CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló recibe un alud de peticiones para ampliar las terrazas de los bares en el primer día de la entrada en vigor de la Fase 1 de la desescalada. Más 100 establecimientos hosteleros, de los 638 autorizados para instalar mesas en el exterior, esperan recibir el permiso en los próximos días, aunque existe el convencimiento de que las solicitudes se van a incrementar con el paso de la semana.
La avalancha de instancias no ha cogido por sorpresa a los técnicos municipales. Primero, porque muchas se formalizaron días atrás en previsión de cambiar de situación. Segundo, porque se trata de una fórmula legal para esquivar las restricciones sobre los mobiliarios. Según la orden publicada por el Boletín Oficial del Estado (BOE), el límite se sitúa en el 50%, ateniendo a la cantidad total recogida en la licencia municipal del año anterior. Dicho de otra manera, si un negocio tiene autorización para cuatro mesas, solo está en condiciones de sacar dos, siempre con una separación de dos metros entre cada una y un tope de 10 personas, siendo la permanencia máxima de una hora.
Sin embargo, con la ampliación de la terraza los propietarios pueden mantener el número de mobiliarios. Para ello, deben acreditar que existe suficiente superficie para garantizar que se respeta el distanciamiento social.
Otros requisitos que exige el Ayuntamiento obedecen a las medidas sanitarias. No solo el empresario ha de reforzar la higiene con la limpieza y desinfección del equipamiento exterior entre un cliente y el siguiente, sino que además queda prohibido la utilización de manteles de un solo uso. Del mismo modo, se eliminan elementos como servilleteros, aceiteros o incluso cartas, ya que el Ministerio de Sanidad pide optar dispositivos electrónicos, pizarras o carteles. También resulta imperativo la existencia de dispensadores de geles hidroalcohólicos o desinfectantes en la entrada del local.
La hostelería reabrió este lunes de manera desigual tras más de 60 días de cierre por el decreto de estado de alarma a consecuencia de la covid-19. En muchas zonas de Castelló, así como de las principales localidades de la provincia, las reaperturas se limitaron a lugares muy concretos, sin continuidad entre los establecimientos de una misma zona.
En el centro de la capital de la Plana no todos los bares levantaron sus persianas, como tampoco en barrios periféricos, caso del que comprende gran parte del bulevar Blasco Ibáñez. De los siete establecimientos ubicados a lo largo del paseo, poco más de un par abrieron sus puertas. Eso sí, al igual que los demás que decidieron ofrecer servicio, el goteo de clientes fue una constante a lo largo del día.
Muchos negocios de Castelló pospusieron la reapertura, bien por estar pendientes de esa autorización para ampliar la terraza, bien por esperar a la evolución de estos días. También cabe incorporar como posible causa los numerosos ERTE solicitados y vigentes durante lo que queda de mes y el siguiente, dependiendo de las circunstancias de cada profesional del sector.
Al respecto, un espacio gastronómico con tanta tradición como las tascas prevé alargar el cierre hasta otoño. Al menos, así lo advierten varios de los empresarios que componen la asociación.