CASTELLÓ. Frost-trol mira ahora el futuro con algo más de optimismo gracias al interés mostrado por un grupo inversor en adquirir la unidad productiva. La propuesta de adquisición, planteada por un holding de empresas de capital europeo, tiene como objetivo poner en marcha la fábrica cuanto antes y contempla la recuperación de antiguos trabajadores. Aún no ha presentado una oferta en firme ante el administrador concursal y el juzgado de lo mercantil de Castellón, pero, según fuentes cercanas a la firma de Cabanes, su disposición demuestra que  “van en serio” y en las últimas semanas ha dado varios pasos para determinar si finalmente compra la compañía de frigoríficos industriales.

Este inversor ya ha solicitado información y ha mantenido reuniones para analizar la viabilidad de la operación. No ha concretado una cifra, pero si no surge una sorpresa de última hora, todo apunta a que ratificará su propuesta en septiembre. Una vez presentada, el juzgado valoraría la oferta y abriría un periodo de exposición pública, tal como marca la legislación, para que puedan presentarse otras ofertas. Este proceso se dilataría aproximadamente un mes, aunque, según las mismas fuentes, el holding pretende reabrir Frost-trol en el menor plazo posible si sigue adelante con la compra.

En este sentido, prevé sondear a los integrantes de la plantilla, que fue despedida en su totalidad, para comprobar su disponibilidad de reincorporación. Cabe recordar que la empresa rescindió el contrato de sus 133 trabajadores en mayo de este año, antes de entrar en concurso. Con anterioridad, desde 2024, ya habían salido en varios ERE unos 200 operarios. Por tanto, el nuevo propietario necesitaría recurrir a parte del antiguo personal para reactivar el proceso productivo.

65 años de trayectoria 

La operación, si llega a buen puerto, incluiría la unidad productiva -que ocupa una superficie de 52.000 metros cuadrados- junto con parte del pasivo vinculado a entidades financieras (23 millones de euros) y proveedores (10 millones). El grupo inversor valora la trayectoria de la empresa de Cabanes, que cuenta con 65 años de historia y que en 2024 tenía pedidos valorados en 45 millones de euros. Antes de 2010 llegó a emplear a 500 personas y estaba considerada un referente internacional en el sector de los frigoríficos industriales y comerciales, con sedes en París, Dubái y México.

El cierre de Frost-trol no se debió a falta de actividad, sino a un fraude interno detectado en 2021, que generó un impacto de 14 millones de euros en existencias. La compañía intentó refinanciarse, pero en los ejercicios siguientes el negocio no alcanzó los resultados esperados debido a la guerra de Ucrania y al incremento de costes. Esta situación provocó un déficit de circulante que impidió cumplir con los proveedores, lo que llevó a la empresa a 2025 a una situación límite, despidiendo a la plantilla y acogiéndose a un concurso de acreedores.

Ahora, sobre la mesa existe una oportunidad de renacimiento. Además del holding europeo, un segundo fondo también ha mostrado interés por adquirir la unidad productiva, aunque en este caso no se conocen avances. La prioridad del administrador concursal es lograr su venta durante la actual fase de liquidación.