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La incertidumbre es la madrastra de nuestro tiempo

  • Un herido es trasladado en ambulancia tras el tiroteo este viernes en Christchurch. Foto: MARTIN HUNTER/EFE
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Desde luego si hay un pueblo que celebra la llegada de la primavera de forma bulliciosa, estruendosa y ardiente ese es el valenciano, con nuestras Fallas en las que prendemos fuego a todo, aunque ahora también sean Patrimonio de la Humanidad, y eso parece que le ocurre al mundo en estas fechas con conflictos y problemas por doquier.

Efectivamente, nos acabamos de despertar (por la mañana del viernes) con un nuevo acto de atrocidad terrorista, con un atentado contra dos centros religiosos (en este caso mezquitas) en el que se llevan contados alrededor de medio centenar de muertos en la ciudad de Christchurch en la Isla Sur de Nueva Zelanda, y que seguro conllevara la correspondiente represalia de otros locos terroristas dirigido contra otras víctimas inocentes (al igual que las que han muerto) pero en este caso pertenecientes al grupo identitario de los atacantes (ya sea sunita, chiita o cristiano), porque como dice Samuel Huntington, en su Choque de Civilizaciones, cuando el ethnos (étnico) se convierte en demos (pueblo), el resultado es polemos (guerra), por lo que, y principalmente en ese país, Nueva Zelanda, todos los Servicios de Seguridad y de Inteligencia estén en alerta, porque siempre es mejor prevenir que curar, colaboremos. 

Otro de los lugares donde un acto terrorista ha generado una más que problemática situación, lo que se llama en Polemología una escalada, ha sido en el subcontinente Indio, donde este pasado 14 de febrero un atentado yihadista del grupo independentista islámico Jaish-e-Mohammed con coche bomba, en la disputada región de Cachemira contra un autobús de la policía india de naturaleza militar, produjo más de 40 agentes muertos. Tras este ataque el gobierno de Nueva Delhi acusó al gobierno pakistaní de apoyar a los terroristas, por lo que el 26 de febrero el Ministerio de Exteriores de la India informó que su Fuerza Aérea había atacado instalaciones de Jaish-e-Mohammed en el interior del territorio pakistaní (medio centenar de kilómetros), eliminando a unos 300 miembros del grupo terrorista según Reuters. 

A la anterior acción india, Pakistan respondió con una incursión aérea el día 27 y un bombardeo en zonas no habitadas de la frontera de facto en Cachemira, entablando un combate aéreo entre 32 cazas de combate, 8 indios (cuatro Su-30 MK de fabricación rusa, 2 Mirage 2000 de origen francés y otros 2 MiG-21 rusos) y 24 pakistaníes (entre los que había 8 F-16 de origen USA, 4 Mirage III franceses y otros 4 JF17 chino-pakistaníes), según fuentes locales (NDTV). En las acciones de interdicción se produjeron (aunque es algo discutible por la propaganda que hay en juego) un par de derribos por cada bando, cerrando Pakistan su espacio aéreo hasta el 1 de marzo. 

El problema añadido es que estos dos países, India y Pakistan, se han enfrentado en diversas guerras, la primera fue entre 1947 y 1949 y conllevó la división de Cachemira entre los dos países. Posteriormente en 1965 se produjo otra guerra y en la de 1971 que finalizó con el triunfo de la India trajo la independencia de Pakistán Oriental, hoy llamado Bangladésh. El problema de la actual tensión es que los dos países son potencias nucleares, y menos mal que las detenciones de la semana pasada en Pakistan de terroristas asociados al ataque están desescalando el conflicto/enfrentamiento, pues como declaró Imran Khan, jefe del Gobierno pakistaní: "La historia nos dice que las guerras están llenas de errores de cálculo. Mi pregunta es si podemos permitirnos un error de cálculo teniendo en cuenta las armas que tenemos". Esperemos que la sensatez ilumine a aquellos líderes.

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