ALICANTE. En medio de la celebración de su 40 cumpleaños, la Universidad de Alicante (UA) continua trabajando no solo en su labor educativa, sino también en lo que se refiere a cultura o divulgación de conocimientos en distintas áreas temáticas. Para enriquecer esta formación complementaria a la que se ofrece en las aulas, la institución impulsa actividades como las jornadas del grado en Historia, cuya V edición tuvo lugar el miércoles 11 de diciembre. Con el subtítulo nuevas formas de enseñar en pasado, estas charlas pretenden divulgar la historia y, a su vez, mostrar a las y los estudiantes de esta especialidad las diferentes salidas profesionales alternativas a la docencia: "Normalmente, se piensa que las únicas opciones son o dar clase o investigar, pero cada vez hay más. Por ejemplo, la divulgación de los videojuegos, el tema de la historia pública, de las redes sociales, del patrimonio, cine, series…", enumera Juan Antonio Barrio, profesor, coordinador del grado y organizador -junto con el profesor Juan Leonardo Soler- de las jornadas.
Con el formato audiovisual gobernando en el entretenimiento, esta industria también precisa de historiadores e historiadoras en sus equipos que desempeñen el papel de asesores/as para que la serie o la película guarde relación con la realidad histórica. "La juventud es muy aficionada a las producciones de plataformas como Netflix o HBO. Se trata de avisar a los graduados y graduadas en Historia que también pueden plantear esta clase de proyectos o verse involucrados en guiones y en asesoramiento. Al espectador le transmite confianza que detrás del cine o de las series haya unos expertos, ya que así saben que lo que se está contando es riguroso", traslada.
Sin embargo, dentro del entretenimiento existe una manifestación audiovisual que ha superado incluso a la gran pantalla: los videojuegos, "una industria que ya genera más ingresos que la del cine, tanto las grandes compañías como las indies", informa el profesor, quien añade que "la mayor parte de videojuegos de historia que se desarrollan son extranjeros". Estas compañías ya trabajan con expertos en Historia, como es el caso de Juan Francisco Jiménez, uno de los ponentes que participó en las jornadas con su charla Videojuegos y Edad Media. "Los videojuegos ya no son como Los marcianitos, sino mucho más complejos porque la tecnología ha avanzado. Una persona no se sienta a jugar para aprender historia, pero es tanta la información en paralelo que está contenida que la aprende. La experiencia de juego es una experiencia de aprendizaje", manifiesta el experto.
De manera indirecta, los videojuegos de época divulgan la historia a través de los acontecimientos, la ambientación o la vestimenta, por lo que las empresas precisan asesoramiento en este campo. "Los consumidores queremos, cada vez más, lo auténtico. No pretendemos encontrar un castillo con un fantasma y una princesa en un videojuego ambientado en la Edad Media. Es por ello que no solamente se desarrollan juegos bélicos, sino más complejos como de los modelos de comercio de la época". Es Rise of Venice uno sobre esta temática, "el comercio en el Mediterráneo en la baja Edad Media (siglos XIII, XIV y XV)", apunta Jiménez. Y aclara que "son muchas las personas que escogen este tipo de videojuegos".
Kingdom Come: Deliverance -"sobre la bohemia de 1403"- o A Plague Tale: Innocence -"sobre la peste negra"- se suman a la lista de ejemplos de videojuegos medievales que están triunfando, ya no solo fijando como referente el más conocido Assassin's Creed. "El videojuego llegó, como toda la tecnología, para quedarse. Ya constituye una expresión cultural más. La situación es similar a cuando se introdujo el cine, porque los historiadores de los años 20 o 30 no lo acogieron bien. Ahora, a priori y de forma mayoritaria, el historiador se autoexcluye porque es un medio con bastante prejuicio y se muestra reacio alegando que esta no es la verdadera manera de impartir historia", desvela la realidad. Además, el experto añade que lo ve "como una oportunidad, porque la mayoría de gente no coge un libro de historia para aprender lo que pasó".
Además de mezclar el pasado con los formatos actuales como el audiovisual o los videojuegos, las expertas y expertos en Historia también cuentan con la alternativa de la musealización y el recreacionismo, tal y como contó el profesor de la UA Rafael Zurita, o la virtualización del patrimonio, como planteaba el experto Jaime Molina: "Se trata de que la persona vaya con su móvil y, a través de una aplicación, pueda ver reconstruido un yacimiento arqueológico, un molino, un castillo… Es decir, a través de las ruinas se puede ver lo que fue aquello", cuenta Barrio el proyecto de Molina.
A través de este tipo de proyectos también se pretende quitar el apellido aburrido a la historia, volviéndola "entretenida pero sin restarle rigor, sin que caiga en lo trivial o lo vulgar. De esta manera se podría conseguir que la gente visitase más museos, castillos o yacimientos arqueológicos. Es decir, atraer a más público a nuestro patrimonio e interesar a más personas en la historia", apoya el organizador de las jornadas. La historia guarda una estrecha conexión con el turismo, por lo que si se despierta el interés en los consumidores y consumidoras sobre un lugar histórico interesante o atractivo que aparece, por ejemplo, en una serie, querrán conocerlo en persona. Solo hay que fijarse en el gran empujón que dio la exitosa Juego de Tronos a San Juan Gaztelugatxe (País Vasco).
En la cartelera de 1981 se pudo ver El Príncipe de la ciudad, El camino de Cutter, Fuego en el cuerpo y Ladrón. Cuatro películas en un solo año que tenían los mismos temas en común: una sociedad con el trabajo degradado tras las crisis del petróleo, policía corrupta campando por sus respetos y gente que intenta salir adelante delinquiendo que justifica sus actos con razonamientos éticos: se puede ser injusto con el injusto