CASTELLÓ. El 20 de octubre de 2014 dos militantes como Amparo Marco y Germán Renau se enfrentaron al juicio de los afiliados para que escogerieran el cartel electoral de 2015. Por aquel entonces el PSPV de la ciudad llevaba más de dos décadas en el banquillo de la oposición y, por primera vez, se detectaba una opción de cambio de ciclo con un Partido Popular acosado por casos de corrupción. El PSPV enfocaba un final de atapa abrupto por las malas relaciones del grupo municipal con Juanma Calles, que se mantuvo todo el mandato pese a no hablarse con sus compañeros de bancada. Era urgente un relevo.
Aquella noche la militancia del PSPV de la ciudad, que arrastraba años y años de conflictos internos, se decantó por Amparo Marco quien unos meses después se convertía en la primera alcaldesa de la ciudad. El ajustado resultado fue de 259 votos para Marco frente a los 238 sufragios de Renau.
En 2022 las primarias cambian de protagonistas -o casi- pero las 'familias' del socialismo se vuelven a ver las caras y a medir fuerzas en las urnas. Será en el congreso local de la capital de la Plana donde se revivirá de nuevo este duelo con dos nombres propios: el de Germán Renau al que el destino -y el partido- le han ubicado en Madrid como diputado nacional por Castellón.
Frente a Renau está José Luis López, portavoz del equipo de gobierno y hombre cercano y leal a la alcaldesa de la ciudad, lo que ha valido para lanzarse a la carrera de la secretaría general local, tal y como confirmó él mismo al periódico Mediterráneo. Renau, por su parte, ha explicado que "tomo la decisión para poder aunar a las diferentes sensibilidades" del socialismo de la capital para "crear el mejor proyecto del PSPV para Castelló" y lo hace "desde la voluntad del consenso". Asimismo, su anuncio llega "después de que estén cerrados los congresos comarcales" y "respetando los tiempos".
La división de dos facciones en la capital se ha ahondado en los últimos meses. El congreso de país reforzó la hegemonía política de Ximo Puig, laminando a todo el sector del exministro Ábalos y dejando claro que el 'ximismo' llegaba para quedarse. Pero no solo eso.
En la provincia de Castellón ganó la opción de Ximo Puig, es decir, Samuel Falomir, lo que también supuso un 'golpe' para la alcaldesa de la ciudad y parte de sus concejales que eran más afines al exsecretario general socialista, Ernest Blanch, si bien nunca se decantó públicamente por nadie, José Luis López sí estaba dentro del equipo de Blanch. Pese a ello, en la capital ganó la opción de Blanch, es decir, venció Marco.
Los nombramientos de la ejecutiva provincial supusieron también una espita para la alcaldesa ya que los nombres de los elegidos por Falomir de la capital eran personas alejadas del círculo más estrecho de la alcaldesa. No obstante, esta versión fue desmentida por fuentes cercanas a Marco quienes aseguraban que Castelló estaba bien representada tanto en la ejecutiva provincial, como en la regional y la nacional, donde está la propia alcaldesa, y que no hay nigún tipo de conflicto al respecto.
La retirada de Paco Gil, actual secretario general de la localidad, ha abierto la compuerta a impulsar ambas candidaturas que van a tratar de ganar una vez se convoque el congreso, y que servirá para evidenciar quien tiene el control en la agrupación local y quien, por lo tanto, puede cincelar más tarde las listas municipales para 2023.
