Un ciclo dedicado al cine de Bernardo Bertolucci y Mizoguchi, o jornadas de reflexión entre films locales y nacionales
CASTELLÓ. Ya hemos dicho en repetidas ocasiones que Castelló lo que necesita, en tiempos donde se han multiplicado los formatos y los canales, es un espacio público que haga arqueología de cine todos los días. "Hay que acompañar la oferta privada de propuestas diferentes que generen una masa crítica", exponía Aarón Rodríguez Serrano, doctor en Comunicación Audiovisual, a este diario meses atrás. Y desde esta misma premisa, el ayuntamiento reconocía que, entre otros compromisos, tiene la creación de un cine ubicado- en este caso- en el centro de Castelló que proyecte obras en versión original, en valenciano y de "culto". Así, la programación profesional ocuparía una franja de tiempo más elevada que la que maneja en la actualidad.
La cobertura del cine más "alternativo" se divide hasta ahora entre el Paranimf de la Universitat Jaume I y el Teatre del Raval, ambos gestionados por el Ayuntamiento de Castelló y el Institut Valencià de Cultura de la Generalitat. Y a ellos se suma el proyecto de Sessió Continua que proyecta films y cita a gente del sector para hablar sobre el séptimo arte una vez al mes. Con estos tres agentes se forja una cartelera que puede servir a los espectadores para evadirse, al menos unos días a la semana, de los títulos que ofrecen las plataformas de streaming o las cadenas de cine privadas. Ciclos que van desde sesiones dedicadas a un único autor, como el que respira sobre el trabajo de Bernardo Bertolucci, u otros apoyados en el nuevo cine.
Todavía queda para que empiecen las jornadas de cine en el Teatre del Raval, que encenderán la maquinaría el próximo 16 de octubre. Un tiempo en el que la mirada del director japonés Kenji Mizoguchi (1898-1956) será la que tome la batuta. Siendo uno de los cineastas asiáticos más conocidos en Occidente, su imaginario no se entiende sin las agallas de utilizar el séptimo arte como herramienta para denunciar el totalitarismo al que se encaminaba Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Militante de izquierdas, su cine tiene voluntad de llevarnos a un mundo mejor, pero recordando primero cómo es este. En efecto, la problemática de las mujeres prostituidas era uno de sus focos principales de atención en sus películas.
Inaugurará el ciclo uno de sus films más laureados, Cuentos de la luna pálida (1953). Es la historia de un comerciante que sueña con mejorar su vida gracias a su talento con la arcilla. También su cuñado ambiciona con convertirse en un gran samurai. Para alcanzarlo, ninguno de los dos duda en abandonar a sus respectivas mujeres, aunque estén en plena guerra civil. El autor ahonda así en las acciones que nos mueven para alcanzar nuestros sueños o caprichos.
Ya el 23 de octubre será el turno de Los amantes crucificados (1954), una obra que se centra en el mundo de los prostíbulos y las geishas. Mizoguchi, que utiliza una mirada alejada de lo convencional para profundizar en estas mujeres, narra el romance entre una campesina casada con un negociante y uno de sus empleados. Ese mismo año se estrena El intendente Sansho (1954) para centrarse, en esta ocasión, en la crudeza de dos hijos de un gobernador en exilio que son brutalmente separados de su madre y puestos en venta. Ganadora de un León de Oro en Venecia, la historia -que se proyectará el 13 de noviembre- engancha por como una familia noble lo pierde todo y a la vez sirve como canto de los derechos de las personas que acaban oprimidas. También se proyectará el día 20 La mujer crucificada (1954) que narra la rivalidad entre una madre y su hija cuando se enamoran del mismo hombre en el mundo de los burdeles.
Las últimas películas en proyectarse del cineasta japonés -para el 4 y 11 de diciembre- serán La emperatriz Yang Kwei Fei (1955) que gira al rededor de una historia de amor entre un emperador, viudo desde hace años, y una joven plebeya que se parece mucho a su mujer, algo que le permite ascender rápidamente en la sociedad. Y La calle de la vergüenza (1956) que cerrará el ciclo, del mismo modo que se convirtió en la última obra de Mizoguchi. Esta es la historia de cinco mujeres prostituidas, muy diferentes entre sí, que trabajan en un burdel de Tókio y están preocupadas por la nueva ley que prohibirá seguir con esta práctica.
Por otra parte, para los más pequeños viajar en el cine y conocer otro tipo de films también es posible. Si bien en la parrilla de 'Menuda Filmo', destaca Coco (2017) el 3 de noviembre, que aunque es reciente no es cualquier cosa. Recordemos que la película que pone de relieve la cultura mexicana focalizando además la gran tradición musical de la nación, ha ganado dos premios Oscar. La parrilla se completa con Tiempos Modernos, obra de Charles Chaplin que sirve como denuncia de la explotación que muchos trabajadores de fábricas viven. El protagonista que tiene una depresión nerviosa es detenido cuando se encuentra al frente de una manifestación. Y, Mi vecino totoro (1988, Hayao Miyazaki), el 1 de diciembre, una película de animación y fantasía.
