la redacción de las cuentas depende del cierre de los planes departamentales

El Acord de Fadrell se topa con la burocracia para avanzar en la confección de los presupuestos 2020

19/11/2019 - 

CASTELLÓ. El Acord de Fadrell sigue sin barajar una fecha sobre los nuevos presupuestos del Ayuntamiento de Castelló para 2020. Aunque el objetivo estriba en "tenerlos cuanto antes", según advierte la alcaldesa, Amparo Marco, la realidad burocrática impide avanzar con diligencia en la redacción de las cuentas.

La evolución desde que gobierna la coalición progresista apunta a que las cifras se aproximarán a los 190 millones de euros. Sin embargo, los diferentes departamentos deberán realizar un 'encaje de bolillos'. Primero, para compensar financieramente la pérdida en ingresos de dos millones de euros al decrecer la recaudación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a raíz de una nueva rebaja en la base imponible municipal del catastro. Segundo, para consignar la suficiente dotación económica en proyectos tan ambiciosos como la reforma del edificio de Borrull, por ejemplo.

Ese equilibrio inversionista obligará a cumplir los preceptivos trámites administrativos antes de ofrecer un borrador a la corporación. "Los nuevos presupuestos dependerán de que se cierren los planes departamentales, luego tendrán que pasar por una comisión, habrá que hacer enmiendas y finalmente llevarlos al pleno. Son los tiempos que marcan el reglamento legal y se trata de regulación", explica Marco.

La experiencia de años anteriores lleva a pensar que las cuentas para el próximo ejercicio se aprobarán entre enero y marzo. A las dificultades funcionariales hay que sumar el retraso desde la Generalitat y la Moncloa para elaborar unas estimaciones de ingresos y gastos acordes a la coyuntura social de la Comunitat y España, respectivamente. Esos presupuestos condicionan cada curso algunas partidas del Ayuntamiento de Castelló, y el siguiente no será una excepción.

Negociación

También supeditan los números las distintas sensibilidades de los integrantes del Acord de Fadrell. A pesar de que precisamente existe un compromiso de gobierno que guía al PSPV, Compromís y Podem-EU, las concejalías que desempeñan unos y otros requiere de una negociación previa para que, al final, todas las partes se consideren satisfechas.

En la anterior legislatura, Castelló en Movimient (CSeM) siempre planteó las mayores exigencias desde su condición de socio. Incluso, el cruce de declaraciones provocó algunas fricciones entre ediles de la agrupación de electores y el bipartito, si bien al final imperó la armonía.

Ahora, la formación morada como parte del equipo de gobierno está más atada por la lealtad institucional. Eso le llevará, probablemente, a realizar ciertas concesiones. Tampoco lo tendrá fácil la formación nacionalista ante la hegemonía institucional de los socialistas, cuyos 10 regidores le otorgan una ostensible ventaja en la gestión diaria, lo que desequilibrará la balanza llegado el momento.

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