CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló avisa a los titulares de los cuatro chiringuitos (La Playa, Dharma, Solé y Atlanta) que se enfrentan a sanciones si deciden abrir a partir del 1 de junio. En una circular enviada por correo electrónico, la concejala de Contratación, Pilar Escuder, reconoce que, a escasas dos semanas para que comience la temporada estival, el Servicio Provincial de Costas (Ministerio) todavía no se ha pronunciado sobre la autorización, por lo que advierte que el inicio del montaje de las infraestructuras sin permiso se considera una falta "muy grave".
En el escrito, además de recalcarse la imposibilidad de iniciar la actividad de ocio sin el correspondiente consentimiento, se subraya que el incumplimiento acarrea la apertura de un expediente sancionador. Esto significa la imposición de penalidades. Incluso, la resolución del contrato.
La notificación ha sentado como un jarro de agua fría entre los propietarios, que se consideran desprotegidos. "Nos piden no hacer nada pero sin darnos fechas de cuándo podremos abrir nuestros negocios", señalan desde la asociación de hoteleros, empresarios de hostelería, deportes, hamacas y actividades relacionadas con las playas (Adepla). "Estamos peor que el año pasado, porque se supone que las autoridades se comprometieron a dar una solución después del verano", agregan.
En el aviso por email, el consistorio recuerda que los establecimientos han de presentar estructura modular, colocada sobre una plataforma desmontable. Asimismo, tanto los 20 metros cuadrados cerrados como los 120 m2 de la terraza deben ser de madera, siendo los toldos o sombrajes de material ignífugo.
La posibilidad de que la autorización de Costas tenga fecha 1 de junio, como establece el contrato de explotación municipal, empieza a convertirse en una utopía. Más allá de que los técnicos de la Conselleria de Transición Ecológica insistan que al menos hasta el 15 de junio el proceso de cría del chorlitejo patinegro desaconseja conceder las licencias, las conversaciones entre el Ayuntamiento y la administración autonómica continúan sin dar sus frutos.
Oficialmente no consta que exista una petición de Costas (Ministerio), a instancias del consistorio, para que la dirección general del Medio Natural, vía Vida Silvestre, realice una evaluación acerca de la situación de la diminuta ave en las playas del Pinar y El Gurugú, donde se deben instalar los cuatro merenderos. Sin una inspección in situ, el informe que prevalece es que el cada año remite la propia Conselleria con carácter general respecto al estado del litoral valenciano.
Esa instrucción interna, amparada en el Plan de Acción Territorial de Infraestructura Verde del Litoral (Pativel), cataloga los dos arenales como protegidos por fauna sensible. Las restricciones a propósito de la actividad humana limitan el periodo de explotación de los chiringuitos al intervalo que va del 1 de julio al 30 de septiembre.
En efecto, se repite la misma situación que en 2021 por estas fechas. Entonces, el enredo burocrático atrapó a los empresarios, que tuvieron que esperarse hasta varias semanas después del 30 de junio para ofrecer servicio. De hecho, alguno afrontó sanciones por ocupar el dominio público antes de tiempo, lo que generó todavía más polémica.