Entrevista

EMPRESAS

Luis Martí (CEV): "El azulejo y la química copan el 50% del PIB de Castellón; es una riqueza enorme, hemos de sentirnos orgullosos"

El nuevo presidente de la patronal de Castellón pone en valor el peso de la industria en el territorio. "Nos molestó que durante la crisis energética se dijera que había que buscar otros sectores, cuando lo que hay que hacer es fortalecer la industria que tenemos". "Castellón tiene un 36% de PIB industrial, equiparable a Baviera y Lombardía"

  • Luis Martí, presidente de la CEV de Castellón.
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CASTELLÓ. Luis Martí fue nombrado hace una semana nuevo presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) en Castellón. El cargo no es nuevo para él ya que lo ocupó anteriormente, desde 2022 a 2025. Ahora regresa tras consensuar una candidatura con el anterior dirigente, Carmelo Martínez, que continúa de vicepresidente primero. Es presidente ejecutivo de la patronal provincial de hostelería (Ashotur) y pone en valor la fortaleza industrial de Castellón. Entre sus retos está el de reforzar la voz de Castellón en los foros autonómico y nacional. Vuelve a dirigir una organización integrada por 37 asociaciones y 18 empresas.

-¿Cuáles son los retos que se ha marcado en su mandato?
-Primero, queremos ser creadores de opinión y mejorar la autonomía provincial. Al respecto, trabajaremos para ganar peso e influencia en los debates de carácter supraprovincial. Aparte, continuaremos ayudando al tejido asociativo en su fortalecimiento, buscando una mayor captación de asociados y optimizando nuestra participación institucional. Es decir, dando continuidad al trabajo realizado pero reforzando el acento de Castellón en todo. Una cosa fundamental es potenciar nuestra participación en los debates de fuera, no solo en la provincia, ya que Castellón ha de ser oída en ámbitos autonómico y nacional. De forma coordinada con la CEV autonómica y la CEOE, pero Castellón tiene cosas que decir. Cada provincia tiene una idiosincrasia diferente; nosotros somos eminentemente industriales, mientras en Alicante, aparte de tener industria, su actividad predominante es la turística. Así, hay determinados debates que para ellos pueden ser cruciales y para nosotros no tanto. Por ejemplo, el agua es un tema muy importante para ellos; no digo que para nosotros no lo sea, pero para Castellón es más importante la energía.

Los territorios son los que vertebran la comunidad; no se puede vertebrar la autonomía de espaldas al territorio, y esto también sucede en las asociaciones. De manera que la vertebración se consigue vertebrando las provincias, fomentando el sentimiento de pertenencia a la comunidad. En este sentido, queremos seguir siendo generadores de opinión. Cada vez se provocan más las creaciones de relatos. Y en este contexto queremos exponer las realidades empresariales. Se trata no solo de contestar a las preguntas de los medios de comunicación, sino de ser capaces de generar determinados debates y convertirnos en creadores de opinión, no solo suministradores.

-¿La marcha de Salvador Navarro les pilló por sorpresa?
-La verdad es que sí. Una semana antes, en una junta directiva de la CEV en Castellón, comentó que se iba a presentar, de manera que su renuncia posterior nos pilló por sorpresa.

-En Castellón se fraguó rápidamente una candidatura de consenso. ¿A qué se debió esta facilidad de acuerdo?
-Cuando Salvador Navarro decidió dar el paso atrás, en la CEV de Castellón nos reunimos en una junta, digamos, oficiosa, en la que estábamos la mayoría de integrantes, y decidimos que queríamos una candidatura de consenso y que cuanto antes lo anunciáramos mejor para evitar cualquier tipo de especulación o debate. Así que llegamos a un acuerdo rápido. En una organización como la CEV las asociaciones son nuestros clientes, y por tanto nos debemos a ellos y no se puede dar un espectáculo de estar peleándonos con candidaturas. Hay que ofrecer certezas y tienen que ver que nosotros estamos trabajando por y para ellos. Ello no quiere decir que se apague la democracia; si hubiera habido de verdad dos candidaturas, con dos programas diferentes, pues legítimamente se hubieran presentado dos.

