CASTELLÓ. El consenso en la Diputación de Castelló va y viene, como el Guadiana. En realidad, está sujeto a los credos de los cuatro partidos políticos que componen la corporación (PSPV, Compromís, PP y Cs). Esto explica que, en ocasiones, estando de acuerdo con el fondo de las iniciativas, discrepen en las formas, imposibilitando acuerdos por unanimidad. Es lo que ocurrió en el pleno de este martes con las propuestas sobre el cotonet y la reducción del IVA de las peluquerías. Ambas salieron adelante por mayoría, pero sin consenso, ya que los idearios se impusieron al interés general, como además así se constató en los debates o en explicaciones de voto.
A excepción de las declaraciones institucionales sobre el Hospital Provincial y Correos, negociadas de antemano, ninguna de las seis mociones lograron el respaldo de la totalidad de los grupos. Ni en las indicadas ni tampoco en las relativas al yacimiento Casablanca, a los fondos europeos y al plan asistencial. La división de voto prevaleció en mayor o menor medida. La disonancia imperó hasta el final, con el colofón del cotonet. A pesar de existir aquiescencia para instar al Gobierno y a la Generalitat a incrementar la inversión en la lucha biológica y biotécnica, aumentando asimismo las ayudas directas a los citricultores, el equipo de gobierno (socialistas y valencianistas) y la oposición (populares y naranjas) presentaron escritos por separado.
El único matiz que impidió un documento conjunto obedeció a la solicitud al Ministerio de Agricultura de la autorización excepcional del uso del Metil-clorpirifos, como reclamaron el PP y Cs en su iniciativa. El bipartito se opuso en redondo a aceptar esa cláusula, por lo que la discusión de los diputados se centró precisamente en ese punto, con una notable puesta en escena.
De hecho, la retórica marcó el pleno, que se prolongó durante algo más de tres horas. Los rifirrafes, con referencias históricas y novelas de fantasías, se repitieron de principio a fin, con el remate de la moción del grupo popular sobre el plan de asistencia para el verano. En un momento de su argumentación, la parlamentaria Nieves Martínez parodió a la Ministra de Sanidad, Carolina Darias, y a la diputada Xaro Miralles, responsable de dicha área en la Diputación. Esa imitación encendió los ánimos de la socialista, que solicitó una disculpa pública, a lo que la anterior se negó.
"Parodiarme es faltarme al respeto. Le pediría que guardara las formas", le afeó Miralles a Martínez. La diputada del PP trató de intervenir, pero le cortó el presidente, José Martí, al recordarle que "usted no tiene la palabra y si acaso debe disculparse".
La bronca no acabó ahí, ya que en ruegos y preguntas la popular demandó mayor consideración hacia su persona. "Pido a la presidencia imparcialidad y libertad de expresión. Si alguien le molesta como me expreso, lo siento mucho, pero como entenderán no voy a cambiar mi manera de ser", aseveró. "Se ha equivocado y debería disculparse. Si no lo hace, nos vamos todos con mal sabor de boca", insistió el líder del PSPV para cerrar el tema.
Antes de concluir el pleno, Martí adelantó que en agosto convocará a los dos grupos de la oposición para comenzar a negociar el presupuesto de 2022. El presidente de la institución buscará consensuar sus primeras cuentas después de los fallidos intentos en 2020 y 2021. Este año estuvo cerca de obtener el apoyo del PP y Cs, pero al final solo pudo hacerse la foto con el partido liberal. Los populares acabaron votando en contra.