Que el Villarreal es un equipo mundialmente conocido no es un secreto para cualquier seguidor del fútbol. Más todavía desde la consecución de la Europa League en 2021. Sin embargo, hay historias que continúan impactando y merecen ser conocidas, como la de Jannik, Ruben y Niklas, tres jóvenes alemanes que sienten los colores del Submarino como si hubieran nacido en la misma plaza de la Vila y que el pasado fin de semana cumplieron el sueño de visitar por primera vez el Estadio de la Cerámica.
Todo empezó cuando Jannik Grimberg tenía sólo diez años, allá por el 2006. Jannik descubrió al equipo por televisión y quedó impresionado por sus futbolistas, el amarillo de la camiseta y el Madrigal: “Me encantaban los jugadores y empecé a jugar con ellos al FIFA, conecté mucho con el equipo”. A partir de entonces, Jannik influenció a sus amigos Ruben Kaib y Niklas Hagenbeck, todos ellos naturales de Burscheid, un pequeño municipio de Colonia con apenas 18.000 habitantes.
Jannik asegura no perderse ningún partido del Villarreal, y Ruben y Niklas confirman que se no puede mantenerse sentado cuando ve jugar al equipo de Marcelino. “Mi padre es del Bayern de Munich y me dice que yo también debo serlo. A mi me gusta el Bayern, pero hay una diferencia entre que te guste un club y amar un club, y yo amo al Villarreal”, afirma el joven.

"Lloré en la Europa League de 2021"
Se puede comprobar que dice la verdad cuando sus ojos empiezan a humedecerse al recordar la noche del 26 de mayo de 2021. “Lloré en mi habitación cuando el Villarreal ganó la Europa League, es una gran pasión”, recuerda Jannik, que también se emociona preguntado por su opinión sobre Marcelino García Toral.
De hecho, tanto a él como a sus dos amigos les cambia el rostro al escuchar el nombre del entrenador asturiano. “Voy a emocionarme… Creo que Marcelino es el mejor entrenador del mundo. Unai Emery lo hizo muy bien y es un gran entrenador, pero nosotros amamos a Marcelino. Me encantaría conocerlo, tendría muchas preguntas para él”, reconoce un Jannik que, según Niklas, empezaría a llorar y después le abrazaría en caso de tener a Marcelino delante.
También recuerdan de manera especial la eliminatoria de cuartos de final de la Champions League 2021/2022, en la que el Villarreal eliminó al Bayern de Múnich con un empate en La Cerámica y una épica victoria en el Allianz Arena. Aquello le costó a Jannik una discusión con su padre, mientras que Ruben fue, muy probablemente, el único alemán en todo el estadio que celebró el gol de Chukwueze luciendo su camiseta del Villarreal.
"A la gente en Alemania le extraña que seamos del Villarreal"
No cabe duda de que se trata de una pasión sincera y forjada a lo largo de los años. Algo que en Alemania, según cuenta Jannik, resulta del todo extraño para quienes les conocen: “La gente en Alemania encuentra extraño que seamos fans del Villarreal. Yo juego en un equipo y cuando llego al entrenamiento con una camiseta del Villarreal todo el mundo me pregunta de qué equipo es la camiseta que llevo”.
De hecho, el propio Jannik reconoce que, cuando el viernes 4 de abril tuvo por primera vez el Estadio de la Cerámica en frente, abrazó a Ruben y empezó a llorar. Una reacción de lo más lógica teniendo en cuenta que por fin estaba ante el estadio que llevaba viendo prácticamente dos décadas a través de la televisión a más de 1600 kilómetros de distancia.
Aunque no pudieron disfrutar de una victoria ante el Athletic Club de Bilbao, estos jóvenes alemanes disfrutaron mucho de la experiencia. Y es que esta es su primera vez en Villarreal, pero con toda probabilidad no será la última. “Aquí hemos encontrado gente muy amable y amistosa”, comentan, como un joven de Vila-real que conocieron de fiesta y con el que se fueron de comida al Mesón Los Maños al día siguiente. "Son gente superagrabable que vienen aquí a pasárselo bien”, asegura el vila-realense.
Es más, Jannik, Ruben y Niklas afirman estar pensando en comprarse un pequeño piso en Vila-real para poder venir más a menudo a ver a su equipo: “En cinco o diez años nos gustaría comprar una pequeña casa aquí y venir cuatro o cinco veces al año, sería ideal para nosotros”. Un proyecto ambicioso que demuestra su enorme pasión por un Villarreal que, muy lejos de su Colonia natal, hace tiempo que es su casa futbolísticamente.