En el Paranimf de la UJI el cine que ahora se comenta es el de Bernardo Bertulocci (1941- 2018). La primera de sus obras maestras se proyectó el pasado fin de semana. El último tango de París (1972), donde el italiano explora un drama psicosexual entre un hombre de negocios norteamericano y una parisina mucho más joven que él. La próximas en hacerlo será El último emperador (1987), el día 19 y 20. Nunca antes un cineasta europeo había arrasado de tal forma en los Oscar con una historia localizada en Asia. Además de ser un film que trata la historia del último emperador de China y del cambio de régimen hacía un sistema comunista, la obra conquista por como el niño protagonista crece aislado entre las paredes de un palacio.
Los días 2 y 3 de noviembre será el turno de El cielo protector (1989) y la historia de una pareja de neoyorquinos que viaja al norte de África en busca de experiencias que reaviven su relación. Ese mismo mes se exhibirá, los días 16 y 16, Pequeño buda. En este caso, un niño estadounidense que vive con sus padres en Seattle es confundido, de un día para otro, con la reencarnación de un respetado Iama. En consecuencia, una delegación de monjes budistas se presentarán en la casa del pequeño. Y también habrá hueco los días 30/11 y 1/12 para Asediada (1998), un largometraje que centra su historia en una joven africana que se ve obligada a exiliarse por motivos políticos y termina en Italia. El dictador que ha tomado su país, ha encarcelado a su marido y por emprende una nueva vida, Allí, la mujer termina enamorándose de un pianista británico, pero la distancia política y cultural que hay entre ambos hará menguar la relación.
La jornada se cerrará los días 14 y 15 de diciembre con Soñadores (2003), considerada la mejor muestra de erotismo cinematográfico del nuevo siglo, en efecto, por sus continúas referencias cinéfilas. Isabelle y su hermano Theo solos en la ciudad de París mientras sus padres están de viaje, invitan a una joven estudiante que han conocido en el cine. Una vez juntos, establecen reglas para conocerse mutuamente, explorando emociones y erotismo a través de un juego muy arriesgado. La crítica la ha alabado por su mirada "voyeur, desesperada, política, erótica, pasional y conflictiva".
Las reliquias cinematográficas no tienen porque corresponder siempre a trabajos de hace muchos años. También en los tiempos actuales se hacen producciones que urgen ser vistas por la sociedad. De aquí la vigencia del ciclo 'Nou cinema' programado en el mismo Paranimf universitario. Además, no siempre tienen porque ser "reliquias" como tal. Las posibilidades que brinda el audiovisual llevan hasta diferentes puntos de interés que hacen de este ciclo un gran atractivo para reflexionar sobre nuestra actualidad.
Bajo esta prisma la serie comienza los días 12 y 13 con el documental que Asif Kapadia ha hecho sobre Diego Maradona (2019). En total, 500 horas de metraje inédito sobre la carrera y la vida del héroe futbolístico. 130 minutos que ponen el foco en el tumulto y la herida de los ídolos trágicos. El mes continuará, por otro parte, con el documental Castelló Rock City. Un viatge en el temps per la música pop (2019), que se exhibirá el 26 y 27 de octubre. La obra -dirigida por Cristian Font y Pascual Ibáñez y produïda por Juan Carlos Tomás y Pascual Ibáñez- presenta el testimonio de tres generaciones de músicos que hablan sobre sus vivencias y la evolución de la música pop en la provincia, desde los discretos inicios en los años 60 hasta la formación de la escena actual con la presencia de circuitos internacionales.
Noviembre arrancará los días 9 y 10 con El peral salvaje (2018) del director de cine turco Nuri Bilge Ceylan. Seleccionado para el Festival de Cannes, se relata la vida de un aspirante a escritor que regresa a su pueblo natal en Turquía, pero se siente abrumado por las deudas y problemas que tiene su padre. Unas semanas después, los días 23 y 24, se proyectará el film español La virgen de agosto (2019, Jonás Trueba). Eva decide quedarse en agosto en Madrid en un acto de fe. Quiere encontrar en el mes estival un tiempo de oportunidades para sentirse de otra manera. El azahar va pasando por su vida entre verbena y verbena, hasta que Eva descubrirá que sí, que todavía tiene tiempo para darse una oportunidad.
Una íntima convicción (2018, Antoine Raimbault cerrará el ciclo los días 7 y 8 de diciembre. El film francés se presenta como un drama judicial basado en hechos reales. Desde que su protagonista Nora asistió al juicio de Jacques Viguier, acusado del asesinato de su esposa, está convencida de su inocencia. Así que por temor a que se tome la decisión equivocada, convence a un letrado para que lo defienda en un segundo juicio. Juntos lucharán contra la injusticia pero pronto se convertirá en una obsesión para Nora el tener que hallar la verdad.