CASTELLÓ. Cuando el 25 de junio de 2019 Amparo Marco (PSPV-PSOE), Ignasi Garcia (Compromís) y Fernando Navarro (Podem-CSeM-EUPV) suscribieron el Acord de Fadrell para reeditar la alianza de izquierdas en el Ayuntamiento de Castelló, lo hicieron conscientes de las ventajas e inconvenientes que implicaba constituir un gobierno tan plural. El ejercicio político de fusionar tres programas ligeramente diferentes, además de enriquecer, también suponía una invitación a la división si se anteponían, en algún momento, los idearios ideológicos al interés general.
Sin haberse cumplido un año de aquella fecha, el tripartito sigue encallado con su primer presupuesto de la legislatura. Las cuitas internas parecen aflorar cada vez que el consenso llama a la puerta. Ocurrió en diciembre, con la crisis abierta a raíz de la actitud de la formación valencianista con respecto la moción del PP y Ciudadanos sobre las fiestas. Y vuelve a suceder ahora con la posición de la confluencia a propósito del reajuste económico para privilegiar aquellos planes que permitan acometer la reconstrucción económica por los efectos de la covid-19.
Podem-EUPV, de alguna forma, considera que se produce un agravio comparativo con el criterio elegido por sus socios para decidir qué partidas deben respetarse y cuáles han de sufrir un tijeretazo. Ese principio viene determinado por el compromiso adquirido, es decir, si el proyecto ya figuraba como pendiente de ejercicios anteriores.
Ese es el principal motivo por el que la convergencia no participa en el Plan de Revitalización Económica (Pirecas). La mayoría de las 47 obras programadas corresponden a actuaciones de 2019 o 2018. "Formamos parte del equipo de gobierno y no lo vamos a criticar, pero somos partidarios de desarrollar otros planes", apuntan desde Podem-EUPV.
En este contexto, la confluencia se siente en inferioridad en relación al PSPV y Compromís. Al asumir dos concejalías sin excesivo protagonismo en el anterior mandato, como son Vivienda y Transición Ecológica, muchas de las inversiones para 2020 son novedosas. Sin tener un carácter plurianual, por ejemplo, resulta más sencillo congelarlas frente otras que están inacabadas y cuyo horizonte de ejecución incluso va más allá de este año.
Según las mismas fuentes, la fórmula para reestructurar el presupuesto hipoteca gran parte del programa de Podem-EUPV, orientado hacia la sostenibilidad, la eficiencia energética y la agricultura. De ahí las reticencias para dar el visto bueno, lo que dificulta todavía más la entrada en vigor de las nuevas cuentas municipales antes del verano.
Una vez los tres socios se pongan de acuerdo, habrá que convocar un pleno para verificar los números (previsiblemente en junio). Tras la validación de la corporación, entonces se abrirá un periodo para que tanto los partidos de la oposición como asociaciones vecinales puedan presentar enmiendas. Dichas alegaciones deberán ser estudiadas por el equipo de gobierno, que decidirá su incorporación (total o parcial) o bien su desestimación. La justificación tendrá que ir acompañada de un informe técnico en algunos casos.
Y eso demorará más la celebración de una segunda sesión plenaria, en la que de forma definitiva se someterá a votación el nuevo presupuesto para su aceptación. Desde ese instante, contará el reseñado plazo de 20 días para la activación.