Retoman las obras y prevén tener listo el jardín que sustituirá a la cruz de Ribalta antes de Magdalena

CASTELLÓ. Tras más de un mes con las obras paralizadas, Vainsa, la empresa encargada del retiro de la cruz del Ribalta y la posterior remodelación de la zona ajardinada, ha retomado los trabajos. Desde este lunes, las máquinas de la empresa adjudicataria están trabajando sobre el terreno para ejecutar la primera de las fases de la obra y eliminar la plataforma sobre la que se alzaba el monumento, las escalinatas y los muros, así como el césped y los setos.

En un principio, la previsión para ejecutar estos trabajos era hacerlo en un plazo de seis semanas, sin embargo, tal y como apuntó este diario hace unos días, la compañía se ha visto obligada a solicitar al Ayuntamiento de Castelló una ampliación del plazo ante la imposibilidad de cumplir con los tiempos marcados en el proyecto. Ahora, el consistorio está tramitando esta ampliación, que ya valoraba hace unas semanas ante la inacción de la empresa valenciana.

Y es que, según explicó el portavoz del gobierno, José Luis Lopez, y publicó el diario El Mundo, Vainsa tuvo dificultades para encontrar una empresa que subcontratar al verse perjudicada por la rescisión de contratos con una tercera empresa que debía asumir varias actuaciones en su nombre, aunque López no detalló si esta actuación se encontraba entre las mismas.

La obra finalizará a principios de marzo

Tal y como señalan fuentes municipales, la previsión es que los trabajos en la zona ajardinada donde se erigía la cruz finalicen a principios de marzo. De esta manera, si en esta ocasión sí se cumplen los plazos, esta zona del parque Ribalta estrenará un nuevo jardín para las Fiestas de la Magdalena.

Cabe recordar que desde el pasado 4 de enero (día en el que Vainsa Infraestructuras retiró y trasladó la cruz) la empresa no había vuelto a obrar en este jardín, que data del año 1926. Ahora, una vez retomados los trabajos, la compañía deberá seguir con las fases del proyecto y eliminar la plataforma que alzaba el vestigio franquista, las escalinatas, los muros, los setos y el césped para posteriormente rediseñar el espacio, colocar nuevo mobiliario y, por último, restituir el jardín con la plantación de nuevos arbustos y árboles.