Entrevista

CULTURA

Paco Zarzoso: "No hay mejor lugar que el teatro para plantear las quimeras y los sueños humanos"

El dramaturgo valenciano acude a Castelló con motivo de la representación de 'David', una de sus obras

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CASTELLÓ. El abuso social es una problemática que está arraigada en la sociedad. Los más fuertes causan dolor a los más débiles mientras que estos tratan de ganar la batalla y no sucumbir ante los deseos de sus verdugos. 'David' es una tragicomedia del valenciano Paco Zarzoso que trata el conflicto, que anhela romper la cadena de dolor ligada a él y que plantea al espectador dos preguntas que invitan a una profunda reflexión: ¿Cuándo se romperá esta cadena de abusos y dolor? ¿Cómo es posible que en el ser humano convivan los sentimientos más generosos y piadosos con los más terribles?

Este domingo, 9 de mayo a las 19:00, el dramaturgo del Puerto de Sagunto acude a Castelló por la representación de la obra junto a los intérpretes Àngel Fígols y Enric Juezas. De forma previa al evento en el Teatro Principal, Zarzoso ha atendido a Castellón Plaza para charlar acerca de la pieza teatral, su trama, el mensaje que esconde y lo latente que aún está el problema que plantea en nuestra nación. 

-Hongaresa Teatre llega a Castelló para interpretar 'David', una tragicomedia con tintes negros que trata el abuso social, el cómo los fuertes se aprovechan de los débiles y les hacen sufrir. Esto es la base de la trama pero, ¿qué más hay detrás? 

-La obra es una tragicomedia que empieza de forma muy ligera y en la que se aprecia la dependencia que existe en las relaciones paternofiliales. Los protagonistas son un padre y un hijo que no tienen mucha interacción social. Toda la primera parte es bastante humorística y trata el cómo de viciada está la relación entre ambos. Hay un momento en el que el padre descubre que, su hijo, ha salido al mediodía de casa con la cartilla de ahorros y se la ha llevado a un encuentro con un tal David. A partir de aquí, empezamos a descubrir que detrás de este padre y este hijo se esconde una historia terrorífica de abusos sociales.

La obra plantea que las personas que hacen sufrir es porque han sufrido antes y hace un llamamiento para acabar con esta cadena. Esta es la parte más humanista. No podemos dejar, como humanos, que nos maltratemos unos a otros. Este alegato es lo que creo que más conmociona al público. 

-La obra debe su título al pasaje bíblico de David y Goliat. ¿Qué es lo que te inspiro de él? ¿Te inspiró solo para el título o también para el texto?

-Cuando decidí el nombre de 'David', que es este personaje que llega a la obra para ejercer la posición dominante, de abuso, intento plantear la posibilidad de que la inocencia sea capaz de ganarle la partida a la tiranía del maltrato de unos sobre otros. Por eso, este nombre asociado al pasaje bíblico me pareció interesante, por el hecho de que asocia al pequeño con el inocente. 

-¿Cuánto le preocupa a Paco Zarzoso esta problemática social? Entiendo que el texto nace también de esa inquietud que sientes por el tema.

-Sí, claro. Yo tengo 58 años y, a lo largo de mi vida, he visto muchos abusos y muchos tipos de ellos. Venimos de una época en la que, cuando yo era joven, se sufrían los abusos de una sociedad cerrada. Existen abusos de poder, existe la crueldad de unos sobre otros por el simple hecho de ser diferentes, los abusos sexuales y muchos otros tipos de abusos. Cuando esto pasa, desaparece la humanidad que nos hace personas y el respeto que debemos tener unos por otros.  

-¿Crees que el abuso de poder, de posición dominante, es un tipo de conducta que está muy arraigada en la sociedad?

