CASTELLÓN. El concejal de Normalización Lingüística del Ayuntamiento de Castelló, Ignasi Garcia, ha anunciado que en el pleno del día 29 de noviembre el Acord del Grau dará vía libre a la recuperación del topónimo "histórico" de Castelló de la Plana, aprobando el último trámite que le corresponde al consistorio castellonense.
Después de la respuesta a las alegaciones, de las que se dará cuenta en el pleno, éstas se trasladarán al Consell y será este quien, después de consultar a la Acadèmia Valenciana de la Llengua, tomará la decisión final que conllevará a la normalización del topónimo y a poder recuperar el nombre "histórico y original" de la ciudad. Garcia ha recordado que "con este cambio, no sólo cumplimos con la legalidad española y autonómica, sino también con las recomendaciones internacionales".
El concejal de Normalización Lingüística ha explicado en un comunicado que tan solo se han presentado 38 alegaciones, de las cuales dos se hicieron fuera de plazo. El edil también ha declarado que la gran mayoría de alegaciones "han estado orquestadas por los partidos de extrema derecha, que quieren usar nuestra lengua para dividir y crear conflicto como una arma política y con una clara irresponsabilidad". "Son el Partido Popular, Ciudadanos y Vox quienes están detrás de la mayor parte de las alegaciones", ha añadido.
Los argumentos que hay detrás de las mismas -según ha dicho- "ignoran lo que es la lengua propia, continúan con la falacia de la división y el conflicto, no acaban de explicar por qué Comunitat Valenciana puede tener como único topónimo la forma valenciana y, sin embargo, en Castellón esto representa un agravio y, sobre todo, ignoran el valor de nuestro patrimonio en la toponimia y la onomástica, ignoran nuestra historia y también a nuestros hijos predilectos, nuestros cronistas y nuestros expertos".
El edil ha valorado que la ciudadanía ha dado "la espalda" a la estrategia de "confrontación" de los partidos de extrema derecha. "No se ha creído el discurso de que se vaya a prohibir nada", pues "los y las castellonenses sienten con orgullo nuestra lengua propia y nuestra historia y no siguen la deriva de la señora Carrasco de crear conflictos con falacias divisorias sobre una cosa tan íntima como es la lengua, y sobre todo, de una cosa que tendría que ser objeto de especial protección, como manda nuestra Constitución".