CASTELLÓ. El pleno ordinario de junio en el Ayuntamiento de Castelló ofreció este jueves un rosario de posicionamientos políticos sobre el Día Internacional del Orgullo LGTBI, las modificaciones de créditos, la nueva ordenanza sobre sillas y mesas en terrazas, el Plan General o el conservatorio de música y danza. Tal vez estos dos últimos temas, a raíz de una moción de Ciudadanos, generaron la mayor controversia. Incluso, entre los socios del gobierno (PSPV, Compromís y Podem-EUPV), así como en buena parte de la bancada de la oposición, con un inesperado protagonismo de la concejala del grupo de no adscritos, Paula Archelós, ex de Cs, quien cargó contra su anterior partido.
Precisamente la votación sobre los derechos económicos de la edil tránsfuga constató las existencia de dos bloques enfrentados. Mientras el PP, Vox, la formación valencianista y la confluencia respaldaron la propuesta para que mantenga su remuneración (1,176,55 euros al mes por una dedicación mínima del 20%), socialistas y naranjas se abstuvieron.
El primer rifirrafe plenario se produjo con la aprobación de la moción del Fadrell respecto al Día del Orgullo LGTBI. Todos los partidos, a excepción de la fuerza de extremaderecha, apoyaron la iniciativa. El portavoz de Vox, Luciano Ferrer, acusó al equipo de gobierno "de dividir la sociedad entre represores y oprimidos" y de "generar tribus para privilegiar a unos sobre otros". La representante del ejecutivo, Verònica Ruiz (Compromís), lamentó ese "discurso homófobo, arcaico e intolerante".
La contienda, en realidad esperada por los precedentes, anticipó la retahíla de argumentaciones que desencadenaría la reseñada moción de Cs. El líder de Podem-EUPV, Fernando Navarro, utilizó el debate para ironizar sobre la nueva situación del partido liberal, con tres ediles desde la marcha de Archelós. Así, refiriéndose al portavoz de Ciudadanos, Alejandro Marín-Buck, le recordó "la oportunidad perdida" en el pasado para haber sumado mayoría con el PSPV (10 concejales, más cuatro), especialmente en los momentos de mayor tensión interna en el tripartito. "Ahora, el Acord de Fadrell está en el mejor momento de la legislatura", le echó en cara.
Por su parte, Ignasi Garcia (Compromís) aprovechó la coyuntura para advertir que si no se prioriza la construcción del conservatorio en los terrenos de Taxida, existe el riesgo de perder una inversión de 14 millones de euros, cantidad que, según aseguró, costará el proyecto. "La construcción supondría que las administraciones seamos el motor económico y que creamos decenas de puestos de trabajo por las familias de Castelló", explicó. En este contexto, recalcó que hace más de tres años que la Conselleria de Educación manifestó su anhelo de dotar la ciudad con un nuevo centro de música y danza y que el jefe del área de urbanismo del consistorio ya propuso la edificación delante del Palacio de Justicia. Asimismo, hizo mención a la respuesta de la jefa de sección de Ordenación, Gestión Urbanística y Territorial a la alegación de la comunidad educativa en el Plan de Ordenación Pormenorizada, uno de los dos documentos del planeamiento urbano, y que fue votada favorablemente por el Pacte del Grau en el anterior mandato.
Marín-Buck criticó al Fadrell "por su falta de voluntad política para ceder suelo", acusándole además de "improvisar". "Gracias a esta moción, hemos precipitado que el desacord ponga fecha para un pleno monotemático sobre el PGOU el próximo 28 de junio", agregó.
El concejal del PP, Vicent Sales, coincidió respecto a "esas desavenencias entre los socios del gobierno", sobre todo con el conservatorio. "Se inventaron una comisión de patrimonio para escurrir el bulto. Les pido que entren en razón y que se decida el emplazamiento donde todo el mundo lo desea", en alusión a Taxida.
Al respecto, José Luis López (PSPV) reiteró que esa ubicación se decidirá entre las tres administraciones que participan en el grupo de trabajo (Ayuntamiento, Generalitat y Diputación). "Hay que respetar los acuerdos. Es una reivindicación histórica y esperamos una solución cuanto antes, pero no solo con el conservatorio, sino también con otras infraestructuras".
Al ir todo ligado en la propuesta de Cs, el portavoz socialista también habló del planteamiento urbanístico. Más allá de confirmar esa fecha del 28 de junio para celebrar un pleno extraordinario con vistas a resolver las alegaciones de la pieza Estructural, se mostró confiado en que la Comisión Territorial de Urbanismo "responda" a ese documento "en septiembre", ya que lo tendrá que analizar y ratificar tras la validación por parte de la corporación en la sesión del próximo lunes. "Nuestro empeño está puesto en que el Plan General esté aprobado antes de acabar el año", subrayó.
Todos los grupos intervinieron en este punto del despacho extraordinario, incluida Archelós, que lanzó varios dardos envenenados contra Ciudadanos, más concretamente contra su líder. "Debía haber sido valiente y haber puesto la ubicación del conservatorio en la moción. No se tenía que haber escondido. Sea claro, Gimeno o Taxida. Seguir jugando al gato y al ratón con este gobierno ya no le sirve. Algunos siempre le dijimos que el gato es más listo, más rápido y tiene las patas más largas, aunque en realidad nunca escuchó".
La porfía bajó de intensidad con la siguiente propuesta del PP respecto a un plan de modernización para las instalaciones deportivas, y desapareció finalmente con el consenso para aprobar la iniciativa del grupo popular acerca de activar la limpieza y desbroce de los barrancos, como el barranquet.
La aceptación de dos declaraciones institucionales, una sobre ayudas al banco de alimentos y otra en relación a la unidad de trasplantes renales en el Hospital General, cerró la sesión. Eso sí, no faltó el apartado de ruegos y preguntas, que se centró en la polémica sobre los chiringuitos en las playas del Gurugú y Pinar.