CASTELLÓN. Si algo tienen en común las cinco mujeres que han debatido este lunes en el Casino Antiguo de Castellón sobre la igualdad de género es la conquista de espacios de poder dominados por hombres. Pertenecen a generaciones distintas y poseen perfiles dispares, pero todas ostentan por primera vez algunos de los cargos institucionales más importantes de la provincia. La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco; la rectora de la Universitat Jaume I (UJI), Eva Alcón; la subdelegada del Gobierno en Castellón, Soledad Ten; la presidenta de la Cámara de Comercio, Lola Guillamón; y la directora de la Autoridad Portuaria, Ana Ulloa, han aprovechado su posición para alzar la voz sobre las dificultades a las que se enfrentan las mujeres por el simple hecho de serlo.
"Si no llega a ser por las cuotas, no habría llegado al número dos de una candidatura autonómica"; "Cuando me ofrecieron el puesto, me pregunté si sería capaz, y me dije 'si un hombre lo es, yo también'"; "Me tuve que hacer cargo de los negocios familiares, de la construcción y la hostelería... era un bicho raro"; "Mi pareja no entendía que priorizase mi carrera profesional en lugar de tener hijos". Son frases pronunciadas por estas cinco mujeres que, pese a ostentar puestos de poder, han soportado, como las demás, los estragos del machismo estructural y la cultura patriarcal. Frases que un hombre nunca tendría que pronunciar.
Las ponentes del acto, celebrado bajo el título Mujeres con poder, han tejido un relato sobre la igualdad -o la falta de ella- entrelazando sus experiencias personales con sus ideas y postulados políticos y sociales. "Las mujeres seguimos estando lejos de los puestos importantes, nosotras cinco somos la excepción", ha afirmado Ten poniendo sobre la mesa la brecha de género en el terreno laboral. Precisamente para atajarla, desde el sector progresista se defiende desde hace años la implantación de cuotas con el objetivo de garantizar la presencia femenina en los cargos directivos. De hecho, actualmente está en tramitación una ley estatal para incluir a mujeres en los consejos de administración so pena de multas.
"Si no hay cuotas, nos encontramos con una especie de corporativismo entre hombres que, por mucha valía que demostremos, impide que lleguemos a puestos importantes", señala Marco, quien ha puesto énfasis en la carga adicional para las mujeres, responsables tradicionalmente de la educación de los hijos y del cuidado de las personas mayores y dependientes. Lo ha ilustrado en primera persona: "Un hombre alcalde llega a su casa y tiene la camisa planchada; yo llego a mi casa y tengo que ocuparme de hacer la cena a mis hijas".
En este sentido, Marco ha subrayado la importancia del empoderamiento de las mujeres, que pasa por cambiar dinámicas fuertemente arraigadas en el ámbito profesional. "Algunas decisiones no se toman a las nueve de la mañana con un café con leche, sino a las tantas de la madrugada con un cubata en la mano, y eso es propio de una sociedad patriarcal en la que lamentablemente vivimos", señala la primera edil.
La rectora de la UJI también ha defendido la implantación de cuotas para garantizar espacios de poder a las mujeres. "La valía y las cuotas no son incompatibles: el mérito y la capacidad es el primer criterio, pero partimos en desventaja (respecto a los hombres)", recuerda Alcón. Considera, en este sentido, que las cuotas sirven para "mitigar la desigualdad" y ha trazado un paralelismo con otras herramientas de discriminación positiva, como las becas para estudiantes sin recursos. En el ámbito académico, las cuotas han posibilitado, por ejemplo, que los proyectos de investigación también sean liderados por mujeres, puesto que pese a haber presencia femenina en los equipos, siempre eran los hombres quienes los dirigían, ha recordado Alcón. "A mí me encantaría que nuestros nietos entendieran que una mujer en un cargo de responsabilidad es normal, no extraordinario", ha sentenciado la también catedrática.
En esta misma línea se ha manifestado la subdelegada del Gobierno en Castellón, quien advierte de que "no hay que contraponer la valía y las cuotas". "Las mujeres no partimos de la misma base. Es como una carrera en la que tenemos 50 kilómetros más que recorrer", señala Ten, quien considera que "hasta que la igualdad no sea real hace falta un impulso".
El matiz lo ha introducido la presidenta de la Cámara de Comercio. "Las cuotas deben servir para dar el empujón", dice Guillamón, "pero no se debe imponer la presencia de mujeres por cuotas, sino por valía y capacidad". En este sentido, se ha pronunciado también la directora de la Autoridad Portuaria, quien considera que las cuotas deben poner en "la lista de candidatos" a las mujeres, pero la decisión final debe tomarse por "méritos".
La fotografía de la desigualdad no se entiende sin los relatos personales, y las protagonistas del acto, al que han asistido representantes de diversos ámbitos de la sociedad civil castellonense, han compartido detalles sobre sus vivencias individuales para ilustrar hasta qué punto incide el sesgo de género en el ámbito profesional.
Una de las experiencias más ilustrativas la describía la directora de la Autoridad Portuaria, ingeniera con amplia experiencia en un sector fuertemente masculinizado: "Nunca tuve la sensación de tener más trabas por ser mujer, pero a medida que avanzaba en el organigrama fui consciente de que ser mujer tenía más complejidad, lo notaba en el día a día, cuando en una reunión era la persona con más rango de la autoridad portuaria y, sin embargo, quien estaba en frente no se dirigía a mí, se dirigía al resto del equipo, que eran hombres".
