VALÈNCIA. El mundo cooperativo vive uno de sus mejores momentos a nivel de reputación. La economía social y la economía de impacto han pasado a la primera fila de los modelos empresariales a potenciar y, en esto de tener valores a la hora de hacer negocio, las cooperativas ya llevan mucho camino recorrido. Ante un consumidor cada vez más consciente y con la normativa europea forzando a las empresas a mirar más allá de lo financiero, las cooperativas ven necesario sacar pecho y salir al escenario para hablar de sus bondades.
Así lo cree Emili Villaescusa (1956), presidente de la Confederació de Cooperativas de la Comunitat Valenciana (Concoval), quien reconoce que nunca han dedicado demasiado tiempo a venderse como un modelo exitoso, y todo a pesar de que la Comunitat Valenciana es una de las autonomías donde se demuestra sobradamente. Y es que, entre las cinco empresas más grandes de la región, dos son cooperativas: Consum, de la que fue presidente desde 1997 a 2006, y Anecoop. Villaescusa también es miembro de la Comisión Ejecutiva de la Confederación Empresarial Española dela Economía Social (Cepes).
Según el último recuento realizado, existen 2500 cooperativas en la Comunitat Valenciana que generan 80.000 puestos de trabajo y 7.000 millones de facturación, el 6,5% del PIB. Este modelo empresarial, muchas veces confundido con el tercer sector, tiene una fórmula de organización basada en funcionamientos democráticos, con principios cooperativos y una preocupación por el entorno que encaja con las inquietudes actuales de los consumidores.
- ¿Cree que un mundo donde se valora cada vez más las cuestiones sociales han tomado las cooperativas más protagonismo que nunca?
- Sí, más que nunca. Nosotros venimos de mediados del siglo XIX y es muy curioso porque cada vez que se habla de nueva economía o economía del futuro está el mundo cooperativo. De hecho, ya hubo un momento determinado con todo el desarrollo de la responsabilidad social que vino muy bien al mundo cooperativo y a la economía social en su conjunto, porque de repente se ponen en valor cosas que el mundo cooperativa ya hacía hace muchos años.
"Las cooperativas han tomado más protagonismo que nunca"
Hace 25 años era muy difícil encontrar a un empresario que te hablara de que lo importante no es maximizar el beneficio sino trabajar con las personas. Hoy en día, cuando encuentras algún empresario que no dice eso, es raro. De repente, resulta que en el discurso todo el mundo es sostenible, trabaja para las personas y de todo el mundo se espera que el interés no solo sea privado, sino también general.
Y eso es un triunfo del mundo cooperativo, porque lo llevamos haciendo desde el siglo XIX y que se ponga en valor es importantísimo. Pasa lo mismo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Alguien no tenía claro que el sector privado y su impacto es fundamental? Producto de todo ello hay un ministerio que se llama de Trabajo y Economía Social y creo que va a ser importante para el futuro.
Ahora, las cooperativas están reivindicando que lo son. Corren vientos de los ODS, la sostenibilidad, cuidar los animales y todo el mundo tiene una cierta necesidad de hacerse social y el mundo cooperativo es muy bueno para esto. Sin vendernos tanto, estamos muy contentos. Pero el tema de la comunicación para nosotros es flagrante.
- Pusieron en marcha la Oficina de Orientación e Información cooperativa (Oficoop). ¿Han notado el incremento del interés por montar una cooperativa?
- Hemos notado más interés, pero todavía nos falta. El mundo cooperativo nos hemos dedicado mucho a mirar para adentro, porque los recursos son limitados, y poco a explicarnos hacia fuera. En la última época estamos empezando a trabajar esto y que la confederación asuma un papel vertebrador. Que estemos en muchos foros de participación con el resto de agentes, aunque siempre nos aparece la espada de Damocles del diálogo social, que dicho sea de paso, pues algo pasa porque no están de acuerdo ni los que están dentro ni los que estamos fuera.
- Agroalimentación, vivienda, educación,... son sectores habituales en la Comunitat Valenciana para las cooperativas. ¿Hay nuevos sectores que estén afianzándose a esta modalidad de empresa?
-En la Comunitat Valenciana somos un buen referente a nivel cooperativo y así está reconocido. Entre otras cuestiones por la diversidad, y es que tenemos todas las clases de cooperativas posibles y todas las tenemos recogidas en el sistema asociativo. Las más conocidas por historia son las agroalimentarias, pero también de crédito como Caixa Popular o Caja Rural Central de Orihuela. Pero tenemos otro fenómeno, y es que concentramos el 85% de las cooperativas eléctricas, que ahora además tienen una proyección extraordinaria por el auge en la energía, el autoconsumo o fotovoltaica y habrá un empuje importante en los próximos años con las comunidades energéticas.
