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CASTELLÓ. La rehabilitación integral del Mercado Central de Castelló comienza su recorrido tangible para convertirse en un espacio "moderno, atractivo y polifuncional". En este sentido, la renovación ha dado este jueves su primer paso en clave de oficialidad institucional con el acto de la firma del contrato de las obras del proyecto entre el Ayuntamiento de Castelló y la Unión Temporal de Empresas (UTE) adjudicataria, compuesta por las castellonenses Nealis —antes Gimecons— y Telecso. La alcaldesa, Begoña Carrasco, y el representante de las compañías, Jorge Cubero, han rubricado el inicio de los trabajos en un acto en la plaza Mayor, junto a la fachada principal del Mercado, con el objetivo de "cumplir los plazos" para abrir el nuevo referente comercial y gastronómico "en poco más de un año".

La reforma completa —por un valor de 9,7 millones de euros y financiada en parte por los fondos europeos— dotará al histórico inmueble de puestos más amplios o un pasillo central que albergará una zona para eventos sociales o exposiciones culturales. Además, entre las novedades más destacadas, el futuro Mercado Central asumirá un papel de dinamización similar al incorporado en las últimas décadas por un gran número de lonjas nacionales. Así, la instalación comunicará con el exterior con una fachada acristalada y poseerá en su parte alta una cubierta abierta, así como una terraza con mesas en la plaza Mayor. De esta manera, la remodelación pretende "conectar a las generaciones", ha asegurado Carrasco, para dar a conocer en proximidad los productos locales procedentes de la "agricultura o el mar".

El punto de partida, en la plaza Santa Clara

La reforma del Mercado Central comporta asimismo el traslado provisional de los vendedores y sus puestos a una nueva ubicación. A tal efecto, la anexa plaza Santa Clara ha comenzado esta semana a prepararse para acoger el lugar de venta con el vallado perimetral para acoger la estructura temporal. Finalmente, tras un acuerdo con los comerciantes, su desplazamiento se producirá después de esta próxima campaña navideña para no interferir en un periodo de trabajo clave. Al respecto, el concejal de Urbanismo, Sergio Toledo, ha afirmado que el consistorio ha caminado "de la mano de los negocios desde el primer plano del proyecto, refrendado por unanimidad". "Para este equipo de gobierno se trata de la obra más importante de la legislatura", ha señalado Toledo, que ha afirmado que supondrá "un antes y después en el centro y en la ciudad de Castelló".

Por su parte, Jorge Cubero, en voz de la unión de empresas locales conformadas para llevar a cabo las labores ha subrayado, precisamente, el "ADN 100 % castellonense" de las compañías. "Asumimos el máximo compromiso y la sensibilidad del proyecto; ahora es el turno de trabajar para cumplir con los objetivos del Ayuntamiento, los ciudadanos y los vendedores". En representación de la asociación de estos últimos, Sonia Castillo ha agradecido su "trabajo" a las partes y ha resaltado que el nuevo Mercado Central será "el mejor de la Comunitat Valenciana". Finalmente, la alcaldesa de Castelló ha apuntado que el espacio se convertirá en el "principal punto de encuentro de la ciudad y la provincia como dinamizador del tejido comercial".

El último contrato de la reforma, a punto

La renovación integral del Mercado Central forma parte del denominado Plan de Actuación Integrado (PAI) Castellón y su proceso administrativo se ha dividido en tres contratos distintos, cada uno referente a una parte o tarea del proceso. La primera fase, relativa a la redacción del proyecto, se remonta a principios de 2024 y recayó en la firma valenciana Forteza Oliver. Tras el encargo definitivo de las obras a la UTE 'Mercado Central' en septiembre, la última 'pata' de la modernización estriba en la dirección y la coordinación de los trabajos. En efecto, la Mesa de Contratación del Ayuntamiento de Castelló ha propuesto esta semana su adjudicación al despacho de arquitectos valenciano Tomás Llavador.

La rehabilitación del inmueble, obra del reconocido arquitecto Francisco Maristany y cuya inauguración data de 1949, se entrecruza con la céntrica plaza de la capital de la Plana no solamente en el montaje del mercado provisional, sino también con el Plan de renaturalización de la ciudad. Esta iniciativa, que cuenta también con el aval de la Unión Europea a través de una subvención de 3,5 millones de euros, prevé entre sus distintas acciones instalar una serie de cubiertas vegetales en las zonas más transitadas para "reducir el efecto isla de calor". Así, se trabajará sobre alrededor de 750 metros cuadrados entre la estructura en U que envuelve el enclave y la zona de las floristerías.