Ulloa describe también un proceso selectivo "largo y exhaustivo" al que se presentó para dirigir una entidad privada. "Al llegar a la fase final", relata, "el presidente de la organización me trasladó la preocupación del consejo de administración porque no le había quedado claro si yo tenía una pareja estable y si en el medio plazo quería tener hijos o no, y eso era un problema. Ahí fui consciente de que existía el techo de cristal", lamenta la directiva, quien asegura que "cuando una mujer joven asciende se tiende a pensar que no es por méritos propios, sino por otras cosas". Ulloa también encontró resistencias en el plano personal: "Llevo tres puertos a mis espaldas, el cuarto es el de Castellón, y mi pareja entonces no entendía que priorizara mi carrera antes que otras cuestiones como tener hijos".
Hace 50 años, la situación era aún más difícil, recuerda la presidenta de la Cámara de Comercio de Castellón. La empresaria tuvo que coger las riendas del negocio familiar siendo joven: "Era un bicho raro", afirma, en un ámbito, el de la construcción y la hostelería, dominado por hombres. "Cuando viajaba con los empresarios, me preguntaban si después quería salir y yo sabía que luego se iban a lo que se iban, así que decía que no, que estaba cansada", recuerda Guillamón. Aún así, afirma, los hombres la "ayudaron mucho", pero es consciente de que "para las mujeres era impensable entonces llegar a cargos directivos".
La alcaldesa, por su parte, no cree haber sufrido trabas para acceder al cargo, aunque reconoce que de no ser por las cuotas "no habría llegado al número dos de una lista autonómica". También ha ensalzado la educación de sus padres, que la prepararon para "no depender de un hombre", y ha hecho hincapié en la importancia de la conciliación laboral y familiar como herramienta de igualdad: "Me ha costado mucho tener a mis hijas -tras varios años de espera y dos abortos, según ha relatado- y no quiero renunciar a contarles un cuento por la noche".
También ha descrito las vicisitudes de la falta de conciliación la rectora de la UJI, quien ha rememorado el periodo de "madre e investigadora". "Me despertaba para darle el pecho a mi hijo a las tres de la mañana y ya no me acostaba para seguir con la investigación porque si no, no llegaba", asegura Alcón, quien afirma haber superado "los obstáculos con mucho trabajo y espíritu de sacrificio".
Otra de las situaciones recurrentes para las mujeres en el mundo laboral la describe la subdelegada del Gobierno en Castellón, quien recuerda sus propias dudas al llegar al cargo: "Cuando me ofrecieron el puesto, me pregunté si sería capaz, y al final me dije 'si un hombre lo es, yo también'".
Las ponentes han ilustrado también la desigualdad existente en cada uno de sus sectores. En el ámbito de la política, Amparo Marco ha incidido en que en las grandes ciudades no hay problemas a la hora de hacer listas paritarias y en cremallera. Sin embargo, en los pueblos, es otra historia. La alcaldesa ha reconocido verdaderas dificultades para encontrar candidatas porque "no hay empoderamiento". Las mujeres tienen que cuidar de sus hijos y de sus mayores, lo que les dificulta sumarse a un proyecto político, pero además, no se ven capaces de asumir esa responsabilidad por temor a que no sean valoradas o a que "se rían de ellas", afirma la primera edil, quien ha trabajado en varios proyectos de empoderamiento.
En el sector privado, la presidenta de la Cámara de Comercio de Castellón ha asegurado que las empresas que no cuentan con mujeres "se pierden mucho". Es más, afirma que en la actualidad las mercantiles creadas por mujeres fracasan menos que las de los hombres.
Por su parte, Ulloa ha valorado el hecho de que el equipo directivo del puerto de Castellón tenga un mayor porcentaje de mujeres que de hombres, algo "muy poco habitual", pues de 28 autoridades portuarias que existen en España, solo hay cuatro directivas, lamenta. Por otra parte, señala que el 65 por ciento de la plantilla del puerto en la capital de la Plana está compuesta por hombres, al tratarse de un sector con profesiones muy masculinizadas.
El ámbito académico tampoco queda exento. "Tenemos igualdad de salario y las mismas condiciones laborales, pero si miramos los datos, no es exactamente así", advierte la rectora de la UJI, quien lamenta que pese a haber más alumnas en la universidad, hay menos profesoras y menos catedráticas (solo un 20 por ciento del total de las cátedras son ocupadas por mujeres). También existe una brecha importante en la elección de las carreras universitarias: los hombres siguen copando los estudios técnicos, un desequilibrio que se intenta compensar con campañas de sensibilización desde la Secundaria.
Las ponentes del debate han coincidido en defender la educación como herramienta primordial para alcanzar la igualdad. "La sentencia de la Manada o la violencia de género solo se solucionan con educación", esgrime la alcaldesa de Castellón, quien insiste en "no dar ni un paso atrás" parafraseando el lema de las últimas manifestaciones feministas tras la entrada de Vox al parlamento andaluz. De igual modo, la rectora de la UJI considera que la educación es la principal "palanca de cambio" y hace un llamamiento a "la independencia económica y de pensamiento" de las jóvenes para romper los grilletes de la desigualdad.
Aparte de la educación, señala la subdelagada del Gobierno, es importante que "la Administración invierta" y que los medios de comunicación "colaboren para no proyectar la imagen de la mujer como objeto". En este sentido, la directora de la Autoridad Portuaria considera necesario contar con referentes "que transmitan un mensaje de igualdad" a los adolescentes.