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Forcall, Albocàsser y La Mata crean comunidades energéticas para bajar la factura tras el 'boom' de las renovables

No solo el interior provincial explora este incipiente modelo energético, también se suma el litoral

  • Vista de Forcall
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CASTELLÓ. El auge de la energía solar fotovoltaica en la provincia de Castellón no solo llega de la mano de las grandes corporaciones que tramitan inversiones millonarias. También lo hace bajo el paraguas de los ayuntamientos que están siendo pioneros en promover la creación de las primeras comunidades energéticas enfocadas al autoconsumo. Sobre todo, en pequeños pueblos del interior. Es el caso de Forcall, Albocàsser y La Mata, que desde hace apenas dos años trabajan en esta dirección.

Forcall fue el primer municipio de la provincia en explorar este nuevo modelo energético comunitario. A finales de 2022, gracias a una subvención del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace), instaló placas solares en un terreno municipal próximo al ecoparque y vinculó a 37 familias en la primera comunidad energética. “La experiencia ha funcionado bien. Cada socio de la comunidad paga una cuota muy pequeña para tener derecho a la parte proporcional de los 37 kilowatios de energía que generan las placas solares y, a cambio, logra un ahorro en su factura de luz de unos 150 euros anuales, dependiendo del consumo familiar”, explica el alcalde, Santiago Pérez.

El pleno de Forcall aprobó el pasado diciembre la afectación de otra parcela municipal situada a las afueras del pueblo, detrás de la Residencia de la Tercera Edad, para instalar el segundo huerto solar que abastecerá a la comunidad energética. En este caso, tiene una potencia de 15 kilowatios y la subvención llega de la Unión Europea con cargo al Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible (Paces). La obra está ya ejecutada y solo faltan las conexiones eléctricas para que empiece a rendir. “Una parte del casco urbano de Forcall está protegido por razones históricas, lo que impide a muchos vecinos instalar placas solares individuales en sus casas. Con esta iniciativa, las colocamos nosotros en suelo municipal situado fuera de la zona protegida para dar la oportunidad así a todos los residentes en Forcall de ahorrar en su factura de la luz”, explica el primer edil socialista.

Albocàsser y La Mata

En Albocàsser, el modelo seguido es similar. Al igual que en Forcall, es requisito imprescindible para formar parte de la comunidad energética estar empadronado y residir durante todo el año, o bien poseer negocios o pequeños comercios en el pueblo. El Ayuntamiento firmó en noviembre de 2024 el convenio con la Asociación Comunidad Energética de Albocàsser, que agrupa a una docena de vecinos. El consistorio les entrega hasta noviembre de 2028 el 83% de la energía que generan las placas solares municipales del matadero, con una potencia de unos 30 kilowatios. “La experiencia está siendo muy positiva. Nuestra idea es que la comunidad energética crezca con más vecinos adheridos, sea independiente y en un futuro sigamos ofreciendo más cubiertas municipales para poner nuevas instalaciones solares”, remarca la alcaldesa, Isabel Albalat.

El Ayuntamiento de La Mata también apostó por este modelo comunitario en noviembre de 2022, cuando la empresa Electricidad Domingo Monserrat instaló 228 paneles solares para abastecer a los vecinos y reducir el gasto energético. La inversión municipal de 146.410 euros en los terrenos de la balsa de agua de Forcall ha logrado abaratar desde entonces un 36% la factura en todo el pueblo. Los meses de más consumo eléctrico en La Mata van de noviembre a febrero por las bajas temperaturas y en agosto por el calor, las fiestas del pueblo y el aumento de población que se da todos los veranos.

Del interior al litoral

No solo el interior provincial explora este incipiente modelo energético. En el litoral, Almassora es uno de los primeros municipios en abrazarlo aunque con una fórmula algo distinta. El consistorio ha licitado la cesión del uso de la cubierta del edificio del Ayuntamiento para instalar placas fotovoltaicas. La intención es que una comunidad energética local explote esos módulos solares durante cuatro años, con el auxilio de la subvención concedida por el Ivace, para coger músculo económico durante ese tiempo y ampliar el número de socios. Después de esos cuatro años, las placas solares pasarán a ser propiedad municipal para reducir su factura de la luz. La comunidad energética que explote las placas solares pagará al consistorio un canon anual de 447,20 euros, equivalente al 10% de los ingresos que se generarán.

  • Imagen de una cubierta de placas fotovoltaicas

Muchos municipios de norte a sur de la proviia que aún no han impulsado la creación de comunidades energéticas sí han ejecutado obras de instalación de placas solares en edificios públicos para abaratar la siempre elevada factura eléctrica. Es el caso de Vinaròs, que en junio del año pasado invirtió 105.169 euros para colocar un total de 257 módulos fotovoltaicos en cinco inmuebles municipales.

En concreto, la empresa Monserrat Castel cobró 13.985 euros por la colocación de 23 paneles en el edificio del Archivo Histórico y del Cefire que permiten ahorrar el 83% del consumo eléctrico. También ingresó 15.293 euros por la instalación de 28 placas en la cubierta de la sede de Servicios Sociales que han abaratado la factura un 71% y otros 37.273 euros por los 120 módulos colocados en el Almacén Municipal que han reducido el gasto energético un 19%. Por su parte, la empresa PSM Connect Systems ingresó 10.043 euros por la instalación de 14 módulos en la cubierta del edificio de Servicios Técnicos con un ahorro energético del 100% y otros 28.575 euros por los 72 paneles solares colocados en la sede del Centro de Rehabilitación e Integración Social (CRIS) que han abaratado la factura un 13%.

Vila-real y Moncofa

Por su parte, el Ayuntamiento de Vila-real acaba de culminar la instalación de placas solares fotovoltaicas de autoconsumo en la cubierta de cuatro centros municipales con el propósito de reducir la factura eléctrica y las emisiones contaminantes. La inversión global de 261.792 euros para colocar los 701 paneles es sufragada por la Generalitat a través del Ivace.

La empresa Alterna Tecnologías ha cobrado 76.447 euros por instalar 197 paneles solares en la sede de Serveis Publics que permitirán reducir la factura eléctrica un 22%. También ha ingresado 84.083 euros por colocar 240 módulos en la cubierta del Pabellón Bancaja con un ahorro energético del 27% y otros 73.347 euros por la instalación de 200 paneles fotovoltaicos en el Polideportivo Melilla. En este caso, la factura eléctrica se reducirá un 27,5%. La mercantil Sociedad Ibérica de Construcciones Eléctricas se ha ocupado de instalar los restantes 64 paneles en la cubierta del colegio público Carlos Sarthou Carreres. Los 27.915 euros invertidos permitirán rebajar el gasto energético un 40%.

Por último, al sur de la provincia, en Moncofa las obras de colocación de placas solares culminaron el pasado mes de enero y afectaron a dos centros: la biblioteca municipal y el colegio público Avel·lí Corma. En este caso, los 104.177 euros de coste fueron sufragados íntegramente por la Unión Europea con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Los 56 módulos que colocó la empresa Elecnor Servicios y Proyectos en la cubierta de la biblioteca abaratan la factura energética un 80% mientras, en el caso del colegio, los 181 módulos instalados han reducido el gasto un 81%.

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