CASTELLÓ. La Diputación de Castellón estudia ahora asumir el código ético de la Generalitat Valenciana (o del Botànic) que embarrancó en el Ayuntamiento de Castelló en el polémico pleno del 19 de diciembre, cuando el Acord de Fadrell sometió a votación la derogación del reglamento disciplinario municipal para adherirse al precepto de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
La consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo (Unides Podem-Esquerra Unida), aprovechó este miércoles su visita a la institución provincial para entregar al presidente, José Martí, una copia del ordenamiento, impulsado en la anterior legislatura desde el Consell y al que se suscribieron el consistorio de la capital del Túria y la Diputación de Valencia.
En el Ayuntamiento de Castelló, Ciudadanos (Cs) también planteó anexionarse al texto del Botànic al registrar la propuesta el 9 de diciembre de 2019. Lo hizo como alternativa a la decisión del equipo de gobierno de llevar a la última sesión ordinaria del año la aceptación del reglamento de la FEMP para sustituir el heredado de 2006, cuyo endurecimiento en 2015 había provocado el cese de sus funciones de la vicealcaldesa, Ali Brancal (Compromís), en 2018 por el 'caso de los sobres'.
La formación naranja presentó en la Comisión de Buen Gobierno, celebrada el 11 de diciembre y previa al pleno, una enmienda sobre el código ético de la Generalitat. La coalición nacionalista, rompiendo la disciplina de sus socios, se abstuvo en la votación. La oposición (PP, Cs y Vox), actuando en bloque, contrarrestó con sus cuatro sufragios a favor los otros tantos en contra del PSPV y Podem. Al repetirse el resultado de empate en segunda ronda, la presidencia tuvo que hacer uso del voto de calidad.
La desestimación de la iniciativa de Cs permitió a socialistas y la confluencia sacar adelante su propuesta de la FEMP. Compromís, en esta ocasión, sí se alineó con sus compañeros en el gobierno, aunque mostró ciertos reparos a tenor de las posteriores declaraciones del portavoz valencianista en la comisión, Ignasi Garcia. "Hemos sido coherentes con el Acord de Fadrell y con aquello que firmamos, y también con lo que hace nuestra organización a nivel del Govern de la Generalitat Valenciana y del Botànic", aseguró.
"Desde nuestro punto de vista hemos perdido una oportunidad de conseguir un nuevo Código de Buen Gobierno por unanimidad. El hecho está en que si toda la derecha estaba de acuerdo con la postura del código de la Generalitat, si el Acord de Fadrell hubiera hecho esa apuesta, que nosotros [Compromís] veíamos con buenos ojos, habríamos tenido un código por unanimidad y hubiésemos terminado con una polémica que no beneficia a nadie", señaló.
Unos días después la abolición del reglamento disciplinario para incorporar el de la FEMP se hizo efectiva en el pleno del Ayuntamiento con la mayoría del tripartito (15 concejales).
Fuentes de la Diputación de Castellón, gobernada actualmente por el PSPV y Compromís, aclaran a Castellón Plaza que, a pesar del ofrecimiento de Pérez Garijo, la posibilidad de agregar la norma del Botànic no es una prioridad en estos momentos. Entre otras cosas, porque la institución provincial ya cuenta con dos códigos éticos, tal cual recoge el portal de transparencia.
Uno es propio, afectando tanto al presidente como a los diputados y al personal eventual (asesores); y otro más amplio y que corresponde al de la FEMP, que la entidad incorporó el 28 de abril de 2015 bajo la presidencia de Javier Moliner (PP).