CASTELLÓ. El incremento del 50% de los sueldos de los concejales del equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Castelló provoca las primeras fricciones entre Unides Podem-EUPV y Compromís, dos de los integrantes del Acord de Fadrell, con el PSPV-PSOE como espectador de la contienda.
La coalición nacionalista califica de "falsa" la renuncia anunciada por los ediles de la confluencia, Fernando Navarro y María Jesús Garrido, quienes en agosto hicieron efectiva la solicitud para cobrar 41.463,96 euros brutos anuales como regidores con dedicación exclusiva (cantidad correspondiente a la anterior legislatura) frente a los 62.843,61 euros de retribución para un munícipe en las mismas condiciones con vistas al actual mandato.
La noticia publicada por Castellón Plaza este lunes ha causado incredulidad en el Grupo Municipal de Compromís. A través de un comunicado, asegura que "queremos recordar que el coste para la administración municipal de las nóminas de los concejales de Podem será el misma. Por ello, solo hace falta que se compare los ingresos recibidos por los ediles ahora y de aquí unos meses y se verá que es exactamente el mismo".
"Es falso que vayan a cobrar menos. Nos parece muy positivo que dediquen destinar parte de su salario a otros fines, ONG o entidades sociales, cosa que los regidores de Compromís hacemos desde hace años sin darnos publicidad ni dar lecciones de moral a nadie", concluye la nota.
Frente a esta argumentación, los dos munícipes de Podem insisten en que en el pasado mes percibieron 3.455,25 euros brutos (2.791,15 euros netos) como nómina, cuantía que coincide con la que se reflejaba en las mensualidades de los concejales del bipartito hasta el 26M.
El PSPV no ha querido entrar en la controversia y se ha limitado a señalar al respecto que "no hay ninguna valoración como grupo político".
El enfrentamiento entre Podem y la formación valencianista pone de manifiesto las divergencias que siempre ha habido en el tripartito acerca del incremento de la masa salarial. Los representantes de la confluencia, desde el primer momento, mostraron sus reticencias en las distintas reuniones internas, considerando que se trataba de un error político adoptar, como primera gran medida de la nueva legislatura, el aumento de hasta el 50% de las retribuciones.
Sin embargo, por lealtad institucional la convergencia aceptó finalmente la propuesta. Eso sí, a cambio sus dos concejales renunciarían a la mejora para mantener los sueldos de 2015. Ese reajuste se produciría al regularizarse las nóminas, cuya tramitación sufrió un bloqueo temporal a consecuencia de la tardía aprobación del nuevo régimen de remuneraciones tras el órdago del PP en el pleno del 25 de julio.