CASTELLÓ. A priori podría parecer que hay pocos puntos en común entre un pueblo del interior de Castellón y una aldea italiana, pero tanto Almedíjar como Ligonchio comparten la problemática de estar quedándose sin población joven. Ambos municipios, con menos de mil habitantes, llevan tiempo luchando contra la despoblación. Una batalla difícil de lidiar y para la que entienden que el arte, y la cultura en general, es una herramienta de dinamización fundamental.
Arrancaba hace justo una semana la primera edición de 'RuralizART', una residencia artística formada por jóvenes procedentes tanto de la provincia de Castellón como de Italia, citados para crear nuevas narrativas rurales. En Almedíjar permanecerán hasta el 20 de marzo, mientras que en mayo se dirigirán a Ligonchio con el mismo objetivo: elaborar una obra que refleje la capacidad transformadora del mundo rural. Pero más allá de esto, en el tiempo en el que convivan en los diferentes pueblos participarán en charlas y encuentros que les ayudará a comprender la importancia de su entorno.
"Ligonchio está mucho más aislado que Almedíjar, aunque ambos comparten un pasado muy similar, que ha sido quedarse poco a poco sin ciudadanos. En este sentido, creemos que la residencia puede empoderar a los jóvenes rurales y fomentar su participación activa", señala Grégory Damman, miembro de La Surera.