Último Mondeo fabricado en AlmussafesVALÈNCIA. Adiós al Ford Mondeo en la factoría valenciana de Almussafes. Este jueves salían las 40 últimas unidades fabricadas de un modelo que llegó en 2014 y abrió una nueva etapa en la planta. No solo supuso el ensamblaje de un coche de mayor tamaño pensado para un público familiar, sino que la convirtió en una planta con una amplia gama de modelos: la nueva berlina, el Kuga, Connect y C-Max. Eran los años dorados de una factoría que ahora atraviesa una situación bien distinta.
Los cambios en el sector de la automoción han llevado a la mayoría de fabricantes a transitar hacia la electrificación, un camino que desde hace años emprende la firma del óvalo, pero del que se desconoce todavía el papel que jugarán las instalaciones valencianas. La despedida del icónico Mondeo en el mercado europeo es el reflejo de ese cambio de paradigma.
No obstante, ha dejado un gran bagaje en una fábrica que ha demostrado su capacidad de adaptación ante los nuevos retos. Y es que por la planta valenciana han pasado todo tipo de coches: desde el Mazda, al Fiesta pasando por el Focus o el Kuga, el actual buque insignia de las instalaciones de Almussafes y que concentra la mitad de su producción anual.
La llegada a tierras valencianas del Mondeo se produjo en septiembre de 2014, tras el cierre de la factoría belga de Genk, que obligó a reorganizar la producción europea de Ford. Empezaba entonces un repliegue por el continente europeo que se ha saldado con el cierre de varias fábricas en países como Inglaterra, Alemania o Rusia. En 2015, Almussafes perdió el C-Max, pero empezó a ensamblar el S-Max y el Galaxy convirtiéndose así en la planta de Ford en el mundo con cinco modelos diferentes.
"La llegada del Mondeo fue un momento crucial en la historia de la fábrica. Lamentablemente conllevó el cierre de la de Genk, pero para Almussafes supuso una inversión de 3.000 millones, la puesta en marcha de dos nuevas plantas de pintura y carrocería y 4.000 contrataciones", rememora Carlos Faubel, presidente del Comité de Empresa en Almussafes. Por tanto, remarca que su llegada fue "un antes y un después" en la dimensión de la fábrica valenciana. "Nos deja una herencia muy buena. La lástima es que han cambiado los gustos de los clientes en pocos años de una manera radical y la berlina, no solo en Ford, sino en todas las marcas prácticamente ha desaparecido", señala.
Lanzado en 1993, el Mondeo fue el primer vehículo de Ford considerado como coche global, destinado a consolidar una serie de modelos en todo el mundo. Desde su lanzamiento en Europa, donde sustituyó al Ford Sierra, sus ventas han superado las cinco millones de unidades. De las instalaciones valencianas han salido más de 400.000 unidades en los últimos ocho años.
Aunque sin ser la 'joya' de Almussafes, suponía el 8% de la producción total de la planta. En 2015, el primer año completo de su producción, salieron 96.416 unidades; en 2016 fueron 77.192; y en 2017 se ensamblaron 60.700 coches Mondeo. Ya en 2018, su fabricación descendió hasta las 54.500 unidades; mientras que en 2019 la fabricación disminuyó hasta las 40.150. La llegada de la crisis sanitaria y el parón de la actividad desplomó su producción y la de todos los modelos hasta los 18.700 vehículos, aunque el golpe más duro fue en 2021 por la crisis de los michochips que hundió la actividad en la factoría y se saldó con solo 10.300 coches Mondeo de un total de 160.000 vehículos fabricados, la producción más baja de Almussafes en casi una década.
Sin embargo, esta despedida ya estaba programada. Hace un año que la compañía avanzaba su decisión de adelantar a finales de marzo de este año el fin de ciclo del Mondeo, previsto inicialmente para 2023, con el objetivo de avanzar hacia vehículos de pasajeros totalmente eléctricos. Y lo hacía el mismo día que asignaba nuevos motores para el Kuga híbrido enchufable y los modelos Kuga, Galaxyy S-MAX Full Hybrid. Por tanto, el final de este coche no ha tenido un gran impacto en el empleo porque la mayor parte del excedente de personal ha sido absorbido por la planta de motores.
En estos momentos, la planta valenciana está sujeta al enésimo ERTE-se encadena uno cada trimestre desde la pandemia- como consecuencia de la inestabilidad en el suministro de semiconductores y componentes. Una situación que se ha visto agravada por el impacto de la guerra en Ucrania en la cadena de suministros. De hecho, ya se ha cerrado un nuevo expediente para este segundo trimestre.
Además del Mondeo, Almussafes perderá también la furgoneta Transit, destinada al mercado norteamericano, a finales de año y ya en 2023, la dirigida a Europa. Estos cambios ya previstos continuarán con los modelos Galaxy y S-Max, que se fabricarán hasta marzo de 2024, lo que implicará que en solo dos años se quedará sin cuatro de los cinco modelos que actualmente fabrica. A partir de 2025, únicamente perdurará el Kuga, por lo que precisa nueva carga de trabajo. Y en ello lleva meses batallando.
La multinacional Ford está inmersa en la electrificación de sus modelos. Una estrategia que ha acelerado en Europa con el lanzamiento de siete nuevos coches, que empezarán a producirse a partir de 2024. Serán tres nuevos turismos y cuatro vehículos comerciales con los que la firma espera vender más de 600.000 coches eléctricos al año en Europa a partir de 2026. Alemania, Rumanía y Turquía han sido las plantas elegidas para ese cometido, pero sobre Almussafes sigue sin haber noticias.
No obstante, todavía hay dos modelos eléctricos pendientes de asignar. Una producción que la factoría se disputa desde hace meses con la alemana de Saarlouis. La firma ya ha dejado claro que la adjudicación recaerá en una de esas dos plantas, lo que ha derivado en una batalla interna por conseguir seducir a los directivos de Ford. Para ello, han tenido que presentar propuestas de ajustes laborales para demostrar la competitividad de cada una.
De la germana no han trascendido los detalles más allá de que los sindicatos se han unido todos a una y han presentando una oferta que incluye recortes para sus tres plantas de Ford en el país -dos en Colonia y la de Saarlouis-, por lo que sus ajustes tendrán un impacto en una plantilla de cerca de 20.000 empleados. Mientras que la propuesta valenciana incluye una contención salarial y flexibilidad en los turnos en función de la demanda, pero condicionada a que Almussafes se adjudique los nuevos modelos eléctricos.
Ford está evaluando esos ajustes, además de planes de apoyo que le han presentado las Administraciones de cada país, para decantar la balanza a favor de una u otra. Hay mucho en juego. Para Almussafes porque a partir de 2025 solo tendrá el Kuga y Saarlouis dejará de producir ese año el Focus, el único que fabrica. Ambas tienen necesidades, pero, además, la compañía ya ha dejado claro que solo puede quedar una porque no hay volumen suficiente de trabajo para sostener ambas factorías.
No será hasta el mes de junio cuando llegue el anuncio oficial por parte de la central en Detroit. Una decisión que condicionará el futuro de ambas factorías y el de toda una industria valenciana de la automoción de la que dependen más de 25.000 empleos. Hasta verano, el sector seguirá en vilo, aunque hay confianza en el potencial y la competitividad de una planta que ya ha demostrado en sus 45 años de historia su resiliencia en tiempos difíciles.
