El segundo fabricante mundial se lleva el 'caramelo' castellonense para abrir definitivamente Europa

CASTELLÓ. Grupo Lamosa, el segundo fabricante mundial de azulejo, según los datos recogidos por Mecs, el centro de estudios de la patronal italiana de la construcción Acimac, afianza su posición con la compra de Baldocer, un caramelo ansiado por diferentes compañías y fondos de inversión en los últimos años. Con la operación, adelantada por Plaza Cerámica, el conglomerado mexicano refuerza su presencia en Europa, hasta ahora limitada a Roca Tiles, con la que se hizo hace algo más de dos años. 

No en vano, el 61% de los ingresos de Lamosa (que no corresponden únicamente a cerámica) proceden del mercado interno, de México, según recoge la nota remitida a la bolsa mexicana el pasado mes de julio para informar de su actividad en el primer semestre del año. En este sentido, Baldocer, con la mayor parte de su facturación procedente del Viejo Continente, servirá al grupo americano para dar este gran salto. 

Suma 60 millones de metros cuadrados

Así, cuando se materialice la transacción, Lamosa aumentará "aproximadamente un 16% sus ingresos consolidados y un 12% la capacidad de producción de revestimientos", con lo que rondará los 275 millones de metros cuadrados al año. Suma así unos 60 con la compra de Baldocer -que incluye Azulejos Benadresa y la compañía de distribución Dilmun-, ya que el año pasado produjo 215 millones de metros cuadrados según el ranking elaborado por Mecs. 

La facturación de la división cerámica de Lamosa alcanzó en 2022 los 1.272 millones de euros, según el mismo ranking, lo que supone un 22% más que el año anterior. Alcanzó la cifra en parte gracias a la integración de Roca y de la mexicana Fanosa, dedicada a la fabricación de aislantes y aligerantes para la construcción y que compró el año pasado.

Un cuarto de sus ingresos proceden de adhesivos

Precisamente, Lamosa no solo vende azulejos, sino que también fabrica otros elementos para la edificación, como adhesivos y pastas para rejuntar. De hecho, esta división supuso en el primer semestre el 28% de sus ingresos, por el 72% de la cerámica. En total, de enero a junio de este año ha ingresado 882 millones de euros, mientras la facturación total del ejercicio pasado fue de alrededor de 1930 millones de euros. 

Eso sí, este año ya está notando la desaceleración del sector inmobiliario y en el primer semestre se ha anotado una caída de ingresos del 9,2% "después de dos años en que la pandemia generó una demanda extraordinaria que permitió apoyar la estrategia de crecimiento", recoge su último informe financiero. Con ello, "Lamosa duplicó sus ingresos en los últimos 4 años", destaca.

Caída de la división cerámica

La caída más acusada en la primera mitad de este año la ha sufrido, precisamente, su división cerámica, con un 13% menos hasta alcanzar los  635 millones de euros. Por su parte, la división de adhesivos ha crecido un 4%. Ahora, Lamosa tratará de revertir estas cifras con un producto y un mercado de alto valor añadido, del que hasta ahora no disfrutaba. Para asegurarse esto, el hasta ahora propietario de Baldocer, Felipe Peraire, continuará ligado a la compañía durante los dos próximos años. Pese a los 425 millones en que se ha tasado, la transacción no incluye ni la planta de Baldocer en Vila-real (la antigua Italcerámica) ni el centro logístico aún por estrenar en Vall d'Alba, activos que Peraire podrá dedicar al real estate, su nuevo nicho de actividad.