CASTELLÓ. La concejala de Servicios Sociales de Almassora, Diana Belliure, ha confirmado la reducción de los tiempos de espera para las personas que requieren ayudas en materia de dependencia se sitúa entre los seis y los ocho meses. De este modo, si los afectados tardaban antes cerca de 16 meses en ser valorados y percibir la contribución, ahora este tiempo se sitúa entre los ocho y los diez meses en la localidad, según han informado este sábado fuentes municipales a través de un comunicado.
Según la edil, “el personal del área de dependencia de Servicios Sociales ha hecho un gran esfuerzo para realizar el máximo número de valoraciones domiciliarias posible y ha intensificado el ritmo de trabajo para acelerar las tramitaciones”, ha apuntado la edil, quien ha recordado que el logro ha sido posible gracias a “la ampliación de la plantilla con la contratación de una nueva trabajadora social, dedicada exclusivamente a la gestión de dependencia”.
De este modo, Servicios Sociales ha realizado en lo que va de 2019 un total de 144 valoraciones, una cifra que ya supera a las 132 realizadas en todo 2017. A este ritmo, los técnicos municipales estiman que en julio de 2019 comenzarán a valorar los expedientes abiertos en este mismo año, una nueva reducción de los tiempo de espera que hará posible “que las personas y las familias afectadas por enfermedades que requieren de asistencia constante puedan recibir antes las ayudas y, por lo tanto, ganen en calidad de vida y en salud”, ha destacado Belliure.
Según se detalla en el comunicado municipal, actualmente 350 personas del municipio reciben algún tipo de recurso relacionado con la dependencia. De estas, 182 reciben prestación económica para cuidados en el entorno familiar y apoyo a cuidadores no profesionales y otras 168 están en residencias y centros de día.
La nota emitida por el Ayuntamiento recuerda que, durante el ejercicio de 2018, el departamento de Servicios Sociales destinó un total de 220.494,20 euros ayudas a personas mayores o dependientes con servicios de transporte y cuidados. Estos fondos sirvieron para garantizar el transporte de las personas con movilidad reducida, mantener programas domiciliarios como Major a Casa y Menjar a Casa, y contribuir al funcionamiento de la residencia de la tercera edad y de la unidad de respiro para personas afectadas por el Alzheimer.