"En la Comunitat Valenciana concentramos el 85% de las cooperativas eléctricas"
Luego están las de consumo, como Consum o las de enseñanza, donde tenemos la suerte de tener una con centro universitario, Florida, algo que solo pasa aquí y en Euskadi con la de Mondragón. También las cooperativas de transporte o las de vivienda, para las que hay una apuesta fundamental para buscar soluciones conjuntas a los seniors, además de ser la cooperativa perfecta para la combinación de espacios públicos y privados y la cesión de suelo. También están las de trabajado asociado, que además es una clase de cooperativa intersectorial.
-Consum tiene un escenario abierto con Hacienda por una interpretación de la ley de régimen fiscal de cooperativas que nunca se había dado. ¿Está esta cuestión afectando a más cooperativas?
- No conocemos ninguna más, pero podría afectar a otras cooperativas. Al final, las leyes sustantivas de las cooperativas -cómo se organizan, cómo se hacen- está todo transferido a las comunidades autónomas. Y eso ha concluido en que hay una gran cantidad de leyes autonómicas pero solo una fiscal, que es estatal porque no está transferido. La ley fiscal es del 90 mientras que todas las leyes autonómicas han sido posteriores y han ido introduciendo figuras.
- Y se ha dado una confusión de interpretación con tanta variedad.
- Exacto. Llega un momento en el que hay un problema de interpretación entre lo que son socios que tienen que ver con la actividad cooperativizada y lo que son asociados, que lo único que hacen es incorporar dinero y capital para ayudar a que la cooperativa se financie, uno de los mayores problemas de las cooperativas, y que pueden ser personas jurídicas. Y esto se ha interpretado como que los asociados también son socios. Entonces, que sean personas físicas o jurídicas los asociados, en la ley fiscal de los 90, tiene que ver con lo que se llama la especial protección fiscal. Entonces se ha dado una interpretación mala, algo que no decimos nosotros, el sector, sino todos los asesores a los que hemos acudido.
- Entonces, ¿qué cambiaría de la legislación fiscal?
- Hay dos velocidades. Una genérica que ya estaba en programa del PSOE - Unidas Podemos con la necesidad de dar un repaso a la ley que es del 90. Han pasado 30 años, se han dado cambios de nomenclaturas que ahí no aparecen. Y luego, otro cambio rápido que ayude a que si esto pasa más veces no quepa ninguna mala interpretación de la Agencia Tributaria.
"Hay que dar un repaso a la ley fiscal de cooperativas, que es de 1990"
Esto se está trabajando en una comisión en Cepes, que es la organización estatal que aglutina a cooperativas y familias que se encuadran dentro de la economía social. Ahí se ha trabajado en un grupo sobre fiscalidad cooperativa y en un mes el sector tendrá los cambios consensuados que plantearemos a Hacienda y al Gobierno.
-Han tenido reuniones con el Gobierno, ¿hay buena sintonía?
- La sintonía es buena. El Ministerio de Trabajo ha cambiado de manos, ahora lo lleva Yolanda Díaz por la cuota de Podemos y ya se le ha planteado. De hecho, en breve habrá una hoja de ruta para abordar esto.
- ¿Y de la legislación autonómica?
- No hemos acabado de pedir todavía, porque lo está trabajando la confederación con la comisión jurídica y estamos en fase de recogida por las federaciones de los cambios que podrían proponerse. Esta modificación sí que es mucho menor porque es muy técnica, muy de cositas. Pero hay ciertas regulaciones que no estaban bien planteadas sobre la liquidación o los usos del fondo del fomento del cooperativismo. Pero es menor, porque en el 2014 fue cuando hicimos una modificación más extensa. Esta es muy de detalle e interpretación y podría estar hacia el último trimestre.
- ¿Se han tomado suficientes medidas por parte de la administración valenciana?
- Las relaciones siempre han sido estrechas, si bien es cierto que con el cambio al Gobierno del Botànic se dio un buen impulso porque apareció en el modelo económico la economía social como agente de primer orden para hacerlo. Eso ha hecho que estemos en plataformas que no estábamos. El Pla Fent Cooperatives se realizó para 2018-2019 y fue producto de esa buena relación. Pero claro, ¿qué es lo que pasa normalmente? Que las voluntades son unas y los tiempos de la administración son otras, por lo que nos hemos quejado de cierta ineficiencia a la hora de gestionar tantas cosas.
