CASTELLÓ. El precio de la vivienda en alquiler en la provincia de Castellón continúa en niveles máximos y se acerca ya a la barrera de los 10 euros por metro cuadrado. En agosto de 2025, el alquiler medio se situó en 9,55 €/m², lo que supone un incremento del 9,6% respecto al año anterior, según el Índice Inmobiliario de Fotocasa. En la práctica, alquilar una vivienda estándar de 80 metros cuadrados cuesta hoy 764 euros de media, casi 70 euros más que hace un año.
Una tendencia al alza impulsada por la escasez de oferta y la creciente demanda y que ha hecho que el precio medio en la provincia por el alquiler de vivienda residencial esté en máximos históricos. Por municipios, el estudio del portal Fotocasa destaca el incremento del precio en la localidad de Moncofa (29,3%), aunque el repunte a máximos es generalizado en la mayoría de municipios.
En cuanto a las localidades más caras, según el último informe de precios del portal Idealista correspondiente al mes de agosto, Benicàssim se mantiene como el municipio con el alquiler más caro, con 12,4 €/m², alcanzando su máximo histórico en este mismo mes y registrando una subida trimestral destacada del 12,7%. La variación anual es más moderada (+0,5%), lo que indica cierta estabilidad en los niveles más altos del mercado residencial de la localidad. Le siguen municipios costeros de alta demanda como Oropesa del Mar y Peñíscola, con precios de 9,5 €/m² y 9,4 €/m² respectivamente, ambos también en máximos históricos.
En la capital provincial, Castellón de la Plana, el precio medio según Idealista se sitúa en 8,7 €/m², con un incremento anual del 10,2%, reflejando la creciente demanda en el núcleo urbano principal y la relativa estabilidad respecto a los meses anteriores.
Por debajo de estas localidades, Vila-real se mantiene en 7,6 €/m², aunque con una subida anual significativa del 11,2%, mientras que Burriana y Benicarló presentan valores similares, alrededor de 7,2 €/m², pero con cierta volatilidad respecto a máximos previos (-0,6% y -7,5% respectivamente).
Una escasez y precios desorbitados que están dificultando el acceso a una vivienda a los sectores más vulnerables y también a los estudiantes universitarios, con precios por habitación que en este curso se sitúan entre los 250 y 280 euros al mes, e incluso en algunos casos se acercan a los 300 euros mensuales, según advirtió recientemente el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Castellón, Francisco Nomdedéu.
Incrementos desde 2022
El comportamiento del precio del alquiler en la provincia de Castellón se enmarca en la tendencia alcista generalizada de la Comunitat Valenciana, donde los precios del alquiler han subido un 10,5% interanual hasta alcanzar los 13,68 €/m² (1.094 euros al mes por un piso medio). Pese a registrar el aumento más moderado de las tres provincias valencianas, Castellón consolida su escalada: en la actualidad, el metro cuadrado se paga a 15,35 euros en Valencia y a 12,43 en Alicante, con incrementos interanuales del 10,8% y 10,5%, respectivamente.
Según la directora de Estudios de Fotocasa, María Matos, el mercado mantiene “incrementos muy significativos” desde 2022 y el ligero respiro registrado en agosto responde al “carácter vacacional del mes, que enfría la demanda, para reactivarse en septiembre”. Matos recalca que el fuerte encarecimiento responde a un “desajuste estructural”, ya que la oferta de viviendas en alquiler es cada vez más limitada, mientras la demanda continúa creciendo de forma intensa.
En este sentido, la escasez de oferta es uno de los principales retos, y en este escenario cobra especial relevancia la medida anunciada por el Ministerio de Vivienda para obligar a las plataformas digitales a retirar los pisos turísticos ilegales de sus portales. En el conjunto de la Comunitat Valenciana se han detectado 7.499 viviendas de este tipo sin el número de registro obligatorio, de las cuales 1.011 corresponden a la provincia de Castellón —45 de ellas en la capital de la Plana—. Su retirada podría abrir la puerta a que una parte de estos inmuebles se destine al alquiler residencial, ampliando la oferta y ayudando a amortiguar el repunte de precios.