-Bueno, no soy sociólogo, pero sí creo que los abusos van variando y mutando. Alomejor, hay abusos cuya crudeza ha menguado, pero siempre aparecen otros. Vivimos en una sociedad en la que se abusa desde el desprecio del silencio, desde la marginación al que es diferente. Parece que, aparentemente, ahora somos más educados y civilizados, pero cuando vamos a lo más profundo e importante, al respeto entre unos y otros, la cosa cambia. En definitiva, pienso eso, que los abusos van mutando pero no se han erradicado. No hay mejor lugar que el teatro, el arte o la poesía para plantear las quimeras y los sueños humanos, sueños que, en mi caso, giran entorno a la mejora humana y social. 

-¿Cómo superan el padre y el hijo que protagonizan la obra los intentos de abuso del tercero en discordia, David? Si es que llegan a superarlos, claro...

-La obra es una lucha de titanes y, hasta el último momento, está presente esa tensión. Al final, hay un momento en el que ganan el perdón, la misericordia y la empatía pero, para ver como se llega a eso, invito al público a que venga a verla. Es una obra que tiene una gran compejidad, pues no hay un malo y un bueno, y es que tanto el padre como el hijo son víctimas ahora pero, en su día, fueron verdugos e hicieron cosas terroríficas. Ambos tienen un ángel y un demonio dentro y, durante la pieza, el espectador puede ir descubriendo también su pasado. 

-En 'David', se aborda el conflicto social desde el humor. ¿Cuánto complicado es hacer que el público no se ofenda por ello y apruebe la crítica de ciertos temas desde la sátira?

-El humor, más concretamente la tragicomedia, es una de las estrategias más importantes y efectivas para hablar del dolor. Bécquer, Valle-Inclán y Goya ya utilizaban el humor como una herramienta para tratar el esperpento. El humor ayuda a convertir el dolor en otra cosa. También es muy importante el papel de lo imprevisible. La obra, por tanto, combina la comedia y la diversión con momentos más oscuros. 

-Aquí, entiendo que el papel de Àngel Fígols y Enric Juezas como intérpretes será clave. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos? 

-Ha sido maravilloso. Son dos intérpretes bárbaros que han aportado su humanidad y compromiso a la obra. Han sido muy generosos, tanto en las partes más luminosas como en las más oscuras. El proceso ha sido muy interesante porque, además, ellos no han parado de proponer cosas y han sido muy creativos. La obra, al tratar temas tan profundos y dolorosos, nos ha unido mucho. Después de esta experiencia, nos miramos y es como si nos conociéramos desde hace bastante más tiempo. Hemos compartido un viaje precioso. 

-La pieza teatral ha sido galardonada con numerosos premios y reconocimientos como, por ejemplo, el Premio a Mejor Texto y Mejor Actor IVC Arts Escèniques 2024 o dos candidaturas a los Premios Max 2025, a Mejor Autoría Teatral y a Mejor Actor. ¿Qué significa esto para ti? ¿Cómo lo valoras después de tantos años de trayectoria?

-Está muy bien que reconozcan tu trabajo. El texto, antes de ser estrenado, ya obtuvo el Premio Max Aub de Teatro en Castellano Ciudad de Valencia y eso me reforzó. También ha sido una auténtica alegría que los actores hayan obtenido nominaciones y que el texto les haya ayudado a brillar. Para mí, lo más importante de una obra es que acabe siendo representada. Estamos muy contentos y, personalmente, me enorgullece que la gente que ha entrado en esta aventura también se haya visto beneficiada. 

-Te hago una última, ¿a qué reflexión te gustaría llevar al público de Castelló con 'David'?

-Me gustaría que la gente piense, "ostras, tenemos que tratarnos mejor unos a otros". El camino es romper esta cadena de dolor y abusos de la que hablábamos. Debemos ser más amables y amorosos con las personas que tenemos al lado. Creo que esta es un obra que espera eso. A veces, un vecino te mira mal o te desprecia y ya te mata el día. Para los seres humanos, que somos animales sociales, el trato con el otro es importante. Uno de los grandes desprecios que veo en la sociedad de hoy en día es el no prestar atención al otro. Cada uno vive en su mundo. Debemos intentar tratarnos mejor y podemos conseguirlo a través de las pequeñas cosas. De lograrlo, viviremos todos un poco mejor. 

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