EMPRESAS

La última oportunidad de Frost-trol: dos fondos de inversión nacionales optan a comprar la empresa para reactivarla

El proceso concursal aspira a cerrar antes de diciembre una operación de venta de la unidad productiva

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CASTELLÓ. Frost-trol, empresa señera en Cabanes del sector de frigoríficos industriales, entró en concurso de acreedores el pasado mayo por problemas financieros, tras haber despedido previamente a toda su plantilla. Esta situación se originó al no poder superar un fraude interno cometido en 2021, que le generó un desfase patrimonial de 14 millones de euros. Sin embargo, la compañía, con 60 años de historia, no ha dicho su última palabra. Su trayectoria y su cartera de clientes son dos activos importantes. En este sentido, el Juzgado de lo Mercantil de Castelló acaba de activar la fase de liquidación, con el objetivo de vender la unidad productiva a un grupo inversor y lograr su reactivación, según explica el administrador concursal, Alberto Fraguas.

El representante concursal, que dirige el proceso de salida del concurso de Frost-trol, señala que dos fondos nacionales ya han mostrado interés en adquirir la empresa. Así, subraya que el reto consiste en lograr el renacimiento de la industria mediante la entrada de un nuevo inversor. Al respecto, indica que el procedimiento concursal se ha dado de plazo hasta diciembre para cerrar una de las dos posibles operaciones.

Por su parte, fuentes del entorno de la compañía añaden que una de las opciones podría formalizarse en septiembre, y sostienen que en la alternativa de la venta influye positivamente el hecho de que la deuda no esté aumentando, ya que la actividad se encuentra paralizada. Si en diciembre no prospera esta vía, la fábrica sería liquidada definitivamente. No obstante, el administrador insiste en que la primera opción sigue siendo el traspaso de la unidad productiva.

En caso de que entre un nuevo accionista, Frost-trol comenzaría desde cero, con nuevo personal, e intentaría recuperar su cartera de clientes, cuyos pedidos ascendían a 45 millones de euros a comienzos de 2024. Los problemas comenzaron en 2021, a raíz de la simulación de una compra por parte de un empleado con un cliente comercial, que nunca llegó a formalizarse ni fue comunicado a la dirección. A partir de ese momento, la firma promovió primero varios ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) y solicitó financiación bancaria para cubrir el agujero de 14 millones de euros.

Problemas financieros desde 2021

Los ejercicios de 2022 y 2023 fueron negativos. La empresa intentó renegociar su deuda para obtener liquidez y aplazamientos de vencimientos. Sin embargo, en 2024, la falta de circulante asfixió su actividad, impidiéndole cumplir con sus proveedores y, por tanto, atender sus compromisos comerciales. En enero de 2025 presentó un preconcurso e intentó atraer a un inversor. No obstante, esta posibilidad no se concretó a tiempo y en mayo hizo efectivo el concurso de acreedores. Semanas antes, había aprobado un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) de extinción para sus 133 empleados y suspendió su producción.

Mientras tanto, los 300 trabajadores despedidos desde mayo esperan avances en el procedimiento concursal para poder cobrar las indemnizaciones pendientes a través del Fondo de Garantía Salarial. En esta línea, han presentado demandas por los perjuicios sufridos.

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