-¿Qué opinión le merece Vicente Lafuente, el nuevo presidente de la CEV autonómica?
-Al presidente lo conozco desde hace 20 años y tengo una opinión excelente de él. Procede de CEV Valencia y yo pertenecí a la junta directiva y al comité ejecutivo de CEV Valencia hace años. Coincidí con él y fuimos compañeros. Tengo una excelente relación con él y me parece un presidente que creo que lo va a hacer muy bien. En Castellón le hemos apoyado de una forma muy contundente, hasta el punto de que la delegación de Castellón asistió a la asamblea representada en un 90%.

-En la nueva andadura de la CEV, ¿las estructuras provinciales ganarán peso?
-Totalmente, sí. Vicente Lafuente lo comentó en su discurso de forma clara, y este asunto ya lo habíamos abordado tanto nosotros como las provincias de Valencia y Alicante. Y el presidente Lafuente ya expuso el primer día, como así lo sentimos nosotros, que se tiene que dar más protagonismo a las provincias. Él entiende, como Castellón, que es la mejor forma de vertebrar y cohesionar el proyecto autonómico.

Es una cosa de locos que tengas aquí la industria y se diga que hay que buscar otras actividades económicas. Lo que hay que hacer es fortalecer la industria. Castellón es una tierra que fabrica, y eso no lo puede perder

 

-¿Qué puede Castellón aportar o aconsejar al resto del territorio valenciano y nacional?
-La provincia puede mostrar a la Comunitat Valenciana la vía de Castellón. En este sentido, Castellón ahora mismo sigue siendo una de las provincias más industrializadas de España, un sector con un peso del Producto Interior Bruto muy alto en términos relativos. De manera que hemos de poner en valor que se ha de volver a fabricar. Los informes de Draghi y Letta insistían en que uno de los retos fundamentales de la Unión Europea es que fabricamos o vamos a perder el control de nuestra situación económica. Esto se vio claramente en pandemia. Si uno fabrica, no depende de un tercero, ya que esa dependencia puede ser muy crítica. Y Castellón es un ejemplo de una provincia pequeña que está muy industrializada. Así, en Castellón tenemos que seguir fabricando e innovando.

A la patronal nos molestó cuando se decía durante la crisis energética que Castellón tenía que buscar otras actividades económicas que fueran complementarias. Es cierto que hay que buscar la diversificación con la introducción de otros sectores, pero lo primero que hay que hacer es potenciar lo que tenemos. Es una cosa de locos que tengas aquí la industria y que te pongas a buscar otras cosas. Lo que hay que hacer es fortalecer la industria, que es lo que Europa quiere conseguir. En Castellón tenemos un 36% de PIB industrial, unas cifras comparables a las regiones más ricas de Europa como Baviera o Lombardía. Si Castellón tiene eso, ¿cómo puedes pensar en andar explorando otras cosas? Lo primero que tienes que hacer es fortalecer lo que tienes en casa y, a partir de ahí, por supuesto, crecer en otros sectores como el tecnológico.

Los clústeres de la cerámica y de la química acaparan un 50% del PIB de Castellón. Eso es una riqueza enorme y hemos de sentirnos muy orgullosos. Pero el tema de volver a fabricar es crucial en Europa. En la UE, décadas atrás, se asignaron determinados roles a los países. Por ejemplo: Francia era la tierra agrícola en la que se respetó prácticamente toda su agricultura; Alemania era la que iba a producir y fabricar, mientras España iba a ser tierra de servicios. En cambio, ahora, los informes encargados por la UE señalan que hay que volver a fabricar, y que quien ya esté produciendo ha de fortalecer esa vía, como Castellón. Porque depender de terceros es siempre peligroso.

En Castellón hemos demostrado que somos una tierra que fabrica y eso no lo podemos perder.

-¿El arraigo del empresariado a la tierra incide también en el desarrollo industrial?
-Sí, el arraigo ha hecho que durante la crisis energética las empresas no se deslocalizaran, porque hay compañías que podrían haber tenido la tentación de irse a Argelia a fabricar, pero se quedan aquí hasta el último suspiro. Está en el ADN provincial, y eso hay que protegerlo. Cuando hablamos de que hay que fomentar la diversificación de la economía buscando nuevos sectores, no podemos perder ni un minuto en no reconocer todo lo que tenemos aquí. Pienso que esa mentalidad la tienen los hijos de los empresarios o los estudiantes en la universidad pública. Y ese talento que tenemos hay que retenerlo. En definitiva, no podemos cambiar nuestra configuración económica de la noche a la mañana y, además, es que no queremos.

