CASTELLÓ. Facsa, empresa referente en gestión del ciclo integral del agua y concesionaria, entre otros, del servicio de abastecimiento de agua potable de Castelló, tiene en proyecto la construcción de tres plantas de carbón activo en pozos de la ciudad para garantizar la calidad del agua frente a episodios de sequía y para cumplir con los nuevos estándares legislativos que introducen límites más restrictivos a la presencia de algunos contaminantes en el agua. El coste para la construcción y explotación de cada instalación se estima en entre cuatro y cinco millones cada una.
Se trata de plantas que ya han sido instaladas en Vila-real para eliminar la presencia de plaguicidas y anticiparse así a las nuevas exigencias. En el caso de Castelló, la presencia de estos contaminantes no supera los nuevos límites marcados por el Real Decreto 3/2013, la normativa que estableció nuevos criterios técnicos y sanitarios de calidad de agua para el consumo humano, así como nuevos requisitos en cuanto a su control y suministro. Pero esto podría cambiar en el futuro.
En el marco de la reciente jornada impulsada por Facsa bajo el lema Primeras experiencias del RD 3/2023. ¿Qué hemos aprendido?, se expuso que uno de los retos a los que se puede enfrentar Castelló en el futuro ante situaciones de sequía es el impacto de estos episodios en la calidad del agua, que puede verse afectada por el efecto del arrastre de plaguicidas y presentar también más turbidez.
"Ya nos estamos preparando para el futuro, por si esa presencia de plaguicidas fuera a más y fuera necesario tratar el agua", asegura Pascual Maximino, director del área de Abastecimiento de Facsa. Según avanza, para hacer frente a esta situación futura, la compañía "ya está preparando proyectos para instalar plantas de carbón activo y ubicarlas en los principales depósitos". Maximino apunta que son plantas que se están acabando de definir, como parte del nuevo plan de inversiones.