VALÈNCIA (EFE). La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ha cifrado las pérdidas del año agrario de 2022 en 800 millones de euros, un 25 % más que el año anterior, a causa de la subida de los costes de producción, las mermas de cosechas por la anomalía climática y la entrada de importaciones de terceros países.
Otros motivos que justifican estas pérdidas son la falta de soluciones para combatir las plagas y enfermedades, los daños récord de la fauna salvaje y los robos en el medio rural, según la asociación, que reclama a las administraciones una hoja de ruta que garantice una sostenibilidad medioambiental y económica.
Pese a la inflación del 15 % de los precios de venta de los alimentos, los precios a pie de campo no cubrieron en muchos cultivos los costes de producción y tuvieron unas pérdidas de mercado de 300 millones para los productores.
Todos los costes agropecuarios siguieron subiendo en 2022 hasta alcanzar máximos históricos: los fertilizantes (+62 %), si bien algunos compuestos nitrogenados y la urea se han llegado a doblar o triplicar; la energía (+49 %) –entidades de riego han pagado facturas cuatro o cinco veces superiores debido al incremento desmesurado del precio de la electricidad y al establecimiento por parte del Gobierno del tope al gas–; los piensos (+34 %) y los fitosanitarios (+20 %).
El gasóleo agrícola bajó su precio a finales de año pero a lo largo del ejercicio se mantuvo un 70 % más caro, según el balance del año realizado este miércoles por AVA.
Las sucesivas adversidades climáticas (heladas, falta de horas de sol en primavera, lluvias persistentes y torrenciales, pedrisco, sequía, calor en invierno) provocaron desplomes de cosechas en los principales cultivos, como son los cítricos (-20 %), uva (-25 %), olivar (-85 %), almendra (-55 %), arroz (-10 %), cereales (-25 %) o caqui (-70 %). Esta siniestralidad, muchas veces no cubierta por el seguro, acumuló pérdidas por 285 millones.
Además, la continuada supresión de materias fitosanitarias y la generación de resistencias a los pocos productos autorizados mantuvieron los ataques de plagas y enfermedades, con unos daños de 150 millones, sobre todo en cítricos (Cotonet de Sudáfrica, araña roja y mosca del Mediterráneo), caquis (cotonets, moscas blancas y mancha foliar), arroz (pyricularia y malas hierbas) y almendras (avispilla y Xylella fastidiosa).
AVA recuerda que la UE presentó en 2022, en línea con el Pacto Verde, una propuesta de reglamento que plantea nuevos recortes e incluso la prohibición de todos los fitosanitarios en "zonas sensibles" que suponen más del 30 % de la agricultura española y más del 80 % de la valenciana.
Añade que las instituciones comunitarias se siguen oponiendo a establecer cláusulas espejo o reciprocidad a las importaciones foráneas que desplazan las producciones europeas en su propio mercado, y señala como única nota positiva el establecimiento del tratamiento en frío a los cargamentos de naranjas sudafricanas a fin de evitar la introducción y propagación de la falsa polilla, pero con la exclusión de mandarinas y pomelos.
La fauna salvaje, sobre todo el jabalí, incrementó sus daños un 15 % y ya causa 40 millones de daños anuales, en tanto que los robos de cosechas de alto valor, instalaciones de riego y materiales metálicos causan 25 millones de pérdidas en el sector agrario valenciano.
Sobre las protestas durante el año, AVA asegura que a la vista de las políticas agrarias insuficientes e incluso lesivas para el mundo rural, 2022 fue un año con múltiples movilizaciones en Valencia y Madrid.
AVA-Asaja participó, entre otros actos reivindicativos, en la manifestación del sector agrario el 25 de febrero en València, la manifestación del mundo rural el 20 de marzo en Madrid, la concentración contra la PAC el 23 de noviembre y la concentración de los regantes frente al ministerio para la Transición Ecológica el 29 de noviembre.