundo, pasan por no haber respetado esas tres o cuatro cosas. En vez de atacar a las cosas malas que vemos cada día, decidimos defender las cosas buenas que también están ahí, escondidas”.

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