A veces no es tanto un tema de gestionar dinero, porque a nivel de ayudas directas y subvenciones ha habido una línea ascendente. Ahora estamos remodelando 2020 y 2021 y nos falta una mayor concreción. Para poder entrar en ese plan hay que hacer un cambio de bases, algo que tarda seis meses, pero claro, si no las cambiamos y se siguen cambiando las órdenes igual existen ineficiencias. La administración no tiene personal, y en este tipo de cosas es cuando se nota la infrafinanciación de la Comunitat Valenciana.
- ¿Y la inversión? ¿Acude a las cooperativas? Existen casos de éxito como el de La Fageda pero… ¿son habituales?
- Es muy complicado. Cuando tú inviertes en una cooperativa el capital no te da posición política y aunque esta es una de nuestras banderas dificulta esta acción. Tú puedes invertir en una empresa, hacerte con la mayoría, pero nuestras reglas del juego no son esas. Tienen que ver con las personas, con el voto,...
Una persona puede tener más dinero que otros en una cooperativa porque tiene capital voluntario y eso no le da más poder político que el resto. Por eso el capital muchas veces es reacio a entrar en esas cosas. Para qué voy a invertir si no mando sobre la gestión. Por eso es difícil encontrar financiación y tienes que ir a financiación propia o bancaria y por eso se articularon medidas de financiación vía capital asociado. No obstante, ahora existen fondos que ya están dedicándose a la inversión de impacto.
- ¿Cree que este es el motivo del por qué no surgen proyectos de emprendimiento tecnológico, por ejemplo?
- Hay proyectos que empiezan y parece que el objetivo es hacer una ronda de inversión. Pero al final, el objetivo tiene que ser producir un bien o servicio para tus clientes, para la sociedad. Y esto choca con el modelo cooperativo, porque el poder no se cede. Al final nuestro sistema es de emprendimiento colectivo y somos conscientes de que es más difícil, pero esto nos tiene que dar una mayor perdurabilidad que los emprendimiento individuales. Por eso hay que extender el modelo.
- ¿Tiene sentido una cooperativa internacional?
- Sí que tiene sentido hacer estructuras superiores de primer grado, de segundo grado,... Lo que pasa es que es más complicado. De hecho, se legisló sobre el tema de las cooperativas europeas e incluso hay unos estatutos tipo y hay dos o tres que se han apuntado. El cooperativismo siempre ha sido internacional, sobre todo los movimientos asociativos, pero a nivel de negocio o de actividad, aunque se ha exportado, no se han creado estructuras propias fuera del mundo asociativo.
- ¿Cuáles son las principales desventajas de las cooperativas?
- Siempre se ha dicho que las cooperativas somos lentas en la toma de decisiones porque son más democrática. De hecho, aunque somos más lentos en la toma de decisiones somos más rápidos en la toma de ejecución. Cuando tú tomas decisiones rápidas eres más lento en la ejecución, porque tienes que convencer a más gente de que la decisión que ha tomado un pequeño grupo es la correcta y en nuestro caso es lo contrario. Esto, en algunos mercados es una debilidad y en otros es una ventaja.
"Todo el mundo desaconseja hacer una cooperativa por pura inercia"
El tema de la financiación también es evidente. ¿Por qué no hay muchas cooperativas industriales? Porque falta una fuerte financiación. Y quienes provocan emprendimientos colectivos no suelen tener tantos recursos. Eso es una deficiencia. Para lo que es muy bueno es para cooperativizar algunas actividades profesionales. Arquitectos, abogados, economistas,... Muchas veces, la gente que empieza así lo hace en un sistema cooperativo pero, por no calentarse el coco, hace una sociedad limitada.
Todo el mundo desaconseja hacer una cooperativa por pura inercia. Hay un tema en el registro que tenemos histórico, y es que es más costoso poner en marcha una cooperativa que una SL, por lo que necesitamos que sea más ágil. Si no nos estamos tirando piedras sobre nuestro tejado. La cuestión es que las cooperativas nos hemos dedicado poco a vendernos. El mundo cooperativo ha trabajado muy poco la comunicación.
- ¿Dónde educar sobre el cooperativismo?
- En el plan de Fem Cooperatives dice que en todos los niveles. Lo del Racó de Pensar en les escoletes es una cooperativa. Parece mentira, pero en las escuelas infantiles todos los niños montan cooperativas. Luego en infantil se habla menos, en la secundaria desaparece y en la universidad ni se nombra. Y eso que aquí afortunadamente tenemos a muchos profesionales de la universidad investigando en la economía social. Por eso, aquí hay un ecosistema fabuloso sobre el sistema cooperativo y la economía social. Sin embargo, debería estar en todos los niveles, pero también la responsabilidad social.
