El Ayuntamiento tendrá "flexibilidad" con las terrazas de Santa Clara hasta la nueva ordenanza

CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló tendrá "flexibilidad" con las terrazas de la plaza Santa Clara hasta la aprobación de la nueva ordenanza de ocupación de vía pública sobre mesas y sillas. Según señalan fuentes municipales, esa "sensibilidad" amparará a los establecimientos frente a las medidas correctoras de la Zona Acústicamente Saturada (ZAS), que obligan a cada local a reducir en un 50% el número de mobiliario avalado en la autorización de actividad.

Salvo imprevisto técnico o administrativo, la pretensión del equipo de gobierno pasa por aprobar la nueva reglamentación en el pleno ordinario de abril. De hecho, la consulta pública de 15 días está a punto de concluir tras arrancar en febrero con su publicación en el portal web municipal. Incluso, no se descarta que la normativa llegue a tiempo para el pleno de marzo con vistas a someterse a votación. Desde ese momento, habrá que contar 30 días, durante los cuales permanecerá activa la exposición pública, en la que se podrán presentar alegaciones. Dependiendo de la formalización de alguna y de su complejidad, la aprobación definitiva por parte de la corporación podría producirse en la siguiente sesión ordinaria.

Cabe recordar que las modificaciones introducidas afectan a las limitaciones respecto al número de mesas y sillas en el exterior. Además, no solo recogen las singularidades de los locales del centro, sino que también ofrecen cobertura a la totalidad de los negocios ubicados en el término municipal. La principal variación respecto a la ordenanza anterior se refiere al artículo 10, que incorpora un nuevo punto para matizar que "de manera excepcional y siempre que el técnico competente lo considere, de manera motivada, podrá eximirse del cumplimiento de la limitación establecida", en alusión a que el espacio exterior permitido debe ajustarse en todo momento a la superficie interior del establecimiento.

Para los bares y cafeterías de Santa Clara, la aplicación inmediata de las medidas correctoras supondría un duro golpe después de la reapertura de la hostelería el pasado 1 de marzo. Aunque la inmensa mayoría tiene autorización para montar entre cuatro y ocho mesas, en realidad instalan hasta 16 por la ampliación de espacios que en su día impulsó el Ayuntamiento de la capital de la Plana con el propósito de apoyar al sector en plena segunda ola de la covid-19. Si se aplica lo que marca la ZAS, algunos locales apenas funcionarían con dos mobiliarios y sus correspondientes elementos auxiliares.

Ante el temor de los empresarios, desde el consistorio se insiste en que habrá cierta tolerancia en estas semanas hasta que entre en vigor la reglamentación actualizada. Así se les trasladó en la última reunión, en la que el concejal de Actividades, Jorge Ribes, también recalcó que las alegaciones sobre la obligatoriedad de acatar la mentada ZAS se rechazarían desde el departamento jurídico, aunque habrían servido para ganar tiempo a fin de redactar un nuevo enunciado sobre el artículo 10.