AGRO

La caída de la producción en Marruecos rebaja presión en los mercados para la clemenules

El reino alauita prevé una bajada del 12% en el volumen de clementinas mientras la variedad estrella de Castellón inicia la campaña de recolección con buenas perspectivas en los mercados europeos

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CASTELLÓ. La citricultura valenciana afronta el inicio de la campaña con un respiro en la competencia exterior y unos precios inusualmente altos. Marruecos, uno de los principales competidores en el mercado europeo en la producción de pequeños cítricos, prevé una reducción del 12% en los volúmenes de clementinas respecto a la pasada temporada, según publica el portal especializado Fresh Plaza. Una menor oferta marroquí en los meses de otoño, coincidiendo con el arranque de la campaña de la clemenules, podría contribuir a estabilizar los precios y reforzar la posición de los productores de la Comunitat Valenciana, especialmente en Castellón, donde esta variedad es la protagonista indiscutible.

El descenso productivo marroquí está ligado a condiciones meteorológicas adversas, con olas de calor que alcanzaron los 42 ºC durante la floración y el cuajado, y una reducción del 15% en las precipitaciones. Estos factores han provocado la pérdida de cosecha y un retraso de unos 15 días en el inicio de la recolección, que comenzó a finales de septiembre con la variedad Marisol y continuará hasta mediados de diciembre con Sidi Aissa. La tendencia hacia calibres más pequeños se repite en la mayoría de zonas productoras, aunque algunas explotaciones mejor ubicadas, como las del valle del Gharb, mantienen buenos resultados gracias al acceso estable al agua y a la introducción de tecnologías agrícolas innovadoras, según explica a Fresh Plaza, Lisa Delay Alcaraz, directora comercial de Orbis Agro Industry.

Pese al impacto climático, Marruecos sigue consolidando su papel como proveedor estratégico de clementinas y mandarinas para Europa. En la campaña 2024/2025, las importaciones europeas de pequeños cítricos aumentaron un 15%, hasta las 555.155 toneladas, con Sudáfrica y Marruecos como grandes protagonistas. El país magrebí disparó sus exportaciones un 85%, hasta 137.945 toneladas, situándose un 28% por encima de la media de los últimos cinco años. También creció su presencia en el mercado español, donde incrementó sus envíos un 190% respecto al año anterior, consolidándose como el principal proveedor extracomunitario de este tipo de fruta, según los datos de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea y del Ministerio de Agricultura.

Este contexto competitivo ha sido especialmente sensible para los productores de Castellón, de ahí que el ajuste de producción en el país norteafricano llegue como un alivio. El secretario general de La Unió Llauradora, Carles Peris, considera que “si esta campaña Marruecos tiene una producción más baja, es positivo para nuestros productores, porque hay menos presión en los mercados europeos, donde son competidores directos”. Peris apunta además que “en unos diez o doce días finalizará la campaña de Sudáfrica y esta fruta desaparecerá de los lineales de los supermercados, por lo que nosotros podremos comenzar con fuerza nuestra campaña de la clemenules”.

El dirigente agrario confía en que las últimas lluvias ayuden a mejorar el calibre y el aforo previsto, y advierte de que la evolución meteorológica de las próximas semanas será clave para garantizar la calidad poscosecha y evitar problemas como el pixat. “La idea es poder ir aumentando los volúmenes de recolección de manera progresiva hasta final de diciembre para abastecer bien los mercados europeos”, señala.

A este escenario de menor competencia internacional se suma una notable mejora de las cotizaciones en el campo. El informe de la Conselleria de Agricultura sobre el primer mes de campaña citrícola confirmó que las compras fueron muy intensas en septiembre, sobre todo en variedades como clemenules, oronules, marisol y navelina, impulsadas por la necesidad del comercio de asegurar producto en una campaña con menor producción. La previsión de un aforo reducido ha disparado las compras adelantadas y también los precios, que en el caso de la clemenules se situaron más de un 30% por encima de la media de la pasada campaña, alcanzando picos históricos de hasta 0,75 euros por kilogramo.

Con estos niveles de cotización y una menor presión en los mercados exteriores, la campaña de la clemenules arranca con optimismo moderado. La combinación de una oferta ajustada, una buena demanda europea y precios históricamente altos ofrece una oportunidad para consolidar márgenes y reforzar la posición de la citricultura castellonense en el inicio de la temporada. La evolución meteorológica y el comportamiento de los mercados en noviembre serán determinantes para confirmar si esta tendencia se consolida en el conjunto de la campaña.

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