CASTELLÓ. La primavera florece en su máxima expresión durante estas semanas previas a la inevitable llegada de los calurosos meses de estío. La segunda estación del calendario natural invita, acompañada del ascenso de la temperatura hacia una sensación agradable, a abandonar los interiores para recuperar el paulatino vínculo con el exterior. Entre el amplio abanico de propuestas, la cultura, en especial su vertiente literaria, se beneficia de un ambiente propicio y renovado para dar paso a los nuevos comienzos. En este sentido, las páginas de un libro evocan historias, personajes y paisajes que abren la puerta a evadir la mente mientras se exploran nuevos conceptos y planteamientos o se revisitan aquellos una vez vividos. Abril significa luz y frescura; mediante este pretexto, a lo largo de la geografía nacional se establecen numerosas ferias y eventos literarios no sólo para conmemorar el Día del Libro - el pasado 23 de abril -, sino también para acercar la literatura a la calle y reunir a quien cuenta con quien se deja contar.
La Feria del Libro de Castelló cumple este año su 41.ª edición envuelta en novedades tanto de programación como de organización. La cita literaria - hasta este domingo, 4 de mayo, en la céntrica plaza Santa Clara de la ciudad - presenta más de una decena de expositores en una veintena de puestos repartidos a ambos extremos de la pétrea escultura que divide el espacio. De librerías clásicas a debutantes, editoriales e instituciones como el Ayuntamiento de la localidad, la Diputación de Castellón, la Universitat Jaume I o la Generalitat Valenciana; el público puede perderse entre la novela negra, la histórica o la fantástica. Asimismo, además del aspecto puramente de exhibición, el encuentro, por el que han paseado más de 5000 lectores en sus primeros días, planifica actividades diarias como firmas de libros, presentaciones, talleres o mesas redondas. De esta manera, la feria aúna a reconocidos autores locales y nacionales como Eloy Moreno, Blue Jeans, Pablo Rivero o Julio César Cano.
El contacto con el lector
El porcentaje de población española lectora en su tiempo libre sobrepasó por primera vez el 65% el pasado 2024, según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros realizado por el Ministerio de Cultura. Las ferias literarias, concretamente, asumen una función vital para el sector: conectar a escritores, librerías y editoriales con el aficionado. "Este año está yendo muy bien", asegura Amelia Díaz, directora de Unaria Ediciones, una de las editoriales presentes en el evento. "En general, estamos contentos; creo que el montaje de los expositores y su disposición resulta acertado y han traído a grandes escritores, lo que nos beneficia a todos". La 41.ª edición de la cita literaria acoge también la presencia de establecimientos que se estrenan en la plaza Santa Clara. "No tengo con qué comparar porque se trata de nuestra primera vez, pero hay mucho movimiento y la gente está bastante interesada", afirma Iván, de La Orden del Dragón, tienda especializada en cómics de ciencia ficción y novelas de fantasía.

Los representantes de los diversos negocios participantes en el encuentro castellonense coinciden en la esencialidad del contacto directo con los lectores para mantener vivo el espíritu literario. "Me gusta decir que somos feriantas; me encantan las ferias, poder traer autores que hablen con los aficionados e incluso poder hablar yo con ellos mismos para presentarles las novedades cara a cara", señala Díaz mientras una pareja de visitantes hojea un ejemplar mostrado en su cubículo. De la misma manera, el sentimiento de una cercanía necesaria se extiende a través de las casetas que rodean de títulos, portadas y letras a las personas que pasean entre ellas. "Está muy bien porque ves a más gente", comenta Iván. "Normalmente a nuestra tienda, al ser tan especializada, vienen a buscarnos; aquí los aficionados pasan, paran y te preguntan más". La distribución del evento contempla dos lugares destinados a las conferencias y a las firmas, así como la presencia del Bibliobús de la Diputación en la calle de Vera.
El Ayuntamiento, organizador
La principal diferencia de esta 41.ª edición respecto a las cuatro décadas anteriores de Feria del Libro en la capital de la Plana reside en su ente organizador. El Ayuntamiento de Castelló asumió la preparación de la cita ante la "renuncia" del Gremi de Llibreters - a cargo hasta la fecha - debido a las dificultades experimentadas por el sector a raíz de la Dana que afectó la provincia de Valencia el pasado octubre. A tal efecto y como novedad, el consistorio estableció la gratuidad de las casetas feriales para "garantizar" la continuidad del evento mientras las ayudas, a cuentagotas, llegan para apuntalar la recuperación económica de las librerías y las editoriales autonómicas. "Nosotros estamos contentos, sobre todo por la ubicación", destaca Celeste, una de las dos libreras que atiende en el puesto de Babel, situado en el extremo de la plaza junto a los locales de restauración. De hecho, la representante de la emblemática librería castellonense apunta a que el espacio "ya se queda pequeño" de cara a los próximos años.

El bullicio en la céntrica plaza de Castelló resulta constante ante la pléyade de actividades que tienen lugar a cada hora. Las actividades, los escritores invitados y la libertad para adquirir una caseta explican el "éxito" que comparten los feriantes en las primeras jornadas del evento. "Los stands nos suelen costar caros, a las librerías y, específicamente, a las editoriales", subraya Amelia Díaz. "Este año está siendo diferente al no tener que partir de números negativos, sumado a la buena afluencia de público y que de momento parece que hay ventas". Por otro lado, la celebración del encuentro llega al mismo tiempo que las esperadas subvenciones para la reimpresión. "Han sido muy importantes porque, en el caso de Unaria Ediciones, habíamos perdido un 70% de la producción", explica la directora de la editorial. En definitiva, a la vez que la primavera florece, la industria cultural y literaria avanza progresivamente en su reconstrucción a través de un vínculo "esencial" con el lector en la 41.ª Feria del Libro de Castelló.