CASTELLÓ. El informe de la Conselleria de Agricultura sobre el primer mes de campaña citrícola confirma que las compras han sido intensas en septiembre, sobre todo en variedades como clemenules, oronules, marisol y navelina, impulsadas por la necesidad del comercio de asegurar producto en una campaña con menor producción. La previsión de un menor aforo esta campaña ha disparado las compras adelantadas y también los precios que, en el caso de la variedad estrella de la provincia, la clemenules, están más de un 30% por encima de la media de la pasada campaña, con picos históricos de hasta 0,75 euros por kilogramo. 

En general, según refleja el informe de la Conselleria, los precios se han situado claramente por encima de la media de las últimas cinco campañas, con especial protagonismo de la clemenrubí, que durante el último mes ha alcanzado un promedio de 0,67 euros por kilogramo y llegó a máximos de 0,80 euros, y de la clemenules, que ha cotizado a una media de 0,53 euros, con operaciones que incluso han llegado a los 0,75 euros. También destacaron la oronules, con valores en torno a 0,67 euros por kilogramo en Castellón, la arrufatina, con 0,52 euros, y la marisol, con una media de 0,43 euros y picos de 0,55 euros. Las satsumas (okitsu e iwasaki) se mantuvieron más estables, en torno a 0,31 euros por kilogramo.

El secretario general de la Unió Llauradora i Ramadera, Carles Peris, atribuye los elevados precios del arranque de la campaña citrícola a la menor producción global, lo que “evita la saturación de los mercados”. Y es que, según los cálculos de la Conselleria, la provincia de Castellón producirá un 14,7% menos cítricos que la media de los últimos cinco años, con una fuerte caída en la clemenules, que pierde 23.000 toneladas respecto a la campaña anterior (-8,3%). Un hecho que seguramente explica que el precio medio que ya se está pagando por esta variedad alcance los 0,59 euros frente a los 0,45 euros de media en la campaña 2024/20205 o los 0,44 euros de la campaña de 2023/2024. 

Según explica Peris, si esta buena cotización se mantiene y el mercado no se desestabiliza, “el valor final de las exportaciones podría incluso aumentar, a pesar de que el aforo de la campaña es más bajo de lo habitual”.

Beneficios desiguales

Peris matiza, no obstante, que el reparto de los beneficios será desigual: “Los productores que superen los 3.000 kilos por hanegada –o los 30.000 por hectárea– sí podrán ganar dinero con su explotación, si se mantienen los precios al alza". Sin embargo, el responsable de la Unió matiza que "aquellos que tengan poca producción o no alcancen esos rendimientos ingresarán mucho menos y, teniendo en cuenta que los costes de explotación son más altos, no conseguirán beneficios”. En este sentido, recuerda que la media productiva en la provincia ronda los 1.500 kilos por hanegada, lo que obliga a diferenciar la situación de cada agricultor.

Aun así, considera que “unos buenos precios siempre suponen un balón de oxígeno para el sector”. Y añade: “Si no fuera por el encarecimiento de los costes de producción, los bajos rendimientos en algunas explotaciones y las pérdidas derivadas de plagas, estaríamos en un momento óptimo”.

Peris concluye recordando que “la campaña es larga y todavía habrá que esperar a que la climatología no nos juegue malas pasadas”.