CASTELLÓ. Al menos dos empresas se han interesado por el nuevo contrato para retirar la cruz del Ribalta. Así lo ha asegurado el portavoz del gobierno municipal, José Luis López, este viernes en rueda de prensa. Este interés se produce a pesar de que el contrato (que se ha licitado por tercera vez) se ha lanzado con el mismo presupuesto que los dos concursos anteriores: 71.286 euros. La licitación precedente a esta quedó desierta porque ninguna empresa se presentó para acometer la obra.
López afirma que el consistorio ha mantenido varias conversaciones telefónicas con un par de empresas que han mostrado su interés en el contrato y "que no llegaron a tiempo para presentarse al anterior". De esta manera, las compañías interesadas en retirar la polémica cruz tendrán hasta el 13 de septiembre para presentar sus ofertas.
Y es que la retirada de este símbolo, en virtud de la ley de memoria histórica, no está siendo una tarea fácil para el consistorio. Se trata de un proceso que se inició en 2019 y que a día de hoy no se ha podido resolver. Tras los años de tramitación, la cruz debería haber sido retirada este verano, sin embargo no fue así. La empresa que resultó adjudicataria en la primera licitación del contrato, Solaris Purgaret, solicitó a los pocos días de firmar el acta de replanteo que se paralizara la ejecución y se retrasara el inicio de los trabajos argumentando que no se daban las garantías jurídicas por la existencia de un recurso contencioso-administrativo interpuesto por la organización ultracatólica Abogados Cristianos.
El Ayuntamiento decidió resolver el contrato con la compañía, que además no ha tenido ninguna actividad desde su creación en 2021, y volvió a licitar el contrato. En esta segunda licitación, que finalmente quedó desierta, las condiciones cambiaban ligeramente y las empresas debían acreditar solvencia económica y técnica. En concreto, las mercantiles debían presentar un volumen anual de negocios de al menos 90.000 euros, así como una relación de actuaciones realizadas durante los últimos cinco años.
Ahora, pese a que el tercer contrato sale a licitación con las mismas condiciones que el segundo que quedó desierto, el Fadrell confía en poder adjudicarlo. Eso sí, la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción de Castellón (Apecc), advierte de que existe un riesgo de que el nuevo concurso público quede desierto, ya que el presupuesto "no se ajusta al contexto actual por el notable incremento de los precios de las materias primas debido a la guerra de Ucrania". Para Carlos Gomis, secretario general de esta entidad, lo más adecuado sería "un aumento en el importe final de hasta el 35% para que acometer la actuación resulte rentable".