CASTELLÓ. Los primeros conciertos con mascarilla y mediante aforo reducido han empezado a copar poco a poco la agenda cultural de todo el país. Aunque en Castelló, al igual que está ocurriendo con el cine o el teatro, esta realidad tardará un poco más en llegar. La mayoría de locales aseguran que no programarán al menos hasta octubre, acumulando así más de seis meses sin actividad. Es por eso que, mientras la incertidumbre continua, el sector ha empezado a avanzar en su particular desescalada.
La regidora de Cultura de Castelló, Verònica Ruiz, se ha reunido con los representantes de una decena de salas de la ciudad para consensuar las bases de una línea de ayudas, valorada en 60.000 euros, para espacios que programen música en vivo. Como avanzó Castellón Plaza, se trata de una serie de subvenciones que el Ayuntamiento activará cuando se apruebe la modificación del presupuesto de 2020 y que empezarán a adjudicarse este mismo año. Además, la intención del consistorio es mantener estas partidas para los próximos años. “Las salas son centros culturales fundamentales para fomentar la música en vivo y de calidad. Pensamos que cada una tiene su propia personalidad y su proyecto. Por eso, las ayudas están pensadas para dar apoyo a diferentes propuestas artísticas”, ha destacado Ruiz.
En el encuentro virtual, los dueños de las salas -Opal, Because Rock’ Roll, Terra, Anvil, La Burbuja, Candilejas, Abyssmo y Jaleo, además del vicepresidente de la Asociación Estatal de Salas Privadas de Música en Directo (ACCES), el castellonense Luis Óscar Garcia-, han mostrado su "satisfacción" por la ayuda y se han comprometido a trabajar con el consistorio para generar una programación conjunta de cara al último cuatrimestre del año. Se espera así que la vuelta a los conciertos se desarrolle en equipo, compaginando la programación pública y privada y evitando, en la mayor medida, la contraprogramación.
“Es una demanda que el sector siempre ha tenido. Las instituciones se pasan la vida buscando recintos para hacer actuaciones cuando ya tienen recintos, que son las propias salas. Por eso, al igual que programan en el Templet del Grau o en la plaça Major, deberían hacerlo en los locales de la ciudad”, apunta a este diario Luis Óscar Garcia, quien añade que “nunca se ha gastado esta fórmula, por la idea rara que hay de que las instituciones no están para respaldar la empresa privada, cuando al final es el gran eje de la cultura”.
Durante este tiempo, el profesional apunta que las salas han mantenido al menos un 20% de sus gastos, pese a estar cerradas, y por eso afirma que “si no se les ayuda ahora, cuando puedan hacer conciertos ya muchas habrán bajado la persiana”. En este mismo sentido, Ruiz ha señalado que “en el sector de la música en directo, esta crisis corre el riesgo de extenderse mucho más allá del momento en que acabe el confinamiento y la situación empiece a normalizarse, dado que nos encontramos a las puertas de la temporada alta, con la llegada del periodo estival".
Para hacer frente a la crisis, la edil ha asegurado que el consistorio pondrá a disposición todas las "facilidades" posibles a fin de que los espacios castellonenses, que ponen la ciudad en el "mapa de las giras internacionales, en todos los formatos y estilos", puedan tirar hacía adelante. "Son una ventana para la difusión de los músicos de la tierra, que en los últimos tres meses se han tenido que quedar en casa", ha manifestado la edil. Las bases se diseñarán para ello buscando el consenso entre todas las salas. De momento solo se sabe que serán lineales.
Proponen crear una carpa de aproximadamente 10.000 metros cuadrados como alternativa para hacer frente a la campaña estival