CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló da un nuevo paso en la implantación de la futura Zona de Bajas Emisiones (ZBE). La Junta de Gobierno Local ha aprobado este jueves de forma definitiva el proyecto que delimita el ámbito del centro de la ciudad, tras resolver las distintas alegaciones presentadas en la fase de exposición pública, algunas de ellas desestimadas en base a cuestiones "tributarias", según ha detallado el portavoz del gobierno municipal, Vicent Sales, en rueda de prensa. Con este acuerdo, el documento queda ahora listo para su ratificación en el próximo pleno municipal, el 27 de noviembre. Una vez se supere ese último trámite, tanto la nueva ordenanza de Movilidad Sostenible como la propia ZBE entrarán en vigor el 23 de diciembre y el 1 de enero de 2026, respectivamente.

En este sentido, según explicó el concejal responsable del área, Cristian Ramírez, durante la presentación de la normativa, el proyecto de la ZBE de Castelló "mantiene los objetivos de reducción de emisiones", aunque no aplicará prohibiciones de acceso. "Castelló no tiene problemas de contaminación atmosférica y, por tanto, no era necesario cerrar al tráfico buena parte del centro urbano", aseguró el edil el pasado mes de julio. De este modo, los vehículos podrán circular con normalidad cuando la manzana entre en funcionamiento en Año Nuevo, a la par que finalizan las obras de las fases 1 —ya terminada— y 2, que se ejecutan actualmente.

Por otra parte, el órgano municipal también ha dado luz verde este jueves a un pequeño reajuste del precio del contrato para la redacción del proyecto y la ejecución de la segunda fase de las obras de la ZBE. Concretamente, el presupuesto de las actuaciones ascendía un total de 3.676.216,28 euros y, con la modificación, se reordena el importe de la anualidad correspondiente al ejercicio 2025 en casi 13.000 euros hasta los 3.663.255,17 euros.

Las restricciones, en casos "contaminación elevada"

De esta manera, la Zona de Bajas Emisiones castellonense únicamente prevé aplicar medidas "temporales" en caso de "episodios puntuales de elevada contaminación". Entre las acciones contempladas figura restringir la circulación a residentes o limitar el acceso de determinados vehículos, de acuerdo con los criterios técnicos y las directrices marcadas por la Unión Europea. A tal efecto, Ramírez recalcó que “los vecinos no tendrán que solicitar ningún permiso ni tarjeta específica”, ya que el control se realizará de manera automática mediante el cruce de datos con el padrón municipal y la Dirección General de Tráfico. ​​​​​

Por otro lado, la ordenanza de Movilidad Sostenible, que se activará prácticamente al mismo tiempo que la ZBE, introduce nuevas reglas para la circulación en bicicleta y patinete eléctrico. Así, los usuarios de vehículos de movilidad personal deberán tener al menos 15 años, disponer de seguro, certificado de circulación y casco homologado. Asimismo, no podrán circular por aceras ni superar los 25 kilómetros por hora. Con la aprobación definitiva del proyecto, Castelló enfilará la recta final para estrenar su nuevo marco de movilidad urbana antes de final de año.