VALÈNCIA. Fuerte apetito inversor, exportaciones al alza, diversificación de su tejido productivo, ubicación estratégica y capacidad de resiliencia. Estos son solo algunos de los alicientes que tiene la Comunitat Valenciana para afrontar un futuro empresarial con "optimismo". No obstante, también existen grandes retos por delante como la mejora en el acceso a la vivienda, el absentismo laboral o la reforma de algunas de sus infraestructuras, como el aeropuerto de València, al límite del colapso.

Así se puso de manifiesto durante la jornada “El Futuro Empresarial de la Comunitat Valenciana: Visión y Acción”, organizada por Valencia Plaza junto a Cámara Valencia, CaixaBank, Implica, Veolia, Simetría y Caixa Popular, y que reunió a representantes del sector financiero, empresarial e institucional. Una cita en la que participaron el presidente de Cámara Valencia, José Vicente Morata; el director de Centros de Empresas de Caixabank en la Comunitat Valenciana y la Región de Murcia, Arturo Peña; el gestor de Banca de Empresa de Caixa Popular, Rafa Muñoz; el socio director de Implica Corporate, Julio Cobo; la directora de Innovación en Veolia Comunidad Valenciana, Cristina Baixauli; y el director general de Simetría, Carlos Muñoz Duque.

La apertura del encuentro corrió a cargo del presidente de Cámara Valencia, José Vicente Morata, quien se mostró optimista sobre el futuro de la Comunitat Valenciana, aunque advirtió de la existencia de riesgos. Destacó la buena evolución de las exportaciones, con previsiones muy positivas para 2026 y 2027, a pesar de la caída de ventas de Ford en los últimos años. "La Comunitat ha seguido creciendo no solo en volumen exportador, sino también en el número de exportadores regulares, que ya alcanzan los 8.350, y eso es el mejor seguro económico que tiene una zona industrial", destacó. En este contexto, subrayó que en los próximos ejercicios entrará en funcionamiento la gigafactoría de celdas de baterías de PowerCo o la planta de válvulas cardíacas de Edwards junto a otras inversiones industriales, lo que impulsará aún más las ventas al exterior.

Otro de los pilares que puso encima de la mesa fue el turismo, que ha evolucionado hacia un modelo de mayor valor añadido, más allá del sol y playa, con el impulso del turismo de negocios, deportivo y cultural. En este sentido, puso en valor infraestructuras como el Roig Arena o el nuevo estadio del Valencia CF, que, a su juicio, contribuirán a atraer un turismo de mayor calidad, mientras se avanza en la desestacionalización, con niveles de ocupación del 85% en meses tradicionalmente débiles.

Morata también señaló la atracción de inversión extranjera, un ámbito tradicionalmente concentrado en Madrid, pero en el que Valencia comienza a ganar peso con proyectos como PowerCo o Edwards, además de iniciativas impulsadas desde Invest in Valencia, que han permitido captar inversiones por valor de 150 millones de euros y la creación de 800 empleos, en sectores punteros a nivel global. A ello se suma un ecosistema sólido basado en el conocimiento universitario y la economía digital.

No obstante, advirtió de algunos desafíos, especialmente el acceso a la vivienda, la renta disponible de las familias y el absentismo laboral, que lastran la competitividad empresarial. Por ese motivo, reclamó políticas que faciliten suelo, reduzcan la fiscalidad sobre la primera vivienda y alivien la carga administrativa y fiscal de las pymes para que la sociedad prospere. En cualquier caso, quiso lanzar un mensaje positivo en cuanto al futuro y el potencial de una región como la valenciana.

Posteriormente, se celebró una mesa de debate para analizar las claves del porvenir industrial de la región. Desde CaixaBank, el director de Centros de Empresas en la Comunitat y Murcia, Arturo Peña, coincidió en el análisis optimista y destacó que la Comunitat Valenciana “tiene una ubicación privilegiada, como puerta de entrada a los mercados africano y europeo, con una infraestructura portuaria clave”. A ello se suma, según explicó, “un ecosistema empresarial dinámico y diversificado, que es el verdadero motor". "Tenemos una calidad de vida muy notable, niveles de seguridad óptimos y universidades punteras, lo que convierte a València y a la Comunitat Valenciana en un destino muy apetecible para el talento", afirmó.

En la misma línea, Rafa Muñoz, gestor de Banca de Empresa de Caixa Popular, subrayó la resiliencia del tejido empresarial valenciano. “Es un tejido que ha demostrado una enorme fortaleza y capacidad para levantarse ante las adversidades, con una diversificación sectorial y una formación elevada que atraen inversión”, señaló.

Esa adaptabilidad fue uno de los pilares que también reseñó la directora de Innovación de Veolia en la Comunitat Valenciana, Cristina Baixauli. Pero, también, puso el foco en la gestión del agua como recurso crítico. "¿Os imagináis el crecimiento de un territorio, de un negocio o de una empresa sin agua?", se preguntó para señalar que tras la Dana, se ha evidenciado que existe un riesgo en el territorio y hay que ser capaces de garantizar ese recurso, pero defendió que esta debilidad se está transformando en fortaleza.

