CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló ha calcado las ubicaciones de las estaciones instaladas entre 2013 y 2015 para licitar las nuevas mediciones en las tascas. Según el pliego de prescripciones técnicas del contrato de monitorización, cuya adjudicación se producirá en diciembre, los medidores se colocarán en los mismos lugares de la plaza Santa Clara y calles Mayor, Isaac Peral, Barracas y Vera.
Entonces, la red de aparatos para evaluar el ruido continuo, a cargo de la empresa Acusttel, no solo determinó si se mantenían las condiciones de ZAS, como así fue. También sirvió para constatar la necesidad de adoptar medidas correctoras, que posteriormente se actualizaron hasta la última revisión de 2018.
Los registros que se obtuvieron entre noviembre de 2013 y abril de 2015 pusieron de manifiesto que los principales focos de contaminación acústica se concentraban en las calles Isaac Peral y Barracas. Las evaluaciones que se realizaron entre marzo y mayo de 2017 verificaron esa certeza.
Sin embargo, los técnicos municipales entienden que esas mediciones, que abarcaron apenas cuatro meses, desde el 31 de marzo hasta el 16 de mayo, son insuficientes para realizar una comparativa con la monitorización de 2020, que ocupará los 12 meses del año.
El 29 de noviembre concluirá el plazo para presentar ofertas. A partir de ese momento, y siempre que existan empresas interesadas en el contrato, comenzará la cuenta atrás para instalar las estaciones. También correrá el reloj para los empresarios de las tascas, que desde el pasado 30 de septiembre están pendientes de la información de los técnicos municipales sobre los datos requeridos.
La documentación que facilite el Ayuntamiento de Castelló condicionará las posibles acciones judiciales, ya que los hosteleros siguen pensando que algunas de los controles se efectuaron sin ajustarse a la normativa vigente. Del mismo modo, insisten en que tampoco se cumplió la legalidad respecto a la publicación periódica de los resultados en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV).
Al margen de estas consideraciones, desde el consistorio se sigue valorando el plan acústico aportado por los propietarios de las tascas para disminuir el ruido. La empresa encargada del proyecto, Sonos, garantiza que la anulación de la ZAS será posible en un plazo de dos años, considerando las premisas variantes administrativas.