El empresariado está arraigado al territorio. Está en el ADN provincial e hizo que no hubiera deslocalizaciones en la crisis energética. Eso hay que protegerlo

 

-¿Los fondos de la UE están sirviendo para reforzar la industrialización?
-La verdad es que no, en la medida en la que nos hubiera gustado. El 72% de los fondos Next Generation todavía está pendiente de ejecutar y queda un año. En los grandes Pertes, en Castellón solamente hay uno o dos. Tenemos un poco la sensación de Bienvenido, Mr. Marshall, en el sentido de que los fondos Next Generation han estado pasando por la puerta y no se han quedado en la medida en la que nos hubiera gustado. ¿Por qué no se ha producido esa utilización? Entre otras cosas, por la excesiva burocratización de los mismos. Hay incluso grandes empresas que han tenido que contratar consultoras para gestionar ese tipo de fondos. Es normal en las pymes, pero no en una empresa grande. No quiero decir que los fondos hayan sido absolutamente neutros, pero pensamos que no se han utilizado lo suficiente. Y no por culpa nuestra; creo que el Gobierno central ha manejado los fondos de una manera muy centralizada, dando poca cancha a las autonomías, provincias y sectores económicos.

-En Castellón se están tramitando dos importantes proyectos de descarbonización, de BP e Ignis. ¿Tienen esperanza en estos proyectos?
-Son proyectos buenísimos, pero con los fondos de la UE decimos que no han llegado suficientes a Castellón en relación al peso industrial que tenemos. Aquí hay pequeñas inversiones pero no hay grandes Pertes. Por la forma de gestionarse, los Next Generation no se han optimizado todo lo que nos hubiera gustado.

-Durante la crisis energética presentaron un manifiesto reivindicando la economía de Castellón. ¿Qué recorrido e impacto tuvo?
-Tuvo muchísimo recorrido y demostró varias cosas. Primero, en torno a la economía de Castellón, y en segundo lugar, expuso la problemática de nuestro principal motor, la cerámica. Conseguimos vertebrar a todo un conjunto de agentes institucionales, económicos, académicos, partidos políticos y los medios de comunicación. Queríamos proteger a nuestra principal industria frente a una crisis energética que amenazaba con causar estragos dentro de nuestra provincia. Entonces, logramos unir a toda la economía y a la sociedad con el manifiesto. A partir de ahí, presentamos el manifiesto en el Senado y en la CEOE y dimos visibilidad nacional a la economía de Castellón. Y así conseguimos que las ayudas por la crisis energética llegaran a Castellón, no todo lo que nos hubiera gustado, pero creo que como consecuencia del manifiesto hubo una mayor implicación del Estado en la resolución de nuestros problemas.

Ahora estamos pensando en impulsar una especie de campaña para volver otra vez a participar en el debate nacional y poner en valor nuestra economía. Castellón se escucha poco en los debates nacionales. Y es positivo que nosotros tengamos visibilidad fuera de nuestra provincia y de la comunidad. En la autonomía sí son sensibles a nuestros problemas, pero ya es complicado a nivel nacional.

-En la primera junta directiva de la CEV provincial advirtieron de la inestabilidad política. ¿Cómo se puede subsanar en un contexto tan polarizado?
-Aquí hay dos situaciones. Nosotros no entramos en valoraciones políticas, pero decimos que las incertidumbres y la inestabilidad son malas para las inversiones. Es decir, la falta de certezas y seguridad jurídica pueden retraer inversiones. En este sentido, estamos viviendo un momento a nivel nacional en el que no solo no tenemos presupuestos, sino que ni siquiera el Gobierno central tiene una mayoría parlamentaria. Y sin mayoría, ¿cómo va a gobernar? ¿Cómo se gobierna sin presupuestos y sin mayoría parlamentaria que te permita aprobar las leyes? En la Comunidad Valenciana también ha habido un momento de inestabilidad, pero va a durar muy poco, porque afortunadamente continúa la misma mayoría parlamentaria que hubo para la primera investidura de Carlos Mazón y se investirá a otro presidente. Nosotros lo que necesitamos es que hagan presupuestos y que se aprueben leyes.

