CASTELLÓ. La Generalitat Valenciana avala el cambio de nombre del CEIP Lluís Revest, en aplicación de la ley de Memoria Histórica, sin que el Ayuntamiento de Castelló tenga todavía fecha para eliminar los nombres de las calles franquistas. La publicación en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) de la nueva denominación del colegio (pasa a llamarse Enriqueta Agut) culmina la tramitación administrativa. Asimismo, permite a la Conselleria de Calidad Democrática avanzar con su hoja de ruta respecto a la supresión de aquellos vestigios vinculados a la dictadura, según el catálogo de la Comunitat Valenciana.
Ahora, solo falta que el Acord de Fadrell haga efectivo el acuerdo que adoptó en septiembre sobre el callejero y que significa modificar el nomenclátor de seis vías. Se trata de renombrar las plazas Herrero Tejedor (por Isabel Clara-Simó) y Sánchez Gozalbo (por Empar Navarro) y las calles Carlos Fabra (por Beatriz Guttmann), Traver Tomás (por Germà Colom), Cronista Revest (por Padre Ricardo) y Santos Vivancos (por Joan Fuster). La resolución se aprobó en Junta de Gobierno después de meses de tira y afloja entre el principal socio del gobierno, el PSPV, y la formación responsable de la Concejalía de Cultura, Compromís.
Una vez firmada la fumata blanca, el equipo de gobierno se puso manos a la obra para variar cuanto antes los nombres. Sin embargo, la burocracia no siempre va a la misma velocidad que la voluntad política. Dentro del complejo procedimiento, el Ayuntamiento continúa en la fase de comunicación a los vecinos, ya que las modificaciones de las calles implican para los residentes cambiar la dirección de sus documentos personales. Por ejemplo, el DNI o el pasaporte. Además, también conlleva alterar los datos en relación a los recibos de la luz, gas o agua. En efecto, supone un desbarajuste para los afectados.
Cada vez que se le ha interpelado al portavoz del gobierno municipal, José Luis López, sobre este asunto, ha reiterado que la pretensión del Fadrell pasa por quitar los nombres de las calles franquistas "lo antes posible". Así lo viene asegurando desde hace meses a pesar de que tampoco se ha aventurado a dar una data concreta sobre cuándo se producirá la sustitución de las placas.
Para el Fadrell, la aplicación de la ley de Memoria Histórica representa una prioridad en su estrategia de gobernanza. Tanto es así que paralelamente a la eliminación de las calles franquistas progresa con la retirada de la cruz de Ribalta, otro elemento considerado como símbolo de la dictadura de Franco, de acuerdo con el inventario de la Conselleria. Tras haber adjudicado a Vainsa Infraestructuras la obra civil, el ejecutivo local está a la espera de que la mercantil presente el plan de seguridad para sellar el contrato.
En principio, de esta semana no debería pasar para que ambas partes rubriquen la citada adjudicación en un documento público. A partir de ese momento, y como paso previo al inicio de los trabajos, transcurrirán unos días antes de que se produzca la firma del acta de replanteo, un acto jurídico por el que el Ayuntamiento garantizará a la empresa la disponibilidad de los terrenos.
El traslado del monumento a su nuevo emplazamiento, en la explanada de la parroquita Santo Tomás de Villanueva, tiene un plazo de ejecución de seis semanas. La actuación también contempla la restitución del jardín que existió en 1926, con especies que en la actualidad no se encuentran en el pulmón verde de Castelló. La intervención está presupuestada en 58.908,16 euros (impuestos excluidos).