"Estamos demostrando que, pese a los impactos de eventos extremos, somos capaces de ir más allá, saber qué tenemos que hacer y pensar con mentalidad de resiliencia. Somos uno de los pocos territorios que pensamos en seguridad hídrica", afirmó. Por ello, en su opinión, la apuesta por la seguridad hídrica posiciona a la región "como un territorio con mayor seguridad ecológica, ambiental, jurídica y económica".

Retos: tamaño empresarial, talento e infraestructuras

Entre los principales cuellos de botella, Julio Cobo, socio director de Implica Corporate, señaló el tamaño medio del tejido productivo valenciano, muy copado por pymes. "Tenemos muchas empresas, pero muy pequeñas, y la competencia cada vez es mayor y más feroz. Para competir a nivel internacional el tamaño es muy importante", advirtió, anticipando procesos de concentración en sectores estratégicos en los próximos años.

Por su parte, Carlos Muñoz Duque, director general de Simetría, alertó de la escasez de personal a todos los niveles, tanto cualificados como menos. "Está siendo difícil captar ese personal incluso de fuera de la Comunitat. Es un problema acuciante. Quizás influye la escasez de vivienda y algún otro factor", afirmó. Por ello, considero que quien quiere trabajar lo hace porque existe un déficit de trabajadores en la mayoría de sectores.

De igual modo, en materia de infraestructuras, desde Simetría se advirtió de que, pese a los avances, "falta mucho por hacer". "El puerto de Valencia va a pasar de 7,5 a 12,5 millones de TEU, mientras que en transporte de mercancías llevamos 15 años sin una inversión potente en carreteras y necesitamos una logística competitiva", alertó, reclamando mejoras en la A-7, la red metropolitana o las Cercanías. También, apeló a la necesaria ampliación del aeropuerto de Manises, que ya supera la capacidad para la que fue diseñado.

Los asistentes también pusieron encima de la mesa, la falta de suelo industrial disponible, algo vital para la captación de nuevas industrias, y a la mejora en las conexiones con los polígonos industriales, el corazón empresarial de la Comunitat.

Respecto a la financiación, Rafa Muñoz de Caixa Popular detalló que en 2025 detectan un incremento en la demanda de financiación, motivado principalmente por el efecto de la Dana, que ha provocado que muchas empresas soliciten financiación para hacer frente a los daños sufridos. También, la entidad aprecia un crecimiento tanto de la financiación finalista como de la demanda de financiación circulante. "Cada vez se nos presentan más proyectos y se generan más oportunidades, ya que Valencia se ha convertido en un foco de atracción para nuevas empresas. Esto impulsa la creación de proyectos que requieren financiación y ha contribuido al crecimiento del volumen de inversión", destacó.

Desde CaixaBank, Peña apuntó a un incremento de la demanda de financiación, que va más allá del efecto puntual de la Dana y responde, sobre todo, al impulso de proyectos de digitalización e internacionalización. En este contexto, cifró en un 14% el incremento de financiación a empresas en el primer semestre del año frente al mismo periodo del pasado año, lo que, a su juicio, refleja "un tejido empresarial dinámico, sano y con capacidad para acometer nuevos proyectos".

Más concentración y apuesta institucional

Los ponentes coincidieron en que el contexto actual está favoreciendo una mayor actividad en fusiones y adquisiciones. "La incertidumbre global, la inteligencia artificial y las tensiones geopolíticas empujan a las empresas a buscar tamaño y eficiencia", explicó Julio Cobo, mientras que desde Caixa Popular se apuntó también al relevo generacional como factor clave.

En el cierre del acto, el secretario autonómico de Industria, Comercio y Consumo, Felipe Carrasco, subrayó que la Comunitat Valenciana afronta cuestiones estratégicas de primer nivel y, en este sentido, defendió una política activa de cuidado del ecosistema empresarial, basada en "una sólida política industrial y energética", así como en la simplificación administrativa, aspectos que considera fundamentales. "Creemos que el crecimiento de la región se sustenta en el crecimiento económico, y apostar por las empresas es una apuesta segura para garantizar servicios y bienestar a la sociedad", afirmó.

El principal objetivo de la Generalitat, explicó, es cuidar a las empresas con medidas visibles y públicas. En esta línea, destacó la puesta en marcha de la Estrategia de Reindustrialización, que prevé una movilización de 2.000 millones de euros para impulsar la transformación del sistema productivo y atraer nuevas inversiones.

De cara a los próximos meses, anunció la llegada de una tercera edición del Plan de Simplificación, centrada en facilitar los trámites administrativos en los ámbitos de la industria y la energía, que actualmente dificultan el crecimiento y la competitividad. "Queremos seguir siendo una región industrial, y eso solo es posible con una colaboración público-privada sólida", concluyó.