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tribuna libre / OPINIÓN

Y con las hipotecas gana... Hacienda

10/11/2018 - 

Hace muchos años el filósofo griego Platón escribía La República, posiblemente su obra maestra. En ella destacaba la alegoría de la caverna donde, metafóricamente, se explicaba la existencia de los dos mundos, el inteligible, alcanzable mediante la razón, y el sensible, visualizable a través de los sentidos. La citada alegoría se desarrollaba en una caverna donde un grupo de prisioneros desde su nacimiento se encuentran encadenados de forma que únicamente pueden mirar hacia el fondo de la caverna. Entre ellos y la entrada existe una hoguera y, por delante de ella pasan una serie de hombres portando distintos objetos que, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared.

Estos hombres consideran como verdad las proyecciones cuando la realidad de los objetos suele ser distinta a lo proyectado.

Pues bien, el Consejo de Ministros del jueves día 8 de octubre aprobó el cambio de sujeto pasivo en la tributación de Actos Jurídicos Documentados siendo la banca a partir de este momento el sujeto pasivo del impuesto, esto es, quien debe satisfacerlo en primer lugar. Pero esto no es todo, también ha decidido que la banca no pueda deducirse este impuesto como gasto.

El Gobierno ha pedido responsabilidad a los bancos a la hora de trasladar este impuesto a los solicitantes de las hipotecas, pero la regulación que ha aprobado no ayuda mucho.

De la misma forma que cualquier empresa, la banca sumará este nuevo coste al resto y, sin ninguna duda, lo repercutirá a sus clientes

Como en el caso de la Alegoría de la Caverna hay dos mundos, el que proyectan las sombras donde los bancos van a ser lo paganos del impuesto y, el que veríamos si pudiéramos ver la realidad de los objetos.

En este segundo mundo, el alcanzable mediante la razón las cosas no son tan simples. De la misma forma que cualquier empresa, la banca sumará este nuevo coste al resto de los que tenga en la concesión de sus hipotecas y, sin ninguna duda, lo repercutirá a sus clientes. Pero, al decidir el Gobierno, por razones de recaudación en el Impuesto sobre Sociedades, que este no es deducible a efectos de Impuesto sobre Sociedades, el coste de la banca no será únicamente el impuesto satisfecho, sino que, tendrá que añadir el Impuesto de Sociedades que pagará por la no deducibilidad de éste.

A efectos prácticos, en una hipoteca que el Impuesto fuera 1.000 euros la banca, para no ganar ni perder, tendrá que repercutir al cliente un coste de 1.429 euros, siendo estos 429 euros ingresados en las arcas de la Agencia Tributaria Estatal.

En este segundo mundo dominado por la razón el Estado recauda 429 euros donde antes no recaudaba nada. El banco ni gana ni pierde como consecuencia de este cambio de sujeto pasivo. Las Comunidades Autónomas siguen ingresando la misma cantidad, 1.000 euros, aunque de distinto sujeto pasivo.

Les queda adivinar a ustedes quien es, según este otro mundo que nos exponía Platón, el pagano de la diferencia.

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