CASTELLÓN. La avenida Enrique Gimeno, en el tramo entre las avenidas de l’Alcora y Ribesalbes, ha quedado hoy abierta al tráfico después de seis meses de obras para la adecuación de este primer tramo del bulevar ciclopeatonal que en un futuro debería unir Castellón, Almassora y Vila-real. La ejecución de este proyecto ha supuesto conceder protagonismo a los desplazamientos a pie y en bicicleta a través de la ejecución de un carril bici y aceras para que peatones y ciclistas puedan desplazarse en condiciones seguras en un acceso a la ciudad hasta ahora pensado exclusivamente para los vehículos a motor.
La actuación, con una inversión de más de 670.000 euros de fondos municipales, también ha incluido la renovación de los servicios de agua, saneamiento y drenaje; la instalación de nueva iluminación; la renovación del firme; la instalación de pasos de peatones, uno de ellos elevado y a mitad de trazado para calmar la velocidad; la renovación de semáforos y la adaptación de los trabajos al patrimonio arbóreo existente.
La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, ha recordado que este tramo de la avenida Enrique Gimeno "todavía mantenía las mismas características de carretera nacional que hace 24 años, cuando se desvió la N-340, con calzada y arcenes pero sin ni tan siquiera aceras". Por ello, la primera edil ha reivindicado las ventajas de una inversión "que repercute directamente en la calidad de vida de una ciudad que aspira a ser más sostenible, con más alternativas de desplazamientos, que conecta barrios con zonas dotacionales y que recupera espacios públicos para las personas".
El concejal de Ordenación del Territorio, Rafa Simó, que ha acompañado a la alcaldesa en la recepción de obras, ha añadido que gracias a esta remodelación "los numerosos peatones y ciclistas que utilizaban esta avenida, ya no se verán obligados a ir por los arcenes. Ahora cuentan con aceras y un carril bici que favorecerán estos desplazamientos alternativos al vehículo a motor. Enrique Gimeno ha dejado de ser una carretera para pasar a ser una vía urbana que integra barrios".
La obra ha mejorado las conexiones ciclopeatonales de las pistas de atletismo Gaetà Huguet y la piscina municipal olímpica Salera con la avenida de l’Alcora y su entorno residencial y dotacional. "Esta obra también contribuye a tejer ciudad, conectar barrios, acercar dotaciones y posibilitar conectores ciclistas y peatonales seguros que ofrezcan una alternativa sostenible en los recorridos urbanos", ha reivindicado la alcaldesa de Castellón.
La imagen que sigue intacta es la de los imponentes plataneros existentes a un lado y otro de la avenida. La ejecución del proyecto se ha adaptado "a este arbolado monumental que forma parte del patrimonio ambiental y paisajístico de los y las castellonenses", ha defendido la alcaldesa. Así, se han adaptado los alcorques, rellenados con triturado de poda, para evitar una compactación excesiva del suelo que limitara el oxígeno, la filtración de agua y nutrientes necesarios para estos plataneros de sombra con más de 80 años formando parte del paisaje urbano de Castellón. También se ha colocado pavimento drenante en las aceras para facilitar la filtración de agua.
Por otra parte, Marco también ha puntualizado que esta reforma se ha ejecutado siguiendo las directrices marcadas por el plan director del bulevar de la Plana, que con una longitud de 5,5 kilómetros conectará Castellón con Almassora y Vila-real y cuyo siguiente tramo, frente al centro comercial y hasta la rotonda de acceso sur, ejecuta actualmente la Conselleria de Vertebración del Territorio.