CASTELLÓ. Ascer y los sindicatos han sellado este miércoles un preacuerdo y han logrado desbloquear el convenio colectivo del azulejo tras casi un año de negociaciones. Ambas partes han recuperado la paz social en un sector que se encuentra en horas bajas por la crisis de demanda. Así, han concertado una subida de un 3,5 % en 2023, que mejora el IPC de dicho año, y de un 2, 5 % con una reducción de 8 horas de trabajo en 2024.
Las delegaciones de Ascer, UGT y CCOO se han reunido durante cuatro horas en la sede de la primera y han alcanzado un principio de acuerdo que ha de ser ratificado por las asambleas de los sindicatos y la junta rectora de la patronal. El 12 de abril se han citado para ratificar el convenio. El encuentro ha tenido lugar con la amenaza de dos nuevas jornadas de paro que se habían previsto el 5 y 9 de abril y que se han desconvocado tras alcanzarse el pacto.
Ascer y las centrales sindicales han hecho un último esfuerzo que ha dado sus frutos. La propuesta satisface las demandas de ambas partes. Así, el 3,5 % de 2023 se sitúa por encima del IPC de ese ejercicio (3,1 %) , que era el mínimo que exigían los sindicatos, y con efectos retroactivos, mientras en 2024 el alza será en la práctica de un 2,9 % si se incluye la disminución de las 8 horas. La jornada laboral será de 1.776 horas en 2023 y de 1.768 en 2024.
La patronal por su parte ha podido retirar el último año del convenio en el preacuerdo (2025), que se analizará más adelante. Inicialmente solo quería abordar un año, pero al final ha aceptado un convenio de dos años.
"El preacuerdo ha sido alcanzado tras meses de difíciles negociaciones desarrolladas en un momento de grave incertidumbre para las empresas que pese a ello han realizado un importante esfuerzo que permitirá mejorar las condiciones económicas de las personas empleadas en el sector", han destacado desde Ascer.
Desde los sindicatos han trasladado "su satisfacción" por el convenio conseguido y "el retorno de la paz social". Desde UGT han añadido que de cara a 2025 intentarán que el marco que se trate no solo comprenda 2025 sino que incluya al menos tres años para propiciar una mayor estabilidad social.
Las negociaciones de este convenio han sido las más arduas, tensas y complejas desde 2012, cuando el sector vivió una huelga en una coyuntura entonces también de crisis. Han tenido dos fases: la primera tuvo lugar desde julio a octubre de 2023 sin ningún avance. Los sindicatos planteaban un incremento de un 10 % en tres años (4 % en 2023 y un 3 % en 2024 y 2025). Mientras, Ascer apostaba por una subida más moderada por los problemas del sector y defendía un 6% en tres años (un 2,5% en 2023, un 2% para 2024 y un 1,5% para 2025).
En octubre se dieron por rotas las conversaciones y no hubo reuniones durante el resto de 2023. En enero, CCOO y UGT organizaron un calendario de movilizaciones para presionar a Ascer, con manifestaciones y dos días de huelga durante Cevisama. En la feria, un día antes de la celebración del paro sectorial, Ascer movió ficha y aproximó la subida salarial al IPC del 3,1 % pero limitando solo el acuerdo a 2023. Los sindicatos rechazaron este movimiento y mantuvieron la huelga, que fue la primera que vivía el azulejo en once años.
La semana pasada, CC OO y UGT anunciaron otros dos paros en abril para seguir forzando a la patronal a virar su postura. Ascer y sindicatos se vieron de nuevo las caras en el Tribunal de Arbitraje Laboral por los días de huelga y se emplazaron a una nueva reunión este miércoles, que por fin ha llegado a buen puerto.