CULTURA

Teresa Cháfer presenta en el Espai Nivi una exposición emocional y hecha de elementos naturales

'Dibuixar un nou paisatge. Entre textos i paisatges' puede visitarse hasta el próximo 19 de mayo

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CULLA. No hay nada más profundo y sincero que los sentimientos. Las emociones son puras y permiten a todo ser humano construirse en base a ellas y ser la herramienta a través de la que se articulan los recuerdos y las vivencias. Pura también es la naturaleza y todos los elementos que la componen, elementos que Teresa Cháfer ha combinado con sus sensiblidades para crear en el Espai Nivi de Culla una exposición emocional y elaborada a partir de componentes extraídos del entorno natural.

'Dibuixar un nou paisatge. Entre textos i paisatges' tiene por título una muestra que está dividida en varias partes. La primera es, quizá, la más especial. Tanto por su intencionalidad como por su idosincrasia. Está formada por pequeños frascos tapados por una lámina de plomo dentro de los que pueden apreciarse una variedad indistinta de objetos. "Con esta pieza busco hacer hincapié en cómo construimos nuestra memoria, en de qué forma retenemos pequeños instantes o seleccionamos aquello que queremos mantener en el recuerdo. Tras recolectar esas pequeñas cosas que son de mi cotidianidad u objetos que me han marcado, los he tapado con una lámina de plomo, como intentando retenerlos y que se queden siempre ahí. Es una colección de recuerdos", explica Cháfer.

Lo más importante de esta pieza es que es colaborativa y está viva, por lo que cualquiera que pretenda enfrascar y donar un trocito de sus recuerdos a la exposición puede hacerlo hasta el 19 de mayo. Los botes cuentan con etiquetas en las que se nombra a los distintos autores y se explica brevemente qué pasaje de su vida han querido mostrar. En la actualidad, la exposición cuenta con más de 200 frascos ajenos a la propia Cháfer y con el paso de las semanas la cifra irá incrementando.

Varios recuerdos a la DANA y sus víctimas

Dos son las piezas que recuerdan lo acontecido el pasado 29 de octubre en Valencia. La primera está formada por troncos de madera lavada y pulida que simulan estar erosionados por el mar. "Con estos troncos, he querido jugar con lo natural y lo artificial para lanzar un mensaje y tratar de concienciar sobre cómo nos estamos cargando la naturaleza y sobre la necesidad de frenar esta destrucción que está arrasando con el planeta. Esta pieza tiene arriba, escrito en hierro forjado, la palabra "natura". De ella, también cuelgan unos hilos, y es una metáfora de la naturaleza que llora", cuenta la artista. 

Cháfer matiza que la pieza la creó con anterioridad a la DANA que arrasó diversos pueblos cercanos a la capital del Turia y que ahora se ha resignificado. "La naturaleza ha llorado y lo ha hecho demasiado. El cielo se ha desbordado y ha arrasado con todo a su paso", lamenta la de Tavernes de la Valldigna, quien a su vez asegura que el pueblo valenciano se levantará, como lo ha hecho siempre, y resurgirá más fuerte. 

A esta reconstrucción también está dedicada otra de las piezas. Está formada por un conjunto de ramas blancas entrelazadas que hacen referencia al nido, a la casa y a cómo mientras se mezclan simulan la idea de la reconstrucción. Además, de uno de los nidos nace un corazón de tela del que a su vez sale un árbol de plata que escenifica ese renacimiento, ese pueblo que tiene que volver a resurgir de sus cenizas.

Cierran la exposición dos piezas más: la primera, está compuesta por cuadros dentro de los cuales hay fotografías de paisajes recopilados por Cháfer a lo largo de los años, paisajes montados de forma que simulen la construcción de una nueva línea de horizonte y una mirada hacia el futuro; la segunda, la conforman una serie de cuadernos de bitácora que recogen poemas visuales en los que la artista aborda temas como lo femenino, las madres, la casa como lugar de cobijo o el mar como ciclo del agua.

La muestra, en su conjunto, responde a la necesidad de la artista de "utilizar el arte como forma de construcción de una misma". Cháfer reconoce que el arte le sirve como discurso para indagar, investigar y conocerse y que, en 'Dibuixar un nou paisatge. Entre textos i paisatges' transforma el dolor en un proceso creativo que invita a contemplar la vulnerabilidad, la capacidad humana para reconstruir y los procesos de reparación emocional. "Al final, no queda nada más que las emociones, los recuerdos y las vivencias y esta exposición es lo que recorre", sentencia. 

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