"Llegamos pensando en satisfacer todas las cuestiones sociales y la mejor manera de hacerlo es empezar una actividad económica"
Uno no puede hacer Administración de Empresas (ADE) y que alguien le hable de refilón de la Responsabilidad Social Empresarial, porque sino el resto es aprender cómo sacar una mayor rentabilidad en el menor tiempo y espacio posible. La economía no es una ciencia exacta, sino social. El mundo cooperativo en la formación tiene que estar presente. Es otra manera de hacer economía. Nosotros somos empresa, pero llegamos pensando en satisfacer todas las cuestiones sociales y la mejor manera de hacerlo es empezar una actividad económica. No queremos repartir los que otros generan, queremos generar riqueza y repartirla de otra manera. Y esa es una diferencia fundamental.
- ¿Hay que obligar a ser social? Lo digo por las memorias no financieras de las compañías...
- Estas cosas son por convicción, por conveniencia o porque te las mandan. Estos son directivas europeas que afectan a las empresas de mayor tamaño. Había un debate sobre la responsabilidad social con CEOE sobre si era obligatorio o voluntario. El debate era absurdo porque, si no queréis hacerlo obligatorio, el mercado lo hará obligatorio. Habrá un momento determinado en el que la propia sociedad exija que, o las empresas son más responsables, o no te compro. Al final el poder lo tenemos los consumidores.
- ¿Sobreviven mejor las cooperativas a la crisis?
- Sí, y lo que tenemos que demostrar además es que esto pasa también en las épocas de bonanza, pero como a todo el mundo le va bien se nota menos. Lo nuestro es más evidente cuando las cosas van mal. Somos más flexibles por aquello de que nos importan las personas antes que el resto y trabajamos todos pero menos, nos apretamos todos el cinturón. Aguantamos el tipo. Es un mundo de consensos.
-¿Hay solución para lo que pasa el mundo agrario?
- Siempre hay solución, pero nunca son fáciles. El mundo del campo es apasionante, fabuloso, pero que no se puede decir que todo lo que está pasando tenga una sola causa. Tiene muchas, complejas, y hay que estudiarlas. Desde el tema de cómo se compone la cadena, el número de operadores que hay en cada uno de los eslabones, quién tiene más poder en la cadena y cómo se conforma por tanto el precio. Esa cadena lo llevas al tema automovilístico, por ejemplo, y dices, el precio del coche lo pone el consumidor si compra o no compra, y luego lo construyes.
Nosotros producimos, luego tienes que vender y hay muchos intermediarios por medio que tienen sus márgenes. Y tú hablas con los intermediarios de la cadena y ninguno tiene márgenes excesivos. Entonces, en la cadena nos dedicamos a tirarnos unos a otros las culpas. Hay causas mil y la política agraria europea tampoco favorece, porque siempre ha tratado mejor al norte. Aquí son más minifundios, es más complicado hacer grandes integraciones. Algunos dicen que la crisis que está pasando en el campo no es de precios, sino de estructuras.
"Algunos dicen, la crisis que está pasando en el campo no es de precios, sino de estructuras"
No es posible que haya tantas empresas, el 70% cooperativas, pero pequeñas, medianas,... Hay ejemplos de los que todos sacamos pecho, como Anecoop. Esta es una comunidad en la que de las cinco primeras empresas dos son cooperativas. Pero como Anecoop tenía que haber varias para tener mayor poder de negociación. El otro día, cuando veía tantos tractores en la calle pensaba en los altos costes de producción, ¿serán necesarios tantos tractores? También hace falta que Europa no deje entrar productos de fuera que no vengan con las condiciones fitosanitarias correctas,... Hay un conjunto de cuestiones que han hecho el tema un caos.
Por ejemplo, padecemos abandono de tierras. ¿Por qué no hacemos explotaciones en común? Los jóvenes tienen otro problema de cesión de las titularidades de los campos. Eso habría que solucionarlo. Lo que no podemos hacer siempre es tirarnos las culpas los unos a los otros.
- ¿Los directivos de cooperativas tienen que tener un talante diferente?