"El crecimiento es generado por un pool de unas pocas grandes empresas y el gasto público por los fondos de la UE. No llega a las pymes. A las pequeñas y medianas empresas se le han de aportar las mismas herramienas de las grandes para que puedan crecer"

 

-¿Cuáles son las principales problemáticas socioeconómicas?
-Hay dos que trascienden al ámbito empresarial, pero que le afectan. Una de ellas es el tema de la vivienda, que puede amenazar la propia estabilidad social, porque al final es un problema muy acuciante para mucha gente. Por mucho que se genere empleo, por mucho salario que se pague, si un trabajador no puede acceder a una vivienda le estás provocando un shock. Si tú le ofreces a un ingeniero venir aquí a trabajar pero no tiene posibilidad de adquirir o alquilar una vivienda, hay un problema. Un segundo asunto es el de la inmigración, que tiene que producirse por medios absolutamente racionales y legales.

Y por otra parte hay un problema que implica directamente a las empresas, en la medida en que hay un crecimiento de dos velocidades. España en este momento es un país que va bien, que está creciendo con un 2,9% del Producto Interior Bruto cada año y se sitúa en los puestos de cabeza de la zona euro, pero cuando entras en el detalle ves que el crecimiento del PIB lo genera un pool de muy pocas de grandes empresas y un gasto público por los fondos de la UE. Y en este último caso, la deuda pública es un problema. En los últimos años hemos tenido récord de recaudación fiscal y, sin embargo, la deuda no ha bajado significativamente. Las condiciones de déficit de Europa se relajaron durante la pandemia, pero habrá un momento en que la UE de nuevo nos obligue a converger hacia una armonía fiscal mucho mayor. Así que no estamos aprovechando el momento de bonanza para frenar la deuda pública.

-Siguiendo en este tema, la patronal provincial alerta que el crecimiento económico solo trasciende a las empresas del IBEX. ¿Cómo se puede trasladar la mejora a la pequeña y mediana empresa?
-Se puede proporcionando a las pymes las herramientas que tienen las grandes empresas para poder crecer. Es decir, la gran empresa no tiene problemas para acceder al crédito, mientras las pequeñas y medianas empresas sí lo tienen. De manera que si la pyme no puede conseguir crédito, no puede crecer y generar más empleo. Al respecto, has de dotar a la pyme de los mismos elementos de crecimiento que puede tener la gran empresa en materia de inversión, financiación y digitalización. Ha de haber una política decidida de apoyo a la pequeña y mediana empresa, sin detrimento de la grande. No se trata de quitar a uno para dar a otro, sino de balancear para que de verdad llegue esa bonanza a la pequeña y mediana empresa. No nos olvidemos de que las pymes y los autónomos representan casi el 90% de la economía. Y esto también sucede con la ciudadanía, que ve que hay un crecimiento económico importante y, sin embargo, la renta per cápita disponible no crece y la convergencia con Europa se aleja. En España se da una paradoja, en la que, a la vez que es el país que tiene mayor crecimiento de PIB, mantiene una renta per cápita que está por debajo de la media europea. ¿Para qué nos está sirviendo crecer tanto?

-En términos macroeconómicos, prevéis que Castellón cierre este año con un alza del 2,9% del PIB. ¿A qué se debe este impulso?
-La industria se ha estabilizado, las empresas tecnológicas están funcionando muy bien y el químico está creciendo. Asimismo, el turismo va francamente bien e, incluso, se le puede atribuir gran parte del crecimiento en Castellón desde la pandemia. El turismo ha tenido un crecimiento espectacular en los últimos tres años.


-¿Qué sectores, aparte de los tradicionales, podrían despuntar en Castellón?
-El sector tecnológico es el que más capacidad de crecimiento tiene ahora mismo en Castellón. El futuro pasa por consolidar la industria y por las actividades tecnológicas.

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