CASTELLÓ. El pulso que mantienen el tripartito y la oposición en el Ayuntamiento de Castelló bloquea la comisión de investigación sobre la sala de Emergencias. Aunque existe aquiescencia acerca del fondo, las formas siguen generando posturas enfrentadas entre unos y otros.
La alcaldesa, Amparo Marco, solo acepta ceder la presidencia con condiciones. Por ejemplo, que el portavoz de Ciudadanos, Alejandro Marín-Buck, asuma el cargo, aunque no se trate del representante propuesto por la formación naranja, esto es, Vicente Vidal. La munícipe socialista considera que el líder de Cs posee un perfil más adecuado que su compañero por varias razones. Primero, porque carece de lastres del pasado, sin haber participado en debates o comisiones que abordaran cuestiones de seguridad en la anterior legislatura. Segundo, porque genera más consenso en los seis grupos con representación municipal por su talante más abierto y conciliador.
En realidad, Marco juega con el ofrecimiento informal del propio Marín-Buck semanas atrás. En conversaciones privadas con regidores del gobierno, puso encima de la mesa la alternativa de Cs frente a las presiones de los populares, decididos a presidir el órgano fiscalizador.
Fuentes de la formación naranja aseguran que la sugerencia de la alcaldesa enmascara una "imposición". "No rechazamos la presidencia sino rechazamos que nos impongan a quién tenemos que elegir", precisan.
Ante esta situación, parece improbable que la munícipe socialista mire hacia la bancada de la derecha, cuyos dos representantes en la comisión, Vicent Sales y Sergio Toledo, están lejos de simbolizar ese figura que suscite anuencia entre los distintos partidos, especialmente del equipo de gobierno.
Tampoco el portavoz de Vox, Luciano Ferrer, entra en los planes de Marco por su inexperiencia, de manera que las opciones se reducen a los miembros planteados por el tripartito. En el caso del PSPV, José Luis López, Mary Carmen Ribera y Jorge Ribes. Por la confluencia Unides Podem-EUPV, Fernando Navarro; y por Compromís, Francesc Mezquita.
Sin embargo, desde el Acord de Fadrell se sigue insistiendo en que la presidencia recaiga en alguno de los dos grupos solicitantes, más en Ciudadanos que en el PP. Y en este punto de atasco se encuentra ahora mismo la comisión de investigación, pasando los días y sin avanzar con la designación del concejal facultado para marcar los tiempos.
El precedente de las fiestas, con una auditoría que se alargó más de dos años, es el espejo al que no se quiere mirar la corporación municipal. No obstante, si antes de empezar el pulso político impide progresar, difícilmente se alcanzarán acuerdos rápidos en relación al funcionamiento de la comisión, plan de trabajo, calendario y demás decisiones que tengan que ver con su organización.