CASTELLÓ. Ir al cine a ver una película dentro de un coche es algo que, si no has tenido nunca antes la oportunidad, solo habrás visto precisamente en las películas. Es de hecho una actividad para nosotros tan lejana y americana como la del film que se proyectaba ayer mismo en Borriana. Con el musical La La Land encendía la luz de su pantalla el primer autocine de la provincia de Castellón. Mientras tanto, aquí la experiencia se vivía a ritmo de Nacha Pop con La chica de ayer o con Héroes del Silencio y Entre dos tierras, temas que se escogieron para amenizar la espera. Pero lo que sí fue evidente -durante ese periodo de hora y media de llegada de coches- es que esta actividad cultural iba a probar suerte bajo la atenta mirada de una generación de millennials que, en su caso, llegaba atraída por la excepcionalidad de un momento que nunca antes habían vivido.
"Tenemos ganas de probarlo", repetían en su mayoría. Y no era ni mucho menos una decisión errónea, porque lo cierto es que no sabemos si volverá a haber otros veranos de autocine en Castellón. Nadie sabe si es esta una tradición que ha venido para instalarse, o no. Preguntada, la misma concejala de Turismo de Borriana, Sara Molina, no se atrevía a dar una respuesta. Aunque sí reconocía que es complicado imaginarse al cine -de las sillas playeras y los bocatas en mano- más allá de este 2020. En parte, porque el proyecto se ha desarrollado para salvar un verano que se ha quedado, básicamente, sin uno de sus mayores atractivos culturales, el Arenal Sound. Así lo remarcaba días atrás la alcaldesa, Maria Josep Safont, al asegurar que el proyecto iba a servir como "alternativa para minorar las pérdidas que acarrea la cancelación del macrofestival". Pero, sin una empresa privada detrás y ofreciendo sesiones gratuitas y semanales, es poco probable que esto -por sus costes- aguante más allá de los meses estivales.
Como sea, la de ayer fue una experiencia respirada con muchas ganas y ansía. Además de un público mayoritariamente joven, también llegaron hasta la explanada familias o incluso muchas personas mayores que nunca antes habían sentido cómo era eso de ver un film fuera de la butaca de un cine o de su sofá. Quizá, por esa misma curiosidad, a las nueve y media de la noche ya habían aparcado sus coches prácticamente los 80 vehículos que tiene como aforo el recinto, aunque el largometraje no arrancaría hasta pasadas las 22:30 horas.
Eso sí, el mal tiempo se asomó durante unos minutos dejando caer algunas gotas sobre los cristales de los coches. Aunque esto no impidió que el film se viera hasta el final ni tampoco que se exhibiera el partido de la selección española que el Ayuntamiento tenía preparado para proyectarse como antesala. Tras esto, solo haría falta que cada usuario activará la frecuencia 87,5 fm para sumergirse en La Ciudad De Las Estrellas. La película que revisiona los clásicos musicales hollywoodienses, valió para terminar de convertir el autocine como posible templo millennial. Y es que muchos de quienes se acercaron hasta el espacio decían haber llegado interesados precisamente por la historia que protagonizan Emma Stone y Ryan Gosling.
Por esto mismo habrá que comprobar si el interés del público -que bien podría encajar con el que tenía en su lugar el Arenal- continuará vigente las próximas semana con los otros films que tiene Borriana preparados. Películas, en algunos casos, de un corte más familiar, como es la tercera parte de Hotel Transilvania que se proyectará este próximo domingo. Entonces habrá que comprobar quién aguanta más tiempo asentado: si los niños o los padres.