CASTELLÓ. Las tiendas de arte y decoración desempeñan una función precisa y fundamental dentro del ecosistema de comercios que habitan y alimentan una ciudad. Esencialmente, estos comercios combinan la tradición y la identidad con la prescripción y un profesionalismo al alcance de cada vecino que genera un valor único y cercano difícilmente replicable. Los clientes se envuelven en diversos ambientes que aportan singularidad al paisaje urbano, tanto en su interior como en su exterior: de llamativos escaparates a una selección propia de objetos singulares y exclusivos. Los negocios invitan a acceder y descubrir nuevas tendencias procedentes de ferias o contrastadas con sus creadores. En el caso de Castelló, Babiloni Tenda d'Art representa la especialización local y el cuidado por el mobiliario, la iluminación o el hogar desde hace medio siglo.

El establecimiento, ubicado en la céntrica calle Gobernador, despliega en su amplia exposición distintos ambientes y estilos que viajan desde la ornamentación en sí misma hasta los artículos de regalo. La tienda, establecida en 1976 y premiada recientemente por su veteranía por el Ayuntamiento de Castelló, ofrece una gama de productos dividida en tres ejes: la decoración, el mobiliario y la iluminación. El negocio, fundado por Jesús Babiloni y regentado ahora por su mujer, Pilar Mañanós, y sus hijos Sergio y Jesús Babiloni, pone a disposición del visitante una pléyade de elementos destinados a la atmósfera de la vivienda —como portafotos, cuadros y espejos— o a su amueblamiento —mesas de centro, sillones o auxiliares. Asimismo, el lema del comercio entronca su principal virtud en el asesoramiento experto y cercano y en la atención directa y personalizada.

Del origen en la cristalería a las listas de boda

La génesis de Babiloni Tenda d'Art se explica a través de una serie de factores que retroceden una década en el tiempo. "Mi marido tenía el objetivo de emprender ya con apenas 14 años", recuerda Pilar Mañanós. "En 1966 se estableció en una casa pequeña y dos años después abrió su cristalería en los bajos de la casa de mis padres en Almassora". Jesús Babiloni complementaba su recién creada empresa con una faceta musical que le permitía establecer relaciones y dar a conocer e impulsar económicamente su negocio. "Tocaba el bajo en un grupo denominado Los Welter's, que realizaban conciertos a menudo en el conocido local de fiestas El Hostal", apunta Sergio Babiloni. Con ello, al poco tiempo, Jesús y Pilar adquirieron y se trasladaron a un local en la calle San Miguel desde donde continuó con la labor del cristal junto a sus primos, trabajadores de la construcción.

A tal efecto, el comercio evolucionó a la vez que la capital de la Plana y sus alrededores vivían una época de bonanza a partir de la década de los 70. "Era una época en la que todo el mundo tenía algo que reformar en casa", detalla Pilar Mañanós. "Generalmente se cambiaban los cristales por otros biselados o producidos con materiales importantes para dar reputación al hogar". Finalmente, en 1976, con el trabajo y una enérgica ilusión por el crecimiento y la paulatina profesionalización del negocio, la firma familiar se estableció en su local actual de la calle Gobernador. "Después de la cristalería sumamos progresivamente la enmarcación y los artículos de regalo hasta llegar a las listas de boda, que funcionaron durante años", asegura Sergio Babiloni. La tienda se alió más tarde con la soriana Muebles Almazán y comenzó a viajar por Europa para incorporar las nuevas tendencias.

El orgullo de mantener un comercio familiar

Concretamente, la fidelidad y el contacto directo con el comprador suponen los firmes cimientos de la idiosincrasia de Babiloni Tenda d'Art durante su medio siglo de vida. "La clientela no ha cambiado, se conserva bastante bien", coinciden madre e hijo. "Al fin y al cabo somos una empresa familiar y tratamos de mostrar esa cercanía; la gente siempre ha venido a gusto y eso hace que repitan de generación en generación", señala Sergio Babiloni. Desde su reforma en 2005, el profundo establecimiento viró su foco hacia la decoración, esbozada en los diferentes ambientes visibles en el negocio. En este sentido, los propietarios del comercio visitan anualmente los certámenes de Milán, Madrid o València. "Intentamos que nuestros escaparates reflejen las formas y los colores que vemos en las ferias, aunque ahora estén en un momento de crisis", afirman.

​​​​​La tienda de arte castellonense afronta una serie de retos con la vista puesta en el futuro que confluyen en una inestimable capacidad de ajuste. "El desafío está en adaptarse cada día y, sobre todo, en abrir los ojos a lo que te rodea", comenta Pilar Mañanós. "Buscamos adecuarnos a los nuevos horarios o necesidades de la sociedad y traer artículos que no se pueden encontrar en otros sitios". Entre la actualización constante y el servicio personalizado, los propietarios del establecimiento recalcan un espíritu que trasciende a la simple compra y venta de muebles o iluminación. "Nos gusta decir que el comercio lo forma una familia grande, que son todos nuestros clientes; supone un orgullo continuar con el negocio familiar de nuestros padres", subrayan. Así, Babiloni Tenda d'Art atesora el prestigio del arte y la decoración a través de la puesta en valor del trato experto y familiar con el visitante.