- En el fondo la gestión es la misma, porque no hay peor gestión que la ruinosa. Queriendo generar riqueza, produces pobreza. Uno cuando dirige tiene que tener unas personas con las que trabaja, unas condiciones determinadas,... Es igual que los objetivos, valores comunes objetivos compartidos. Los objetivos nos los ponemos los dos, el empleado y el jefe. Y el valor del jefe es, ¿en qué te puedo ayudar para conseguir eso?. Yo puedo llegar a sitios donde tú no llegas por mi posición, y te ayuda. Eso de que los directivos mandan y el resto de personas ejecutan es decimonónico.
- ¿Y los empleados?
- Se habla más en el sentido de que tiene que ser solidario, generoso,... Normalmente, cuando entras en una organización te das cuenta de que el beneficio que se va a generar lo ganamos todos. Si las cosas van mal, pagamos todos, y si va bien ganamos todos. Y esto también va con el consumidor. ¿Hacia dónde quieres dirigir tus compras? A una empresa que concentra la riqueza o que la distribuye. A una empresa que pacta, negocia y trabaja con proveedores y grupos de interés... Esto es una opción del consumidor y este es nuestro tipo de economía. A veces los consumidores nos lo reconocen y a veces no.
El consumidor cada vez es más consciente de lo que tiene que hacer. Y a veces es capaz de ver innovaciones en productos o algún producto determinado que no lo compran solo por el producto en sí sino por la bondad de quien lo produce y cómo lo produce.
-¿Es la cooperativa un modelo óptimo para algo tan complejo como el proyecto de ADU en Mestalla?
- No, lo cooperativo no tiene que ver con la complejidad. Al final, lo complejo lo evitas con mucho conocimiento. El mundo cooperativo en viviendas lleva muchísimos años. Pero es una operación, por la magnitud, difícil para cualquiera que se meta. Con su sistema habrá algunas decisiones que tarden más en tomarse pero, cuando se tomen, será más a gusto. Que puedan decidir sobre calidades, espacios en común,... El mundo cooperativo no es solo generar la vivienda sino el mundo de alrededor y que la gente que viva en la misma finca tengan otros momentos en los que acuerden, discutan, hablen...
- ¿Más deberes para este año?
- En general, ser más útiles. El mundo cooperativo tiene el objetivo de ser útiles a los socios y a la sociedad. Eso te define como actividad económica. Hasta ahora, parecía que el mundo cooperativo era casi un gueto y cada vez más tenemos que intervenir en las políticas públicas e influir. Muchas veces, y nos pasa en la administración es que no queremos estar solo en Economía, sino en todas las áreas. Pero luego llega Vivienda y hace una licitación y se olvida de que hay viviendas cooperativas o con los temas de energía...
- ¿Ha pasado alguna vez que han dejado a las cooperativas fuera de concurso?
- En algún caso. No directamente, pero sí con el tema de inclusión, donde ha habido un proyecto de ley sobre quién puede trabajar ese tipo de cosas. Había una serie de situaciones en centros especiales de empleo o empresas de inserción y en las cooperativas de iniciativa social que tenían que tener una discriminación positiva para entrar en ciertos concursos. Y en la ley de inclusión que se hizo ponía cooperativas sin ánimo de lucro. Y entonces, tuvimos que pedir que se modificara.
En Madrid se está trabajando ahora en una comisión interministerial porque no puede ser que solo nos haga caso nuestro ministerio. Igual que aquí, no es solo que Rafa Climent nos haga caso, es que queremos que en todas las consellerias haya un tratamiento determinado porque si es fomento, es fomento. Y eso poco a poco lo estamos consiguiendo.
- ¿Hay un problema de que las cooperativas se confundan con el tercer sector?
- Sí, yo siempre he tenido muchas discusiones sobre esto. Siempre digo, yo quiero ganar el máximo dinero posible, incluso más que tú, otra cosa es cómo lo hacemos. Nosotros somos empresa porque queremos generar riqueza y eso significa generar actividad económica, tener beneficios, y eso luego lo distribuiremos de una forma determinada. Y tenemos muy buena relación con el tercer sector, pero solo coincidimos con ellos en la parte social.
Es como cuando hay algunas empresas que confunden la responsabilidad social con la acción social. Llevamos las políticas que queremos pero somos muy buenos porque tenemos una fundación en no sé dónde porque hemos hecho dos escuelas y un hospital y está muy bien, pero eso es acción social. Responsabilidad social es otra cosa, hay que involucrar a toda la gente en el tema, tiene que formar parte de la estrategia de la organización, dialogar y llegar a acuerdos con los grupos de interés. Pero al final todo esto va en la misma dirección. Es muy difícil encontrar a alguien que diga que le da igual el interés general. Algunos decían que la mayor responsabilidad social de la empresa es ganar dinero pero, tú montas una empresa para hacer algo, ¿no?