Castellón Plaza

exposición en la galería octubre

El franquismo y la transición, a través del 'filtro' de la sátira

  • Foto: DAMIÁN LLORENS
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CASTELLÓ. Quien entre a la Galería Octubre de la Universitat Jaume I no percibirá, a primeras, nada fuera de lo previsto. Una exposición con obras de arte que cuentan, desde diferentes ópticas, la brutalidad de la guerra y la posterior represión franquista. Sin embargo, como avanza el título de la muestra, la realidad y la farsa se personarán en el espacio. Unos pasos más hacia el interior de la sala, los visitantes toparán con un pequeño habitáculo donde la sátira se apoderará del lugar, con piezas que no son testimonio de aquel tiempo, pero que ponen en entredicho el rostro amable que la dictadura quiso reflejar. La imagen más icónica la consigue Fernando Navarro Vejo con una instalación en la que se puede ver el busto de Franco dentro de una caja de naranjas. Un guiño a la película El Padrino y al hecho de que cada vez que las naranjas aparecían en el film alguien terminaba muriendo.

"La exposición no pretende ser una suma de obras individuales, sino conformar un mosaico polisémico, abierto a una pluralidad de asociaciones temáticas, a las lecturas alternativas; e incluso a la farsa. Desde una perspectiva inusual, entremezcla la áspera realidad del franquismo y de la transición democrática con la sátira sobre estos mismos periodos", explica el comisario de la muestra, Joan M. Marín. Y añade: "Es oportuno revisitar el franquismo a través de una serie de obras que reflejan la irracionalidad de la guerra, la brutalidad de la dictadura y la valentía de quienes desafiaron la represión con sus creaciones artísticas. Olvidar no borra el pasado, tan solo lo vuelve incontrolable." 

Foto: DAMIÁN LLORENS 

Que parezca un accidente. Realitat i farsa: del franquisme a la transició abarca 58 obras de más de una treintena de autores. Desde artísticas históricos que se opusieron desde sus inicios a la dictadura franquista, como fueron Pablo Picasso, Ricardo Bastid, Agustín Ibarrola o Rafael Canogar; a artistas pertenecientes a la generación intermedia, como fueron los equipos Realidad y Crónica, Carles Santos o Isabel Oliver; e incluso jóvenes creadores que han desarrollado mayoritariamente su labor creativa en el siglo XXI. Todo esto sin seguir un orden cronológico.

Lo divertido de la muestra es, de hecho, que se presenta más bien como una "historia llena de microhistorias dentro". Sabemos que la 'trama' principal es el franquismo, pero a partir de aquí los diferentes periodos históricos se entremezclan como parte de esta 'farsa'. 

Nada más acceder a la Galería Octubre aparecen dos grabados de Equipo Realidad que remiten al inicio de la Guerra Civil. Más adelante, la partida y el exilio se evocan con las pinturas de Bastid y Darío Villaba, mientras que la sordidez de las cárceles está presente en las obras de Eulàlia Grau, Pilar Dolz e Isabel Ruiz. Junto a estas, otras pinturas reflejarán el impacto de la guerra en la vida cotidiana. Fueron muchas las casas que quedaron vacías, porque sus familias estaban presas en campos de concentración. En este sentido, también se da voz a la situación en la que se encontraba el colectivo más despreciado, las mujeres. 

A modo de epílogo, dos imágenes: una tomada por Robert Capa a los milicianos de las Brigadas Internacionales durante la ceremonia de despedida, en 1938, y otra por Marisa Flórez, que recoge el momento en el que Dolores Ibárruri y Rafael Aberti desciende por la escalera central del Congreso para presidir la Mesa de Edad de la primera sesión de las Cortes democráticas, en 1977. En medio, los cuarenta años de paz de la apología franquista. 

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